Desde hoy sesionan las comisiones de trabajo de la importante cita partidista en el Palacio de Convenciones de la capital cubana que fue inaugurado ayer por el Segundo secretario de la organización política y Presidente de la República, Raúl Castro.
De acuerdo con la Constitución de Cuba, el Partido Comunista -heredero del Partido Revolucionario Cubano que fundara José Martí- como órgano rector del estado y la sociedad, es quien traza los lineamientos a seguir por la nación. Por circunstancias sociales y humanas este congreso se reúne catorce años después del Quinto Congreso efectuado en 1997, y por esa razón hay muchos asuntos pendientes de consideración y análisis.
Debido al momento histórico que vive el mundo y a la realidad que vive Cuba hoy, afectada en mayor o menor medida por factores internos y externos, este congreso ocurre en un contexto histórico único en los 52 años de Revolución. El dilema es si los cubanos pueden abrirse a explorar nuevos estilos de desarrollo económico, renunciar a los subsidios que han disfrutado for más de cinco décadas, y enfrentar un creciente sector privado con las demandas y retos que éste trae aparejado, y a la vez preservar a toda costa el Socialismo, la igualdad social y las conquistas de la Revolución.
El pueblo cubano real, el que desfiló en la plaza de la Revolución con tanto júbilo y esperanza, el que tomó las armas en Girón, el que día a día lucha en circunstancias adversas, resiste y vence, confía en la capacidad del Partido de guiar a Cuba y encontrar soluciones a nuestros problemas y una vez más como otras tantas veces, triunfar sobre la adversidad y convertir el revés en victoria.
Los cubanos que en otras latitudes defendemos la soberanía de nuestra patria, y deseamos paz, armonía y prosperidad para la tierra de nuestros padres, nos unimos de todo corazón a los deseos de nuestro pueblo de que de este congreso emanen las respuestas a nuestras inquietudes y la dirección a seguir en el futuro.
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