“El próximo lunes 12 de julio conmemoraremos el primer centenario del
natalicio de Juan Gualberto Gómez y Ferrer. Lo que él hizo a través de
una existencia fecunda de setenta y nueve años, es cosa que pertenece a
la historia, pero lo que sí es necesario subrayar es la entereza con que este
hombre singular y extraordinario mantuvo incólume sus ideales
patrióticos, sin una claudicación, sin un altibajo, sin una vacilación.
Por eso pudo decir, con muchísima razón, el día que le condecoraron con
la Gran Cruz de Carlos Manuel de Céspedes, que no había diferencia entre
el Juan Gualberto con Cruz y el Juan Gualberto sin Cruz.
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“En el ingenio "Vellocino",
término municipal de Sabanilla del Encomendador, Prov. de Matanzas, vive
el matrimonio Fermín Gómez y Serafina Ferrer. Ambos son esclavos pertenecientes
a la dotación de aquella fábrica de azúcar, propiedad de doña Catalina
Gómez. Cuando la esposa espera la hora de dar a luz un hijo el padre toma
una decisión, la de comprar, de acuerdo con las leyes vigentes, la
libertad de aquel vientre para que el hijo no nazca esclavo. Por
veinticinco pesos pagados al amo, se adquiere ese derecho. Así, el 12 de
julio de 1854, nace Juan Gualberto Gómez y Ferrer.
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“En el batey del ingenio donde los
padres trabajan, comenzará a crecer el niño. Mientras los padres sirven
el hijo estudia. Aprende con facilidad. Pronto sabe leer y escribir. En
aquel medio esclavista saber leer y escribir es todo una conquista.
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“Cuatro años tiene cuando a sus oídos
llegan las primeras noticias de la Guerra de Secesión. Los esclavos
cubanos clavan sus ojos en los Estados del Norte que tienen por líder a
Abrahan Lincoln. En los barracones de los ingenios circula en secreto una
canción, uno de cuyos versos dice:
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“"Avanza, Lincoln, avanza".
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“En la casa Juan Gualberto Gómez lee
los periódicos de La Habana con las últimas noticias. Los esclavos tienen
puestas sus esperanzas en el triunfo de Lincoln.
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“Como el niño resulta inteligente los
padres deciden sacrificarse, enviándolo al colegio Nuestra Señora de los
Desamparados, en La Habana, que dirige Antonio Medina y Céspedes, un
maestro negro que se ha inspirado en la obra de don José de la Luz y
Caballero. Cuatro años lleva en aquel colegio, cuando en Oriente se
sublevan los cubanos contra el dominio español. La noticia de aquel
acontecimiento convierte a la capital de la isla en un hervidero de
pasiones. La noche del 22 de enero de 1869 los voluntarios asaltan elTeatro
Villanueva. Entre los
espectadores se encuentra Juan Gualberto Gómez. Enterarse los padres y
tomar una decisión son hechos que se suceden. Enviarán a París al hijo
para que estudie el oficio de carruajero. En mayo de ese mismo año, en el
vapor "La France", se embarca el jovencito recomendado en la
capital francesa a Mr. Binder, un verdadero artesano en carruajería.
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“El maestro francés enseña al hijo de
los esclavos del "Vellocino" todos los secretos del oficio.
Pero el joven aquel es demasiado inteligente para destinarle a un oficio.
En las horas libres asiste a cursos donde aprende matemática, historia,
lengua francesa. En 1870, acompañando a doña Catalina Gómez van a París
los padres de Juan Gualberto. Mr. Binder les explica que es una gran
lástima no hacer un esfuerzo y proporcionarle una carrera. Los padres
comprenden y deciden entonces enviarlo a la Escuela Mungo, para que
estudie ingeniería. La guerra franco-prusiana le sorprende en el empeño.
Vive intensamente la tragedia del sitio de París por las huestes teutonas
que manda Bismarck, la sublevación de la Comuna y las luchas entre la III
República que pugna por estabilizarse sobre las ruinas del imperio de
Napoleón III.
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“Hasta ese momento nada de la inquietud
cubana de la época ha logrado hacerse fuerte en su espíritu. En julio de
1872 llega a París el Vicepresidente de la República en armas, Francisco
Vicente Aguilera. Como necesita un amanuense que conozca correctamente
francés, los cubanos le recomiendan a Juan Gualberto Gómez. Y es así como
el patricio bayamés y el hijo de los esclavos del "Vellocino"
se conocen y ayudan en la empresa de ser útil a la patria. Andando los
años Juan Gualberto Gómez evocará a la figura de Aguilera y le llamará
"mi maestro en el amor a la independencia".
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“En 1874 la situación de los padres es
crítica. No pueden seguirle sosteniendo los estudios y así se lo hacen
saber, indicándole la conveniencia de regresar a Cuba, pero Juan
Gualberto Gómez toma otra decisión: la de quedarse en París, para lo cual
tendrá que buscar trabajo. Es entonces cuando decide hacerse periodista.
En la "Revue et Gazette des Theatres" le dan la oportunidad que
necesita. Así se inicia una brillante carrera periodística, a través de
la cual servirá como pocos los grandes intereses de su patria cubana.
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“Tres años después, en 1877, regresa a
Cuba. Es un separatista convencido. En París conoció a Claudio Brindis de
Salas. En La Habana será su representante organizándole conciertos que
dejan algún dinero al insigne violinista y a su empresario. En La Habana
librará violenta controversia defendiendo a Brindis, a quien, por ser
negro, críticos indocumentados de la reacción española le quieren negar
todo mérito. Con Brindis se traslada a México. Allí conocerá a Nicolás Azcárate, quien sigue creyendo en las reformas como
una solución. A pesar de las diferencias ideológicas, Azcárate y Juan Gualberto
Gómez logran hacer una excelente amistad. Allí están juntos cuando les
llega la noticia del Pacto del Zanjón. Para Juan Gualberto Gómez es una
derrota cubana y como tal la siente en lo más vivo. Azcárate, por el
contrario, ve en lo pactado la posibilidad de dar a Cuba un régimen de
libertades, al través del cual puedan plantearse, en mejor forma, las
ansiadas reformas que España siempre ofrece, pero que jamás llega a
materializar. Es Azcárate quien convence a Juan Gualberto Gómez de que su
puesto está en Cuba, donde puede hacer mucho en la defensa de su causa y
también en la de su raza.
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“Al año siguiente ya está instalado en
La Habana. Trabaja con Adolfo Márquez Sterling, en "La
Discusión". Por mediación de Azcárate conoce a José Martí. Juntos
conspiran preparando la jornada de la Guerra Chiquita. El 19 de agosto de 1879 sale a la calle el primer
número del semanario "La Fraternidad" que dirige Juan Gualberto
Gómez. Veinticinco días después se reinicia la lucha de los mambises en
Oriente. Tres semanas más tarde José Martí es arrestado en La Habana,
precisamente cuando acababa de almorzar con Juan Gualberto Gómez. Las
autoridades españolas deportan a Martí e inician la persecución contra
Gómez. Poco después éste también es arrestado y remitido a España. El 5 de mayo de 1880 sale para Cádiz. Al llegar le
trasladan al castillo del Hacho, en Ceuta. Desde La Habana, Azcárate se
interesa con Labra por la suerte del prisionero y el influyente
autonomista consigue primero que le liberen de la prisión dándole la
ciudad de Ceuta por cárcel. Mas por el momento el desterrado prefiere
quedarse en Ceuta donde reanuda su actividad periodística escribiendo
para "La Discusión" de La Habana. En marzo de 1881 la tenacidad
de Labra logra que le concedan al desterrado el derecho de residir en
Madrid, pero Juan Gualberto Gómez demorará más de un año en realizar el
viaje, entre otras razones porque le atraen mucho los amorosos brazos de
Manuela Benítez, una andaluza que ha endulzado sus dolores, dándole
además su primer hijo.
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“En 1882 ya está en Madrid. Su
actividad ahora es incansable. Labra le lleva como redactor a "El
Abolicionista", donde pronto llega a ser Jefe de Redacción. Después
funda otro periódico titulado "La Tribuna". Más tarde asume la
dicción del periódico republicano "El Progreso". Es secretario
de la Sociedad Abolicionista de Madrid, que tiene por presidente a Labra.
Trabaja como cronista parlamentario. Da clases de idiomas y matemáticas.
En 1884 es redactor en "El Liberas". Es esta la época en que
sostiene la polémica con José del Perojo, donde defiende a los
autonomistas, sin hacerse responsable de esa tesis política. Lo que él
defiende es todo lo que se puede lograr a través de la obra de los
autonomistas. El 25 de agosto de 1885 comienza a enviar sus
colaboraciones a "La Lucha" de Antonio San Miguel. Al año
siguiente comienzan a llegar a Madrid los diputados electos por el
autonomismo cubano. Miguel Figueroa es de los que mejor amistad hace con
el periodista. Cuando Figueroa habla por primera vez en las Cortes, Juan
Gualberto Gómez envía a "La Lucha" de La Habana una bellísima
crónica recogiendo la impresión magnífica que el brillante orador cubano
produjera. Pero al año siguiente el mantenimiento, por su parte, de su
opinión separatista, coloca en crisis sus relaciones personales con los
autonomistas, que aprovechan la ocasión para lanzarle alguno que otro
ataque velado en las columnas de "El País" de La Habana. Llegan
a amenazarle con hacerle perder la corresponsalía de "La
Lucha", pero él no cede ante ninguna amenaza. Al fin deja "La
Lucha" y acepta la corresponsalía de "El Radical" de La
Habana, mientras edita "El Pueblo", otro periódico republicano
en Madrid. Las dificultades le aumentan. Su mujer enferma gravemente.
Desde Cuba los padres le reclaman. En 1890, después de diez años de
ausencia, regresa a La Habana. El Tribunal Supremo de España ha declarado
lícita la propaganda carlista y republicana. Juan Gualberto Gómez
considera, que por analogía, la propaganda separatista es también lícita.
En La Habana se encuentra con Martín Morúa Delgado que hace periodismo.
En vez de unirse ambos hombres, ya que tienen, por denominador común, el
mismo empeño, en todos los órdenes, se distancian llegando a atacarse y
polemizar públicamente. Jamás se reconciliaron.
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“El 30 de agosto de 1890 reaparece "La
Fraternidad". En el artículo titulado "Nuestro Propósito"
ya anuncia cuál será su programa. El 4 de octubre es nuevamente arrestado y puesto a
disposición del Juzgado de Instrucción que le procesa por calumnia a la
autoridad. El motivo ha sido un artículo publicado en "La
Fraternidad" titulado "A la cárcel". El 25 de octubre la jefatura de policía lo pone
nuevamente a disposición del Juzgado de Instrucción acusado de
proposición a la rebelión y calumnia a la autoridad. Al ser absuelto por
la causa seguida como consecuencia del artículo "A la cárcel"
es puesto en libertad, pero por breves días, pues el 4 de enero de 1891, es otra vez arrestado bajo
idénticos cargos. Esta vez habla publicado en "La Fraternidad"
un artículo titulado "La política de la cobardía" que el Fiscal
consideró injurioso. El 14 de marzo se dispone su libertad por esta causa,
pero continúa preso por otra, no saliendo efectivamente a la calle hasta
el29 de abril. El 13 de marzo de 1891 la Audiencia de La Habana le ha
condenado a dos años, once meses y once días de prisión correccional por
haber publicado, en las páginas de "La Fraternidad", un
artículo titulado "Por qué somos separatistas". Contra esa
sentencia apela ante el Tribunal Supremo de España. En La Habana le ha
defendido González Lanuza. En Madrid sostendrá el recurso de casación su
amigo Labra. El 25 de noviembre el Tribunal Supremo de España revoca la
sentencia impuesta y declara lícita la propaganda separatista. "El
día que se firmó tal sentencia, escribe en sus Memorias el general
Polavieja, abandonamos los medios de sostener nuestra soberanía en la
Isla de Cuba".
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“Pero a pesar de esa sentencia la
persecución de las autoridades españolas continúa. El 8 de mayo de 1892 es arrestado y puesto en
libertad inmediatamente. Por esa época ingresa en la Sociedad Económica
de Amigos del País. Desde los Estados Unidos José Martí saluda aquel
acontecimiento. Juan Gualberto Gómez no cede un ápice en la intensidad
del trabajo. Del 23 al 27 de julio de 1892 celébrase en La Habana el
Congreso de Sociedades Negras. Casi todo lo que allí se discute y acuerda
es obra de Juan Gualberto Gómez. En agosto de ese mismo año, cuando
trabaja como editorialista en "La Lucha", recibe la visita de
Gerardo Castellanos, enviado por José Martí. Así se incorpora al
movimiento del Partido Revolucionario Cubano. Martí le designa su
Delegado en Cuba. En enero de 1893 edita "La Igualdad". Está de
lleno metido en el proceso conspirador. Ajusta los trabajos finales.
Mantiene los contactos, envía avisos, notas, informes. Por esa época
muere Figueroa. El 16 de octubre la Sociedad "La Tertulia" de
Remedios organiza una velada conmemorativa. Hasta allá se va Juan
Gualberto Gómez, invitado para pronunciar el discurso principal.
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“Colabora en "La Revista
Cubana" que dirige Enrique José Varona. El 31 de julio el Fiscal le denuncia por una Carta
dirigida a Serafín Ramírez. Se le instruye un nuevo proceso, pero el 13 de junio de 1894 el Fiscal desiste de mantener
su acción penal. El 7 de agosto de 1893 es denunciado nuevamente por
una "Crónica Política" publicada en "La Revista
Cubana". El 2 de noviembre de ese mismo año la Sección Segunda de
la Real Sala de lo Criminal de la Audiencia de La Habana le absuelve,
ordenando el sobreseimiento de la causa.
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“El año de 1894 es de intensa
actividad. La conspiración que desde los Estados Unidos dirige Martí
reclama de Juan Gualberto Gómez mucho sigilo. A fines de ese año todo
está listo aguardando por la orden de Martí. Pero en Fernandina naufragan
muy nobles intenciones. Martí decide, antes de dar la orden del
levantamiento, a pesar del fracaso de Fernandina, consultar a Juan
Gualberto Gómez en Cuba. Este a su vez, consulta con los otros jefes
provinciales y locales, reportando a Martí que fije la fecha. El 30 de enero José Martí, José María Rodríguez y
Enrique Collazo redactan y suscriben la orden del levantamiento que
remiten a Juan Gualberto Gómez a La Habana en un tabaco que trae el
patriota Duque Estrada. Ya con la orden, Juan Gualberto Gómez convoca a
los jefes inmediatos a una reunión en La Habana y a los que están más
distantes les envía agentes que les notifiquen la decisión. El Domingo 24 de febrero de 1895 se producirá el alzamiento. Por
su parte Juan Gualberto Gómez se ha comprometido con Pedro Betancourt a
sublevarse con éste en Ibarra. El 23 sale de La Habana, escapándosele a
la policía y dejando de concurrir a una invitación que para conversar en
Palacio, le ha hecho el capitán general don Emilio Callejas. El 24 de
febrero ya está en Ibarra. Solamente están allí López Coloma, Latapier y
otros. Pedro Betancourt, detenido por los españoles, no puede llegar. Los
soldados españoles marchan sobre Ibarra. Inmediatamente los sublevados
abandonan el lugar dirigiéndose a Guayabal de Santa Elena donde
permanecen hasta el 28 en que la Guardia Civil rodea el campamento mambí,
lográndose escapar algunos, entre ellos Juan Gualberto Gómez, que se
dirige entonces al ingenio "Vellocino", donde naciera en 1854.
Su propietario es un buen amigo y puede protegerle. En efecto cuando se
encuentran con el hacendado éste le informa de la prisión de Betancourt
en Matanzas y su inmediata deportación, de la prisión de Sanguíly,
Aguirre y Carrillo, en fin del fracaso. En aquella región ellos son los
únicos sublevados. Insiste mucho en convencerlo para que se presente y
hace aun más, trae a su presencia al teniente de la Guardia Civil Leoncio
del Junco, que le aconseja se acojan al indulto ofrecido por el general
Calleja. Imposible resistir. De hecho está perdido. Y entra en Sabanilla
del Encomendador, su pueblo natal para rendirse. Una orden del Gobernador
de Matanzas hace que le conduzcan a la capital de la provincia, donde es
encerrado en el Castillo de San Severino. Allí se encuentra con López
Coloma que también ha sido preso en el campo. El 2 de marzo es trasladado a La Habana. Juan
Gualberto Gómez irá al castillo de El Morro, López Coloma a La Cabaña. El 15 de agosto de ese mismo año es juzgado y condenado
a veinte años de prisión. El 3 de septiembre vuelve a embarcarse como deportado a
España. Llega a Ceuta y es encerrado en el Castillo del Hacho, cargado de
cadenas, en un calabozo inmundo, rapada la cabeza y sin comunicación. Un
centinela se apiada de él y le saca una carta dirigida a Labra. La
gestión de éste logra, una vez más, que le humanicen la prisión. Por de
pronto le sacan del calabozo, le dejan escribir, le quitan las cadenas y
le levantan la incomunicación. Allí permanece todo el año de 1896 hasta
1897 en que es trasladado a Cartagena.
|
“En octubre de ese mismo año la muerte
de Cánovas varía la política en Cuba. Al sanguinario de Valeriano Weyler
le sustituye Ramón Blanco Erenas. Como primera providencia, para ganarse
a los cubanos a los que pretende someter ofreciéndole la autonomía, dicta
una amplia amnistía. El 12 de marzo de 1898 abandona la prisión Juan
Gualberto Gómez. España está a punto de iniciar la última fase de su
lucha por defender las colonias de América, aceptando la declaración de
guerra de los Estados Unidos. Haciéndose pasar por un ingeniero
dominicano Juan Gualberto Gómez atraviesa España y se dirige a París. El
mismo Labra le ha recomendado que no permanezca en la península. En la
capital francesa visita a Betances y se embarca para Nueva York donde se
pone a disposición de Tomás Estrada Palma que le utiliza, por el momento,
en una misión de propaganda cerca de las emigraciones del Sur de los
Estados Unidos. En esa tarea está empeñado cuando recibe la noticia de
que dos Cuerpos de Ejército le han designado Representante a la Asamblea
que deberá reunirse en Santa Cruz del Sur. No espera más el impaciente
patriota y se dirige a Cuba. Es de los primeros en llegar al sitio fijado.
Inmediatamente se entrega a la tarea de limar asperezas. Primero es
lograr que Calixto García no renuncie y concurra a la Asamblea. Después
zanjar las diferencias personales entre Calixto García y Bartolomé Masó.
En todo ello evidencia mucho tacto diplomático Juan Gualberto Gómez.
|
“El 24 de octubre de 1898 comienza sus labores la
Asamblea. Juan Gualberto Gómez es designado miembro de su Comísión
Ejecutiva. Los trabajos de la Asamblea tropiezan con dificultades. Hay
que batallar mucho. De Santa Cruz se trasladan los asambleístas a El Cano
y, finalmente, al Cerro, en la ciudad de La Habana. La Asamblea choca con
el general Máximo Gómez. Velando por los fueros de la Asamblea, Juan
Gualberto Gómez y Manuel Sanguily no vacilan en atacarle, llegando a
proponer su destitución como jefe del Ejército Libertador y su pase al
escalafón de la reserva. Y colocados ya en ese plano llevan su carga más
al fondo, desautorizando también a Gonzalo de Quesada que había estado
actuando como Encargado de Negocios de la Revolución Cubana en
Washington. El 30 de juniode 1899 se disuelve la Asamblea, quedando una
Comisión Ejecutiva, de la que forma parte Juan Gualberto Gómez, para
liquidar la ejecución de sus acuerdos.
|
“Es entonces cuando resulta designado
para integrar como Vocal la Junta de Educación de La Habana. El 21 de abril de 1900 organiza el Comité Gestor del
Partido Republicano de La Habana, del que forman parte además Domingo
Méndez Capote y Manuel Sanguily. En el programa que se redacta, Juan
Gualberto Gómez se cuida, muy mucho, de fijar claramente las
aspiraciones, que quedan reducidas a tres puntos esenciales: constitución
de los Ayuntamientos, Asamblea Constituyente y elecciones generales. El 8 de agosto reanuda su actividad periodística,
editando "Patria" como órgano del republicanismo habanero.
Desde sus columnas combate un nuevo brote anexionista. El 18 de agosto se constituye la Asamblea Provincial
del Partido Republicano. Juan Gualberto Gómez resulta electo
Vicepresidente de la misma. Oriente le ofrece una postulación como
Delegado a la Asamblea Constituyente, saliendo electo en los comicios
celebrados a esos fines el 15 de septiembre. El 5 de noviembre, en el antiguo Teatro Irijoa, hoy Teatro
Martí, comienza sus labores la Asamblea. Juan Gualberto Gómez es un líder
natural de la misma. En todo se le ve intervenir con sagacidad y espíritu
patriótico. Sus ideas avanzadas encuentran, día a día, manera de
evidenciarse. Defiende el voto a la mujer, se declara contrario a la pena
de muerte, defiende el sufragio universal, aspira a que la República sea
de verdad, la que soñaron los hombres que por ella, en una u otra forma,
se han sacrificado. El 24 de febrero de 1901 ya está redactando el texto
constitucional cuando surge el conflicto planteado por el senador Orville
Platt, presentando una enmienda a la Ley de Presupuestos del Ejército de
los Estados Unidos, a través de la cual cercena toda la soberanía de la
aun no constituida República de Cuba. Juan Gualberto Gómez se declara
enemigo de la Enmienda Platt. La combate despiadadamente. Nada le
convence. Primero es en la Comisión para dictaminar sobre las relaciones
entre Cuba y los Estados Unidos. Cuando la Comisión acuerda acceder a la
Enmienda Platt Juan Gualberto Gómez redacta un voto particular. Y en esa
actitud le vemos mantenerse en la Asamblea. El 9 de septiembre de 1901 la Asamblea aprueba la Enmienda
Platt, incorporándola como un Apéndice al texto constitucional. Pero
entre los votos contrarios a tal cosa, está el de Juan Gualberto Gómez.
|
“El proceso comicial se acerca. Juan
Gualberto Gómez ha pensado en apoyar la candidatura presidencial de Tomás
Estrada Palma, pero con la condición de que éste se comprometa a realizar
toda clase de gestiones para obtener la derogación de la Enmienda Platt.
Cuando TEP rechaza esa condición, Juan Gualberto Gómez no vacila en
ofrecer su apoyo a la candidatura del general Bartolomé Masó. El 31 de diciembre de 1901 se celebran las elecciones
generales. A última hora el masoismo se ha retirado y Estrada Palma
concurre como candidato único, logrando fácilmente el triunfo. Juan
Gualberto Gómez retorna al periodismo. Edita "La República
Cubana". Desde sus columnas desarrolla activa campaña contra la Enmienda
Platt. Para defender los derechos del negro se organiza el Comité de
Veteranos y Sociedades de Color. Nada de racismo hay en ello. Lo que se
quiere, a lo que se aspira es a que no haya discriminaciones por razones
del color de la piel, a que el negro sea igual que el blanco en cuanto al
ejercicio de sus derechos ciudadanos.
|
“En 1902 interviene buscándole un
conflicto a la huelga que con extraordinario vigor han mantenido los
tabaqueros. El 31 de diciembre de ese mismo año, el Partido Republicano Independiente
se fusiona con el Partido Nacional Independiente. En lo sucesivo se
llamará Partido Liberal Nacional. En los comicios de 1903 figura como
candidato a representante por los liberales de Oriente. Obtiene una
abrumadora cantidad de votos, pero en las Juntas le escamotean el triunfo
y resulta suplente. En 1905 los liberales nacionales se fusionan con los
republicanos villareños que tienen por líder al general José Miguel
Gómez. El Partido se llamará Partido Liberal. Frente a la candidatura
liberal el Partido Moderado ha presentado la candidatura reeleccionista
del Presidente Estrada Palma, acompañado, en esta ocasión, por el general
Domingo Méndez Capote como Vicepresidente. La campaña es violenta. Para
imponerse mejor TEP apela a la organización del llamado Gabinete de
Combate. En Cienfuegos muere Enrique Villuendas. En los comicios Estrada
Palma impone su voluntad. Previamente los liberales sin garantías han ido
al retraimiento. Máximo Gómez se muere declarando que se percibe el olor
a revolución. Y así es en efecto. En mayo de 1906 toma posesión
nuevamente Estrada Palma y en agosto los liberales se lanzan al campo de
la insurrección. Juan Gualberto Gómez sufre nueva prisión en el Castillo
del Príncipe junto con José Miguel Gómez, Jesús Monteagudo y su eterno
rival Martín Morúa Delgado. Estrada Palma renuncia y el gobierno de los
Estados Unidos se ve forzado a intervenir. El nuevo Gobernador Magoon
designa una Comisión Consultiva integrada por doce miembros, a fin de que
redacten una serie de leyes que se consideran indispensables para la
buena marcha de la República. Juan Gualberto Gómez es designado
Secretario de la Comisión Consultiva que redacta una Ley Electoral, una
Ley Orgánica Provincial, una Ley Orgánica Municipal, una Ley Orgánica del
Poder Judicial, otra del Servicio Civil, etc. En política se reconcilia
con el zayismo y contribuye a la reorganización liberal. Cuando Zayas
acepta la candidatura presidencial de José Miguel Gómez, el periodista
Juan Gualberto Gómez se declara contrario a ello y decide retirarse de la
política.
|
“Ya electo José Miguel Gómez decide
atraérselo. Le designa Comisionado del Diario de Sesiones y del Archivo
de la Comisión Consultiva y Académico Fundador de la Academia de la
Historia. Cuando se produce la sublevación de dos elementos del Partido
Independiente de Color, Juan Gualberto Gómez, es de los que condenan el
movimiento, lanzando un manifiesto que suscribe junto con Nicolás
Guillén, Generoso Campos Marquetti y otros. Después de liquidado el
movimiento, censura la crueldad empleada para reprimirlo y aconseja la
adopción de medidas que impidan en el futuro, la repetición de situación
similar.
|
“En los comicios de 1912 retorna a la
política para defender otra vez la candidatura zayista. En las elecciones
generales pierde el Partido Liberal el poder, pero dos años después los
liberales habaneros eligen a Juan Gualberto Gómez Representante a la
Cámara por esta provincia. El 5 de octubre de 1915 toma posesión. El 7 de diciembre de aquel mismo año, pronuncia el elogio
del general Maceo en la sesión solemne conque este cuerpo colegislador
conmemora la efeméride. En 1916 es electo Senador. Cuando se produce la
sublevación liberal en febrero de 1917 el gobierno conservador ordena el
arresto de Juan Gualberto Gómez, pero inmediatamente se dispone su
libertad. Será la última vez que sufra prisión por sus ideas políticas.
El 2 de abril toma posesión en el Senado de la
República. En 1920 se reproduce la pugna entre zayistas y miguelistas
dentro del liberalismo. Alfredo Zayas, seguido por Juan Gualberto Gómez
se lanza a la organización de fuerzas propias dando vida al Partido
Popular. Juan Gualberto Gómez es factor decisivo cerca de los
conservadores para lograr la integración de la Liga Patriótica, al través
de la cual, conservadores y populares, postulan al Dr. Zayas candidato
presidencial frente al general Gómez que ha obtenido la postulación en la
boleta liberal. Pero su sino es siempre luchar. Cuando al fin el Dr.
Zayas está instalado en la primera magistratura de la nación, Juan
Gualberto Gómez se siente agraviado por algunos actos que considera
desaires. Y rompe con el zayismo. En 1924 sus divergencias con el zayismo
se ahondan porque el Dr. Zayas decide llevar al Partido Popular a la
integración de un frente con los liberales para apoyar la candidatura
presidencial del general Gerardo Machado y Juan Gualberto Gómez es de los
que creen que el Partido Popular debe mantener su alianza con los
conservadores, defendiendo, en esta ocasión, la candidatura presidencial
del general Menocal. Los comicios del 1º de noviembre de ese año de 1924 dieron el triunfo a
la coalición liberal-popular. Juan Gualberto Gómez, a punto de abandonar
el Senado por expirar su mandato, edita nuevamente a "Patria".
Desde esas columnas fustiga al gobierno machadista. Cuando se asesina a
Armando André protesta y cuando se anuncia la intención de prorrogarse
vuelve a protestar y cuando se maniobra para reformar la Constitución de
1901, vuelve a protestar. Cuando el grupo Unión Nacionalista se organiza,
uno de sus fundadores es Juan Gualberto Gómez. El general Machado trata
de atraerse al viejo rebelde. Le concede la Gran Cruz de Carlos Manuel de
Céspedes. Los amigos le organizan un homenaje nacional en el Teatro
Nacional. El 10 de mayo de 1929 se lleva a cabo aquel acto.
Hablan Pedro Betancourt, Domingo Méndez Capote y Miguel Ángel Céspedes.
El Presidente Machado pronuncia unas palabras elogiosas y, finalmente,
Juan Gualberto Gómez contesta con un discurso en el que subraya
enfáticamente que no es hombre que se doblega, ni que abjura, ni da pasos
hacia atrás. De este discurso es aquella frase que ha pasado a la
historia: "El Juan Gualberto con Cruz es el mismo Juan Gualberto sin
Cruz".
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“Pero está viejo. Los años le vencen.
En 1932 ya ha roto con el nacionalismo. La crisis política nacional
precipita su crisis personal. Un buen día de 1932 Orestes Ferrara tiene
la osadía de invitarle a discutir en público una posible solución de la
crisis nacional. La posición de Ferrara es muy desventajosa, porque para
ello tendrá que defender lo que no tiene jamás defensa, el gobierno
personal, la dictadura, la mandonería de los mal llamados Hombres
Fuertes. Juan Gualberto Gómez es, a pesar de sus años, el mismo
periodista de las grandes polémicas. Ferrara tuvo muy pronto que
replegarse y dar por terminada la polémica, porque de haberla continuado
Juan Gualberto Gómez hubiera sacado mucho y muy buen partido para su
causa.
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“Son los tiempos finales. Vive en una
modesta casita de madera. Está muy enfermo. Maltrecho el cuerpo sufre en
medio de la escasez económica. El 5 de marzo de 1933, cuando ya la dictadura machadista
se tambaleaba, cerró sus ojos para siempre Juan Gualberto Gómez y Ferrer,
un cubano cabal, cuyo recuerdo vivirá eternamente entre los cubanos de
todas las épocas, como un símbolo magnífico de patriotismo y lealtad a
las ideas.”
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Cooperar con los poderes de facto sería aceptar lo que rechaza mi conciencia |
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JJG fue miembro del gabinete de Zayas, del que luego se alejó |
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Última foto del patriota junto a sus nietos Pácido y Olguita |
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