... al menos en este mundo.
Orlando Bosch, asesino |
Protegido y amamantado por los servicios de inteligencia de EE.UU., como su cómplice, el terrorista Luis Posada Carriles - quien aún vive libre en la misma ciudad - Orlando Bosch, 84, murió hoy al filo del mediodía en su cubil floridano producto de una enfermedad que no fue revelada.
Este sujeto, junto a Posada Carriles, participó en la planificación y posterior voladura del avión comercial cubano que le costó la vida a 73 personas y ha sido juzgado y sentenciado en Venezuela, EE.UU. y otros países por actos de violencia. En 1968 fue condenado a 10 años de privación de libertad por un atentado a un buque de bandera polaca anclado en un muelle de Miami. Luego cumplió 10 años en Venezuela por la voladura del avión de Cubana.
Ante su rico historial, el Fiscal General de EE.UU. Dick Thornburgh lo caracterizó como “terrorista sin arrepentimiento” (unrepentant terrorist), y el Fiscal General Asociado Joe D. Whitley lo catalogó como una “amenaza a la seguridad nacional” (a threat to national security). Cabe destacar que a estos fiscales nadie los podría calificar de “agentes” al servicio de Cuba, pues sirvieron en el gobierno fascista de Bush hijo.
La injusticia se prolonga en sí misma, sin paz para los muertos ni para sus familiares, que siguen con dolor cómo los EE.UU. les niegan el derecho a recibir la compensación emocional de ver procesados por sus verdaderos delitos a los asesinos.
A continuación un dibujo animado del ICAIC “Los terroristas no tienen cueva”, dedicado al difunto y a Posada Carriles.
Con información de http://www.cubadebate.cu
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