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Mujeres babalawos en Holguín, Cuba. |
El Blog de Dimas (http://www.desdecuba.com/dimas/) publica un interesante artículo sobre una reunión de mujeres babalawos en Holguín, algo casi insólito en una religión dominada por los hombres, donde existen secretos y ritos en los que a una mujer no le está permitido participar.
Afortunadamente para las mujeres, que también se están abriendo paso a codazos en otras religiones, en la religión Yoruba está ocurriendo un movimiento internacional de "dignificación del sexo (género) femenino" y de lucha por establecer la igualdad de género.
A continuación les ofrecemos el artículo en cuestión, léanlo y alégrense con nosotros.
Entre los días 8 y 9 del pasado mes de marzo, en la oriental ciudad de Holguín, se realizó el I Encuentro de Mujeres Iyaonifá en Cuba. En el evento quedó constituida la asociación “Hermanas Universales”, primera organización de ese tipo en nuestro país. En el Encuentro, de carácter universal, participaron de forma directa 31 delegadas de La Habana, Matanzas, Morón, Holguín y Santiago de Cuba, y de forma virtual, delegadas de Venezuela, México, Panamá y España.
La inauguración, coincidiendo con el Día Internacional de la Mujer, comenzó con un toque de tambor en honor a los ancestros y a figuras destacadas. De forma especial a Arábìnrin Àgbàyé Olùwò, -primera Iyaonifá conocida en la historia, quien vivió aproximadamente en el año 200 d.C. en Nigeria-, a Fermina Gómez, Latuan y a María Moserarrate, entre otras sacerdotisas del culto a Ifá y a mujeres relevantes de la historia de Cuba como Mariana Grajales y Celia Sánchez Manduley. En el segundo día de sesiones se fundó la asociación internacional Hermanas Universales y se eligieron las sacerdotisas para integrar las directivas Legislativa y Ejecutiva de la naciente institución.
Según se dio a conocer los dos objetivos fundamentales de Hermanas Universales son: 1- Reconquistar la posición que le corresponde al género femenino dentro del contexto afro religioso y 2- Coadyuvar, con su ejemplo, a la disminución del distanciamiento entre las diferentes familias e instituciones de babalawos que existen en Cuba.
La constitución de las Hermanas Universales es el resultad de una labor dirigida al reposicionamiento de la mujer en el contexto religioso afrocubano y afro-norteamericano iniciado en Cuba hace nueve años, cuando la Casa Templo Ifá Ìranlówo (La salvación es Ifá) liderada por Víctor Omolófaoró, consagró con el grado de Iyaonifá, equivalente al de Babalawo para los hombres, a las cubanas María Cuesta Ifachina y Nidia Águila Ifabiola en marzo de 2002, y a la venezolana Alba Marina Portales Ifayeni, en junio de 2004, las que pasaron a integrar la lista de mujeres del continente que encabeza Patri D’ Haifa, la primera mujer americana consagrada en la ciudad de Nueva York en 1985.
Para Víctor Omolófaoró la consagración femenina se justifica: porque los conocimientos esenciales en las tradiciones yorubas se reciben a alta edad y los esclavos hombres que llegaron a Cuba por su juventud carecían de los mismos; porque a la Isla arribaron mujeres africanas con los conocimientos requeridos para realizar iniciaciones; porque hasta la tercera década del siglo XX existieron en Cuba mujeres con esas características; porque las actividades religiosas de la Casa que él dirige son copias fieles de las ceremonias realizadas entre 1860 y 1930 en Cuba y de las realizadas en los pueblos yorubas antiguos; porque la iniciación realizada se corresponde con el movimiento internacional de dignificación del sexo femenino; porque han recibido visitas de varias Iyánífá procedentes de Nigeria; porque el profesor Wándé Abimbola Awise Agbaye, Inspector de Ifá en el Mundo, no establece distinción entre hombres y mujeres, ya que ambos pueden estudiar y recibir una mano de Ifá a través del conocimiento, del estudio y de la práctica; y porque el líder espiritual de la religión yoruba en el mundo, Chief Awoyemi Aworeni Adisa Mokoranwale, afirma que la mujer “puede hacer Itèfá, ser convertida en Ìyáonífá o Iyá-awo, en sacerdotisa de Ifá…”.
La labor iniciada en solitario por la Casa Templo Ifá Ìranlówo es seguida hoy por varios babalawos del país y el número de consagradas se ha elevado, dentro de Cuba a 58 consagradas, lo que demuestra que la igualdad de género dentro de la religión yoruba va camino a la consolidación. Un hecho que recuerda lo ocurrido en 1857 con el primer juramento abakuá de blancos en nuestro país, por lo que Petit (Andrés Quimbisa) fue acusado de traidor y de haber vendido el secreto a los blancos. De igual forma la consagración de mujeres sacerdotisas y el nacimiento de Hermanas Universales constituye un momento trascendental en la historia de las religiones africanas en Cuba y de la igualdad de género.