Friday, March 25, 2016

Declaración de Asociación Cubanos en Toronto sobre visita Obama a Cuba



La Asociación de Cubanos Residentes en Toronto "Juan Gualberto Gómez" ha seguido con atención la visita (la primera visita oficial de un presidente estadounidense a Cuba en 88 años) de Barack Obama a la isla caribeña.

Si bien hay todavía asuntos sumamente importantes para el pueblo cubano, tales como el bloqueo económico, comercial y financiero, impuesto a Cuba por EE.UU. por más de 50 años; la ocupación ilegal (e indeseada) del territorio donde está la base naval de EE.UU. en Guantánamo; los planes injerencistas del gobierno estadounidense que pretende destruir el orden constitucional de Cuba a través del financiamiento directo de grupos y personas llamadas opositoras; y otros más; consideramos que esta visita ha sido un primer paso positivo en la normalización de relaciones entre Cuba y su vecino del Norte.

Confiamos y tenemos optimismo en que, siempre basadas en el respeto a la soberanía, independencia y la dignidad de Cuba, estas negociaciones continúen avanzando en el futuro para el bien de ambos pueblos.

Abogamos por un futuro de paz y prosperidad para nuestra patria.

Asociación de Cubanos en Toronto "Juan Gualberto Gómez"
Toronto, 25 de marzo de 2016

Thursday, March 24, 2016

Obama y la economía cubana: Entender lo que no se dijo, por Agustín Lage Dávila




Tuve la oportunidad de participar en varios encuentros con la delegación que acompañó al Presidente Obama y escucharlo en tres intervenciones; y siento ahora el deber de compartir con mis compañeros lo que interpreté de lo que se dijo, y también de lo que no se dijo, pues en política lo que se deja de decir suele ser tan importante como lo que se dice.
Hay dos direcciones complementarias de pensamiento para interpretar esta visita y todo el proceso de intento de normalización de las relaciones: interpretar lo que significa para una valoración del pasado, e interpretar lo que significa para una proyección hacia el futuro.
De cara al pasado es evidente que el proceso de normalización recién iniciado en las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos hay que interpretarlo como una victoria mayúscula del pueblo revolucionario y socialista cubano, de sus convicciones, de su capacidad de resistencia y sacrificio, de su cultura, de su compromiso ético con la justicia social; así como también como una victoria de la solidaridad con Cuba de América Latina.
Hay cosas que nos resultan tan evidentes a los cubanos que a veces olvidamos subrayarlas.
  • Se inició esta normalización en vida de la generación histórica que hizo la Revolución, y conducida por líderes de esa misma generación.
  • Implicó un reconocimiento de la institucionalidad revolucionaria cubana, reconocimiento que no hubo hacia el Ejército Libertador en 1898, ni hacia el Ejército Rebelde en 1959 (si lo hubo, sin embargo, hacia las dictaduras de Gerardo Machado y Fulgencio Batista).
  • Incluyó un reconocimiento explícito de los logros de la Revolución, al menos en Educación y Salud (que fue lo que se mencionó)
  • Incluyó un reconocimiento explícito a la ayuda solidaria de Cuba hacia otros pueblos del mundo, y su aporte a causas nobles tales como la salud mundial, y la eliminación del apartheid en África.
  • Incluyó una aceptación explícita de que las decisiones sobre los cambios y los modelos socioeconómicos en Cuba corresponden exclusivamente a los cubanos, que tenemos (hemos ganado) el derecho a organizar nuestra sociedad de manera diferente a como otros lo hacen.
  • Implicó la declaración del abandono de la opción militar y subversiva, así como la intención de abandonar la coerción, como instrumentos de la política norteamericana hacia Cuba.
  • Expresó el reconocimiento del fracaso de las políticas hostiles contra Cuba de las administraciones precedentes, lo que implica (aunque no fuese declarado así) el reconocimiento de resistencia consciente del Pueblo Cubano, ya que las políticas hostiles solamente fracasan ante las resistencias tenaces.
  • Reconoció el sufrimiento que el bloqueo ha causado al Pueblo Cubano.
  • No partió este proceso de concesiones cubanas en uno solo de nuestros principios. Tampoco en los reclamos de cese del bloqueo y devolución del territorio ilegalmente ocupado en Guantánamo.
  • Incluyó el reconocimiento público de que los Estados Unidos estaban aislados en América Latina y en el mundo por su política hacia Cuba.
No creo que haya nadie medianamente lúcido e informado en el mundo que pueda interpretar este proceso de normalización en curso como otra cosa que no sea una victoria de Cuba en su diferendo histórico con los Estados Unidos.
De cara al pasado es esa la única interpretación posible.
Ahora bien, de cara al futuro las cosas son más complejas, y hay al menos dos interpretaciones extremas posibles, y sus variantes intermedias:
  • La hipótesis de la conspiración perversa
  • La hipótesis de las concepciones divergentes sobre la sociedad humana
En las calles de Cuba se discute hoy sobre ambas. Alerto al lector en este punto que no voy a argumentar por ahora a favor o en contra de una de estas dos hipótesis, o de las combinaciones diversas de ambas. Los acontecimientos futuros se encargarán de hacerlo, y cada cual sacará “sus propias conclusiones” en este “pasaje a lo desconocido”.
Quienes se adhieren a la hipótesis de la conspiración perversa ven las palabras del Presidente Obama como una falsa promesa o un sutil engaño que responde a un plan concebido para que abramos las puertas al capital norteamericano y a la influencia de sus medios de comunicación; para que permitamos la expansión en Cuba de un sector económicamente privilegiado, que con el tiempo se iría transformando en la base social de la restauración capitalista y el renunciamiento a la soberanía nacional. Serían los primeros pasos del camino de retorno hacia la Cuba de ricos y pobres, dictadores y mafiosos, que teníamos en los años 50.
Los cubanos que piensan así, tienen derecho a hacerlo: hay muchos hechos en la historia común que justifican esa enorme desconfianza. Son conocidos y no necesito enumerarlos aquí.
Mucha gente recuerda la famosa frase atribuida al Presidente Franklin D. Roosevelt cuando dijo del dictador nicaragüense Anastasio Somoza: Tal vez Somoza sea un hijo de puta, pero es nuestro hijo de puta”.
Ciertamente ni el Presidente Obama, ni las actuales generaciones de norteamericanos de buena voluntad (que hay muchos) tienen la culpa, como personas individuales, de las primeras etapas de esa trayectoria histórica. Pero también es innegable que esa historia está ahí, y que impone condicionamientos a lo que ellos pueden hacer, y a nuestra manera de interpretar lo que ellos hacen. Los procesos históricos son mucho más largos que una vida humana, y eventos ocurridos hace muchas décadas influyen en nuestras opciones de hoy, porque condicionan actitudes colectivas que tienen una existencia objetiva, relativamente independiente de las ideas y las intenciones de los líderes.
Aún distanciando al Presidente Obama de las políticas agresivas e inmorales de administraciones precedentes, que organizaron invasiones, cobijaron terroristas, estimularon asesinatos de líderes cubanos e implementaron el intento de rendir por hambre al Pueblo Cubano; aún estableciendo esa distinción, no se puede olvidar que Obama solo no es la clase política de los Estados Unidos. Hay muchos otros componentes del poder ahí, que siempre han estado presentes, lo están hoy, y lo estarán cuando termine el mandato de Obama dentro de algunos meses, y en el futuro previsible. Los estamos viendo en la campaña electoral en curso.
Para ser honesto con todo el que lea esta nota, debo reconocer que el Presidente Obama no dio aquí la impresión de ser el articulador de una conspiración perversa, sino la de ser un hombre inteligente y culto, que cree en lo que dice. Lo que sucede entonces es que las cosas en las que él cree (con todo su derecho) son diferentes a las que creemos nosotros (también con todo nuestro derecho).
Esa es la segunda hipótesis, la de las concepciones divergentes sobre la sociedad humana, las cuales fueron muy evidentes en todos los momentos de la visita a Cuba del Presidente Obama y su delegación, en todo lo que se dijo, y también en lo que se dejó de decir.
Fue muy claro que la dirección principal de la relación de los Estados Unidos con Cuba estará en el campo de la economía, y dentro de este, la estrategia principal será relacionarse con el sector no estatal y apoyarlo.
Fue muy claro, en el discurso y en los mensajes simbólicos, en tomar distancia de la economía estatal socialista cubana, como si la propiedad “estatal” significase propiedad de un ente extraño, y no propiedad de todo el pueblo como realmente es.
En la necesidad de que exista un sector no estatal en la economía cubana no tenemos divergencias. De hecho la expansión del espacio de los cuentapropistas y las cooperativas es parte de la implementación de los Lineamientos surgidos del 6º Congreso del Partido. Donde está la divergencia es en el rol que debe tener ese sector no estatal en nuestra economía:
  • Ellos lo ven como el componente principal de la economía; nosotros lo vemos como un complemento al componente principal que es la empresa estatal socialista. De hecho hoy ese sector no estatal, si bien se acerca a ser el 30% del empleo, no alcanza a aportar el 12% del PIB, lo que indica su carácter limitado para la generación de valor agregado.
  • Ellos lo hacen equivaler a “la innovación”; nosotros lo vemos como un sector de relativamente bajo valor agregado. La innovación está en la alta tecnología, la ciencia y la técnica, y sus conexiones con la empresa estatal socialista. El espíritu innovador del pueblo cubano se expresó en estos años de muchas otras maneras, tales como el desarrollo de la biotecnología y sus medicamentos y vacunas, la formación masiva de informáticos en la UCI, la agricultura urbana, la revolución energética y otros muchos logros del periodo especial, nada de lo cual se mencionó en los discursos de nuestros visitantes.
  • Ellos ven el emprendimiento privado como algo que “empodera” al pueblo; nosotros lo vemos como algo que empodera a “una parte” del pueblo, y relativamente pequeña. El protagonismo del pueblo está en las empresas estatales, y en nuestro gran sector presupuestado (que incluye la salud, la educación, el deporte, la seguridad ciudadana) que es donde se trabaja realmente para todo el pueblo y donde se genera la mayoría de la riqueza. No se puede aceptar el mensaje implícito de hacer equivaler el sector no estatal con “el pueblo cubano”. Eso no fue dicho de esa manera tan brutal, pero se interpreta del discurso de una forma demasiado clara.
  • Ellos separan tácitamente el concepto de “emprendimiento”, y el de propiedad estatal. Nosotros vemos en el sector estatal nuestras principales opciones de emprendimientos productivos. Así lo explicamos en el Foro de empresarios al ilustrar la organización en que trabajo (El Centro de Inmunología Molecular) como “una empresa con 11 millones de accionistas”.
  • Ellos ven al sector no estatal como una fuente de desarrollo social; nosotros lo vemos en un rol doble, pues también es una fuente de desigualdades sociales (de lo que ya tenemos evidencias, como ilustran los recientes debates sobre los precios de los alimentos), desigualdades que habrá que controlar con una política fiscal reflejo de nuestros valores.
  • Ellos creen en la función dinamizadora de la competencia (aunque este concepto ha sido cuestionado ya incluso por ideólogos serios de la economía capitalista). Nosotros conocemos su función depredadora y de erosión de la cohesión social, y creemos más en la dinámica que proviene de programas de país.
  • Ellos creen en que el mercado distribuye eficientemente la inversión respondiendo a la demanda; nosotros creemos que el mercado no responde a la demanda real sino a la “demanda solvente”, y profundiza las desigualdades sociales.
  • Ellos se apoyan en la trayectoria de desarrollo empresarial de los Estados Unidos, cuya economía despegó en el Siglo XIX, en condiciones de la economía mundial que son irrepetibles hoy. Nosotros sabemos que las realidades de los países subdesarrollados de economía dependiente son otras, especialmente en el Siglo XXI, y que el desarrollo económico y científico-técnico no ocurrirá a partir de pequeños emprendimientos privados en competencia, ni intentando reproducir la trayectoria de los países hoy industrializados, con 300 años de diferencia. Sería la receta de la perpetuación del subdesarrollo y la dependencia, con una economía diseñada como apéndice y complemento de la economía norteamericana, cosa que ya ocurrió en el Siglo XIX, cuando esa dependencia nos sumió en el monocultivo y cerró el camino de la industrialización. Para entender eso sirve la Historia, y por ello no podemos olvidarla.
Emprender el camino de la convivencia civilizada “con nuestras diferencias”, implica conocer bien a fondo y por todo el Pueblo Cubano, dónde es que están esas diferencias, para poder evitar que decisiones puntuales aparentemente racionales ante problemas económicos tácticos, nos puedan llevar a errores estratégicos; y peor aún, que otros nos empujen a ello, a través de las cosas que se dicen y las que no se dicen.
Supimos evitar esos errores en los inicios del periodo especial, ante la desaparición del campo socialista europeo y la marea ideológica neoliberal de los 90. Sabremos hacerlo mejor ahora.
La convivencia civilizada ciertamente nos aleja del riesgo y la barbarie de la guerra (militar y económica), pero no nos exonera de dar la batalla en el plano de las ideas.
Necesitamos vencer en esa batalla de ideas para poder vencer en la batalla económica.
La batalla económica del Siglo XXI cubano se dará en tres campos principales:
  1. El de la eficiencia y capacidad de crecimiento de la Empresa Estatal Socialista, y la inserción de esta en la economía mundial
  2. El de la conexión de la ciencia con la economía a través de empresas de alta tecnología, con productos y servicios de alto valor añadido que enriquezcan nuestra cartera de exportaciones
  3. El de la limitación consciente de la expansión de las desigualdades sociales, a través de la intervención del Estado Socialista
En esos campos se decidirá el Siglo XXI de los cubanos.
La batalla de ideas consiste en consolidar pensamiento y consenso sobre hacia donde queremos ir, y sobre los caminos concretos para llegar.
Las aguas del estrecho de La Florida no deben ser un campo de conflicto bélico, y es muy bueno para todos que así sea, pero esas aguas seguirán separando por mucho tiempo dos concepciones diferentes de la convivencia humana, de la organización de los hombres para la vida social y el trabajo, y de la distribución de sus frutos. Y también es muy bueno que así sea. Nuestro ideal de sociedad humana está enraizado en nuestra experiencia histórica y en el alma colectiva de los cubanos, sintetizada magistralmente por el pensamiento de José Martí. Él estudió y entendió mejor que nadie en su tiempo la sociedad norteamericana y dijo: “nuestra vida no se asemeja a la suya, ni debe en muchos puntos asemejarse”.
La creencia básica del capitalismo, incluso en los que así lo creen honestamente, es la construcción de prosperidad material basada en la propiedad privada y la competencia. La nuestra se basa en la creatividad movida por los ideales de equidad social y solidaridad entre las personas, incluidas las generaciones futuras. Nuestro concepto de sociedad es el futuro, y aunque el futuro se demore, atrapado en los condicionamientos objetivos del presente, sigue siendo el futuro por el que hay que luchar.
La propiedad privada y la competencia son el pasado, y aunque ese pasado siga existiendo necesariamente dentro del presente, pasado sigue siendo.
Hay que saber siempre ver los conceptos que están detrás de las palabras que se dicen, y las razones que están detrás de las palabras que no se dicen.
La batalla por nuestro ideal de convivencia humana estará en las manos de las actuales generaciones de jóvenes cubanos, que enfrentarán en su tiempo desafíos diferentes a los de las generaciones revolucionarias del Siglo XX, pero igualmente grandes y trascendentales, y también más complejos.
Al analizar la complejidad de sus desafíos les confieso que quisiera ingresar otra vez en la Unión de Jóvenes Comunistas, cuyo carnet (Nº7784, de 1963) tengo ahora mismo sobre mi mesa. Sigo siendo comunista, pero he de aceptar que ya no puedo seguir siendo “joven”. Pero si puedo compartir con los jóvenes el análisis de lo que hoy se dice, y la develación de lo que no se dice, y construir junto con ellos las herramientas intelectuales que necesitamos para las batallas que vienen.
José Martí escribió en abril de 1895: “De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: Ganémosla a pensamiento”.
Tomado de Cubadebate

Friday, March 18, 2016

Declaraciones de Bruno Rodríguez Parrilla, Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba




Moderador.- Como hemos informado, el ministro de Relaciones Exteriores, compañero Bruno Rodríguez Parrilla, realizará unas declaraciones a la prensa nacional y extranjera, a propósito de las nuevas medidas anunciadas recientemente por el gobierno de Estados Unidos y de la próxima visita a Cuba del presidente Barack Obama.
Seguidamente responderá algunas preguntas.
Bruno Rodríguez.- El 15 de marzo, los Departamentos del Tesoro y Comercio de Estados Unidos emitieron nuevas regulaciones que modifican la aplicación de algunos aspectos del bloqueo de Estados Unidos contra Cuba.
Este es el cuarto anuncio de este tipo que realiza el gobierno norteamericano desde los anuncios del 17 de diciembre de 2014, cuando los presidentes de ambos países dieron a conocer la decisión de restablecer relaciones diplomáticas.
Las medidas anunciadas anteriormente hicieron poca diferencia en la aplicación real del bloqueo y no han funcionado debido al carácter integral y opresivo de éste.
Estamos estudiando el alcance y los efectos prácticos que podrían tener las medidas anunciadas hace 48 horas. Se puede afirmar, sin dudas, que son medidas positivas, que marchan en la dirección correcta y cuya profundidad habrá que establecer en los hechos.
Algunas de estas medidas amplían el alcance de las que se habían adoptado antes.  Es el caso, por ejemplo, de la que autoriza ahora los viajes individuales bajo la licencia para intercambios educacionales llamados “pueblo a pueblo”. Hay que recordar que, a pesar de ello, se mantiene la prohibición legal a los ciudadanos estadounidenses de viajar a Cuba.
La amenaza de sanciones penales o administrativas por hacer turismo en Cuba es una prohibición insana, injustificada, que no debería existir. Únicamente Cuba es un destino prohibido a los ciudadanos estadounidenses. Al adoptar esta medida, sin embargo, se sigue obligando a los ciudadanos norteamericanos a conservar registro de todos sus gastos y de todas sus actividades, y se les exige, de una manera insólita, que dediquen todo el tiempo de su visita a nuestro país, no a disfrutar el contacto abierto con los cubanos y las maravillas de Cuba, sino, según dice estrictamente la decisión ejecutiva, “a promover la independencia de los cubanos”.
¿Por qué mantener esta absurda prohibición? ¿Qué pasa con las libertades civiles de los ciudadanos norteamericanos?
Otra medida significativa es la autorización a Cuba del uso del dólar en sus transacciones internacionales. Atañe, sin duda, a un aspecto significativo del bloqueo. Sin embargo, para que esta medida sea viable, se requerirán seguramente declaraciones políticas de muy alto nivel del Gobierno de Estados Unidos, se requerirán documentos de alcance jurídico, aclaraciones legales numerosas del Departamento del Tesoro que den seguridad jurídica y política a los bancos a los bancos extranjeros y a los propios bancos estadounidenses. Los bancos tendrán que entender si, en efecto, esta medida significa que cesa en el futuro próximo la persecución financiera contra Cuba. Habrá que revertir los efectos intimidatorios acumulados durante décadas, en particular en el último período en el cual se aplicaron sanciones a entidades bancarias internacionales, es decir, extranjeras, de terceros países, por valor de más de 14 000 millones de dólares, por relacionarse de manera totalmente legítima con Cuba.
En los próximos días intentaremos realizar transferencias en dólares con entidades bancarias de terceros países y en los propios Estados Unidos, para verificar si, en efecto, estas transacciones pueden realizarse y si los bancos extranjeros y norteamericanos tienen indicaciones de que pueden realizar estas operaciones con Cuba sin temor a injustas e intimidatorias penalizaciones. Habría que esperar que en lo adelante no se repitan multas como las aplicadas en las semanas recientes, después de avanzado el proceso de restablecimiento de relaciones diplomáticas y después de anunciadas las medidas anteriores, contra bancos como el alemán Commerzbank y el francés Credit Agricole.
Deseo anunciar que el gobierno cubano ha decidido eliminar el gravamen del 10% que se aplica hoy al dólar norteamericano cuando ingresa en nuestro país.
Debo recordar que dicho gravamen se estableció al uso de dinero en efectivo, en dólares estadounidenses, en el año 2004, como una medida justificada en legítima defensa frente al fortalecimiento insólito, desde aquel momento, de la persecución financiera.
Este gravamen del 10% ha servido para compensar a las instituciones financieras cubanas por los riesgos y costos que ha generado y genera hasta este momento el uso del dólar.
Debo decir que solo después que se compruebe con la banca internacional corresponsal de nuestros bancos la posibilidad de hacer uso del dólar estadounidense en nuestras operaciones, y que estas operaciones estén realizándose con plena normalidad, se hará efectiva la decisión de la eliminación del gravamen. Mientras haya persecución financiera habrá gravamen, cuando ésta haya cesado en la realidad, en los hechos, el gravamen será eliminado.
Sin embargo, la medida anunciada con relación al uso por parte de Cuba del dólar estadounidense, no significa, lamentablemente en modo alguno, que se hayan normalizado las relaciones bancarias entre Cuba y Estados Unidos, como perfectamente habría podido haberse esperarse en estas circunstancias.
Según las regulaciones del gobierno de Estados Unidos, no se permite que los bancos cubanos tengan cuentas corresponsales en bancos estadounidenses; es decir, nuestros bancos no podrán tener cuentas corresponsales en los bancos norteamericanos, requisito indispensable para sostener relaciones financieras normales, por lo que necesariamente las operaciones financieras cubanas tendrán que seguir haciéndose a través de terceros, lo cual continuará incrementando los costos operacionales, los trámites asociados y, a partir de la acumulación de terribles penalidades, efectos disuasorios.
Quisiera preguntar al gobierno de Estados Unidos por qué no se ha dado ahora ese paso, por qué no puede darse, por qué ha sido excluida de estas medidas la autorización a los bancos cubanos de abrir cuentas corresponsales en bancos estadounidenses, en particular, en vísperas de un momento significativo en nuestras relaciones bilaterales, como será la llegada a La Habana del presidente Barack Obama.
Tampoco se ha anunciado ninguna decisión en relación con la posibilidad de que se realicen inversiones norteamericanas en nuestro país, más allá de las ya aprobadas antes, no en este último paquete de medidas, para el sector de las telecomunicaciones con propósitos declaradamente políticos.
Como se señaló en el reciente Editorial del periódico Granma, Cuba ha aceptado el desafío; pero actuaremos en el terreno de las operaciones de telecomunicaciones a partir de las prioridades nacionales de informatización de nuestra sociedad y continuaremos protegiendo la soberanía tecnológica de nuestras redes.
Hemos visto también con decepción que se mantiene la prohibición a las importaciones de productos cubanos en Estados Unidos, incluyendo medicamentos y productos biotecnológicos. De manera que el limitado comercio bilateral alejado de las normas internacionales de comercio, de la libertad de navegación, de forma discriminatoria, pero que opera hoy de manera limitadísima entre los dos países, sigue siendo estrictamente unidireccional. No puede haber importación en Estados Unidos de productos ni servicios cubanos. Solamente se ha modificado una prohibición absurda que impedía a los ciudadanos estadounidenses, incluso, consumir productos o servicios cubanos en terceros países, no ya en Cuba, no ya en Estados Unidos; lo que se ha hecho ahora es autorizar el consumo de esos productos o servicios en algún tercer país.
Si un ciudadano norteamericano visita a Canadá y desea adquirir algún producto cubano, disfrutar de algún tratamiento cubano en Estados Unidos, si deseara llevar consigo una botella del mejor ron añejo que se vende en el mundo o de los mejores habanos, le está impedido hacerlo.
¿Por qué los ciudadanos estadounidenses, en esta circunstancia particular de la relación bilateral, no pueden utilizar las vacunas terapéuticas cubanas contra el cáncer de última generación?
¿Por qué no pueden acceder al tratamiento único cubano para el pie diabético, que ha demostrado una efectividad que no se encuentra en otro producto en el mercado mundial?
Las exportaciones de Estados Unidos a Cuba continúan siendo limitadas, a pesar de nuestra nueva Ley de Inversiones, de la apertura de la Zona Especial de Desarrollo del Mariel y de las oportunidades que ofrece la economía cubana.
Entre las medidas enunciadas, se ha autorizado la contratación, el pago a ciudadanos cubanos no inmigrantes, es decir, temporalmente en territorio de Estados Unidos. De manera que a partir de ella nuestros artistas reconocidos en la cultura estadounidense, nuestros excelentes deportistas podrían ser contratados. Sin embargo, se hace de una manera discriminatoria contra los ciudadanos, los artistas, los atletas, las personas de nuestra tierra.
Por ejemplo, los pagos que reciba un artista, o un músico reconocido, o un atleta cubano en algún evento significativo, no podrían satisfacer las leyes de impuestos que existen en nuestro país y colocaría al ciudadano cubano o ciudadana en situación de ilegalidad. De igual manera se establecen normas ridículas para impedir que un centavo de ese dinero pudiera venir al sector público en Cuba.
Reitero que para que haya relaciones normales en el ámbito del deporte, debe cesar la política que condiciona la contratación de peloteros cubanos para las ligas estadounidenses a que renuncien a su residencia en nuestro país. Sin embargo, reconozco que es un paso positivo el que se ha dado autorizando dichos pagos.
Ha habido otra medida que también tendrá un efecto positivo, aunque limitado, según se ha anunciado por el Departamento del Tesoro, relativa a la prohibición a barcos que hayan transportado mercancías a Cuba para entrar en puertos estadounidenses en un plazo de 180 días, lo cual obviamente encarece los costos por concepto de fletes. Es decir, un barco que ha transportado alguna mercancía de Estados Unidos a Cuba podría continuar realizando operaciones; estamos hablando de buques estadounidenses. Es una medida que no beneficia a Cuba, sino que beneficia, y está bien que lo haga, a las navieras estadounidenses.
Ciudadanos y empresas cubanas y de otros países continúan incluidos en una lista arbitraria, conocida como “nacionales especialmente designados”, una lista negra que les impide realizar transacciones con empresas norteamericanas y sus subsidiarias.
Todas estas restricciones habrían podido ser eliminadas ahora o podrían serlo en las próximas semanas o meses mediante decisiones única y estrictamente ejecutivas.
La realidad es que el bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba sigue en vigor después de los anuncios realizados hace 48 horas. No es solo mi opinión. El secretario del Tesoro de Estados Unidos, el señor Jack Lew, acaba de decir que el bloqueo limita “muy, muy significativamente” el volumen de transacciones entre Cuba y Estados Unidos.
Sus componentes disuasivos y punitivos continúan en vigor.
•    Empresas de Estados Unidos y extranjeras han sido multadas en fecha muy reciente por ofrecer servicios y equipamiento estadounidense a Cuba.
•    A empresas extranjeras que comercializan níquel y ron cubano se les han cancelado líneas de crédito y rechazado sus transferencias bancarias, incluso en monedas distintas al dólar estadounidense.
•    Bancos extranjeros han cerrado las cuentas bancarias en otras monedas de terceros países a personal de la salud cubano que brindan su colaboración en países de África.
•    Subsidiarias de empresas estadounidenses en terceros países niegan cotidianamente hasta este minuto sus servicios a misiones diplomáticas y entidades cubanas radicadas en el extranjero.
El bloqueo es, sigue y seguirá siendo, a menos que se adopten otras decisiones ejecutivas o incluso legislativas, el obstáculo decisivo, el obstáculo más importante para el desarrollo económico de Cuba y causa privaciones a nuestro pueblo.
Por eso, reitero que su eliminación será esencial para avanzar hacia la normalización de las relaciones bilaterales entre Estados Unidos y Cuba. De la misma forma que la devolución del territorio ilegalmente ocupado por la Base Naval de Guantánamo debe ser restituido a nuestro pueblo para avanzar hacia la normalización.
Altos funcionarios del gobierno de Estados Unidos han declarado en las últimas horas que el objetivo de las nuevas medidas aprobadas es “empoderar” al pueblo cubano. El pueblo cubano se empoderó a sí mismo hace décadas. Algo debe andar mal en la democracia estadounidense si se habla de empoderar a otros pueblos; son los pueblos en los que reside la soberanía y está el poder real en las democracias verdaderas los que empoderan o no a los gobiernos. Si al Gobierno de Estados Unidos le interesa beneficiar al pueblo de Cuba, ayudar al pueblo de Cuba, como se dice, levante el bloqueo. Sería mejor ocuparse de empoderar al propio pueblo estadounidense. ¿Por qué no se consulta a quienes pagan impuestos en Estados Unidos, las políticas monetarias, las políticas impositivas, las políticas migratorias? ¿Por qué no se pregunta y se somete a consulta del pueblo estadounidense, a las ciudadanas y ciudadanos norteamericanos, las políticas educacionales, las políticas de empleo, las políticas de salud, las políticas de igual salario por igual trabajo a las mujeres? ¿Por qué Wall Street no transfiere poder a la gente que paga los impuestos? Nadie podría decir con seriedad que el poder no está en Wall Street, sino en el pueblo estadounidense.
Reconocemos la posición del presidente Barack Obama contra el bloqueo a Cuba y los llamados reiterados que ha hecho al Congreso para levantarlo. Hemos expresado reconocimiento y aprecio, incluso lo ha hecho el presidente de la República de Cuba Raúl Castro Ruz.
Debo, sin embargo, reconocer que persisten grandes diferencias entre el gobierno de Estados Unidos y el de Cuba en materia de sistemas políticos, democracia, derechos humanos, aplicación e interpretación del Derecho Internacional; grandes diferencias en relación con el concepto de soberanía nacional, profundas diferencias en relación con la preservación de la paz y la seguridad internacionales; grandes diferencias en relación con las guerras imperialistas no convencionales que están provocando oleadas de refugiados en Europa.
Buscamos también una relación distinta a la visión del gobierno norteamericano en sus relaciones con la América Latina y el Caribe.
Tenemos grandes diferencias a partir de nuestra enfática, irrestricta, plena solidaridad con la República Bolivariana de Venezuela y con la unión-cívico militar de su pueblo que encabeza el presidente Nicolás Maduro Moros, y reiteraremos al gobierno de Estados Unidos nuestro reclamo de que aquella Orden Ejecutiva recientemente renovada, que califica a Venezuela como una amenaza inusual y extraordinaria a la seguridad nacional de Estados Unidos, que no tiene justificación, que es arbitraria y agresiva, sea eliminada o abrogada.
Al reconocer los pasos que ha dado el Presidente de Estados Unidos en relación con la modificación de aspectos del bloqueo a Cuba, deseo enfatizar nuestra esperanza de que el Congreso de Estados Unidos cumpla su deber de actuar según la voluntad de los ciudadanos estadounidenses, incluida la emigración cubana, que reclama de manera ampliamente mayoritaria, igual que el reclamo unánime de la comunidad internacional y prácticamente de todos los sectores de la sociedad estadounidense, que el Congreso levante definitiva y completamente el bloqueo a Cuba.
Quiero enfatizar, en vísperas de esa importante visita, que Cuba se ha involucrado, y continuará haciéndolo, en la construcción de una nueva relación con el gobierno de Estados Unidos en pleno ejercicio de su soberanía y apegada a sus ideales de justicia social y solidaridad.
En nuestra relación con Estados Unidos no está, de ninguna manera, en la mesa de negociaciones la realización de cambios internos en Cuba, que son y serán de la exclusiva soberanía de nuestro pueblo.
Nadie podría pretender que para avanzar hacia la normalización de relaciones entre ambos países, Cuba tenga que renunciar a uno solo de sus principios, ni a su política exterior profundamente, históricamente comprometida con las causas justas en el mundo y con la defensa de la autodeterminación de los pueblos.
En los próximos días nuestro pueblo, nuestro gobierno, recibiremos al Presidente de Estados Unidos Barack Obama con la hospitalidad que distingue a Cuba, y con el respeto y consideración que merece en su condición de Jefe de Estado.
Ese es el sentimiento, esa es la voluntad del pueblo cubano.
Durante su estancia en Cuba el presidente de Estados Unidos realizará un paseo por La Habana Vieja el domingo 20, visitará la Catedral de La Habana. El lunes 21 será el día del ceremonial diplomático, protocolar. Esperamos que el Presidente de Estados Unidos rinda homenaje al Héroe Nacional José Martí, que tanto encarna los sentimientos de nuestros pueblos y nuestra interpretación de nuestro destino.
Tendrá conversaciones oficiales con el presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Raúl Castro Ruz. Ambos presidentes realizarán una declaración a la prensa.
Habrá también un evento de naturaleza empresarial al que concurrirán los empresarios, cooperativistas, cuentapropistas cubanos y los norteamericanos.
El día 22 tendrá el presidente Obama un encuentro con nuestro pueblo, con nuestra amplia, diversa sociedad civil. En el Gran Teatro “Alicia Alonso” hará un discurso y tendrá la oportunidad de conocer nuestra realidad, a nuestro pueblo, a nuestra juventud, de profundas convicciones probadas en muchas dificultades.
El presidente Obama tendrá la oportunidad de dirigirse directamente al pueblo cubano. Como ha sido el caso de otras visitas de dignatarios extranjeros, su comparecencia será televisada en vivo por la televisión cubana. Todos podrán ver su discurso y cada quien podrá formarse su propia opinión sobre lo que diga.
Esperamos que en esos días el presidente Obama conozca mejor a nuestro país e interactúe con las organizaciones de nuestra sociedad civil, más de 2 000 de ellas, que participan en todos los ámbitos de la vida nacional.
El mandatario estadounidense podrá apreciar una nación enfrascada en su desarrollo económico y social, en el mejoramiento del bienestar y la garantía de la completa dignidad de sus ciudadanos, de un pueblo que disfruta de derechos y que puede exhibir logros que infortunadamente constituyen una quimera para muchos habitantes del planeta, a pesar de ser un país bloqueado y subdesarrollado.
La visita del presidente Obama -y concluyo así- también será una ocasión importante para identificar nuevos pasos que pudieran darse en los próximos meses como contribución al proceso de mejoría de las relaciones bilaterales, sobre bases de respeto y de igualdad recíprocas, en beneficio de ambos países y pueblos.
Muchas gracias.
Preguntas y respuestas del ministro de Relaciones Exteriores de Cuba,  Bruno Rodríguez Parrilla, en conferencia de prensa17 de marzo de 2016.
Moderador.- Pasamos a las preguntas. Andrea.
Andrea Rodríguez (AP).- Buenas tardes.
Señor, como usted mencionó, han sido cuatro paquetes de medidas los anunciados sucesivamente por el presidente Obama. Usted ha hecho un análisis de este último, muy exhaustivo, y también ha mencionado que Cuba piensa eliminar el 10% del circulante del papel moneda estadounidense si esto finalmente funciona; pero me gustaría saber en esta dirección dos cosas:
La primera es si Cuba se prepara para algún otro tipo de paquete de medidas, no las estadounidenses, sino Cuba hacia Estados Unidos, que permita, por ejemplo, a emprendedores comprar cosas allá y traerlas, o a los peloteros y gente de la cultura que usted mencionó, contratarse, o a las propias empresas estadounidenses incrementar su comercio con Estados Unidos.
Y en otra dirección, si esto es todo lo que vamos a ver, o sea, lo del 10% que usted mencionó, de parte de Cuba ante la visita de Estados Unidos, o piensa que va a haber otro tipo de temas en discusión desde Cuba hacia Estados Unidos.
Bruno Rodríguez.- Sí.
No sé si Andrea pudiera mencionar alguna medida discriminatoria o restrictiva que Cuba aplique a Estados Unidos y que pudiera ser modificada. No existe. Cuba no discrimina a las empresas estadounidenses, da la bienvenida a los turistas estadounidenses, desea profundizar los vínculos culturales, deportivos, académicos, científicos, no los restringe de ninguna manera; tiene una política migratoria totalmente abierta, que permite a los ciudadanos cubanos, siempre que reciban visa estadounidense, visitar ese país o, incluso, residir allí.
Nosotros pasamos nuestro gran paquete de medidas en 1959. En este período hemos estado realizando de manera permanente, hasta este minuto, las transformaciones que demanda la sociedad cubana.
Cuba es un país en permanente cambio, en permanente transformación. ¿Hacia dónde cambia? Hacia una economía más competitiva, más productiva; hacia políticas sociales cada vez más justas, que alcancen de manera universal a todas y todos los cubanos y que, al mismo tiempo, cuenten con mayor sostenibilidad económica.
Cuba acaba de hacer cambios importantes en materia de su política de inversión extranjera. Acaba de abrir, por primera vez en su historia, una zona especial de desarrollo con incentivos especiales para la empresa extranjera.
En el año 2011 Cuba adoptó un nuevo programa de medidas económicas y sociales que llamamos Lineamientos de Política Económica y Social, que fue adoptado como Ley después por nuestro Parlamento, y que el venidero Congreso del Partido Comunista de Cuba evaluará su ejecución y ajustará también. Claramente, introducirá ajustes, cambios para ajustar aquel programa, que es nuestro programa, al desarrollo, a la ejecución de las medidas entonces decididas que, en general, marcha bien; pero que requiere, evidentemente, ser vista a partir de la experiencia de los cuatro años transcurridos.
De manera que puedo decir que Cuba es una sociedad cambiante y nuestro pueblo se propone cambiar todo lo que deba ser cambiado, para lograr que el socialismo cubano sea cada vez más justo, que nuestras políticas sociales sean cada vez más inclusivas para asegurar plena garantía de los derechos políticos y civiles, y también de los derechos económicos, sociales y culturales a todas nuestras ciudadanas y ciudadanos, garantizar a nuestros niños un futuro de felicidad y construir una economía fuerte que garantice prosperidad, bienestar, justicia y dignidad a los cubanos.
Sergio Gómez (Granma).- Ministro, ¿qué impacto podría tener en el fenómeno de la migración ilegal cubana las medidas orientadas a la posibilidad de recibir salarios o compensaciones en caso de que un ciudadano cubano tenga la visa correspondiente y la posibilidad de que algún tipo de empresa norteamericana contrate a ciudadanos cubanos, si bien se mantienen en pie las leyes y las políticas que promueven esa migración ilegal?. En ese mismo sentido, si hay algún tipo de diálogo o conversación con la parte estadounidense para ampliar el régimen de otorgamiento de visas de no inmigrantes que son las que permitirían este tipo de intercambio.
Bruno Rodríguez.- Como señalé, esa es una medida que se ha anunciado hace apenas 48 horas. Estamos estudiándola, seguramente requerirá intercambios entre las autoridades reguladoras de ambos países.
Cuba tiene una política migratoria totalmente abierta y normal, Estados Unidos aplica medidas migratorias en relación con Cuba de carácter selectivo y políticamente motivado, que constituyen un aliento a la emigración ilegal, insegura y desordenada y que afectan las relaciones migratorias normales.
A mí me parece que al reconocer que un renombrado artista cubano o un deportista cubano conocido mundialmente pueda actuar o competir en Estados Unidos y recibir pagos, es una medida de la más elemental justicia. Se ha eliminado una medida totalmente selectiva, discriminatoria, políticamente motivada, que llevaba un aspecto de la aplicación del bloqueo, aunque quedan muchísimos otros, a la vida individual, a los derechos de las personas. Sin embargo, el hecho de que se continuará discriminando al artista cubano, al deportista cubano, al trabajador cubano en Estados Unidos por el hecho de prohibirle cumplir las leyes de su país en materia impositiva o establecer restricciones que no se establecen para ningún trabajador, ni ninguna persona de ninguna otra parte del planeta que trabaje en Estados Unidos, continúa siendo un obstáculo y demuestra que las políticas siguen siendo discriminatorias, selectivas y políticamente motivada.
Patrick Oppmann (CNN).- Sobre el discurso que el Presidente va a dar en el Gran Teatro, ¿ya el gobierno cubano sabe lo que va a decir? ¿De alguna forma tiene que aprobar el gobierno el discurso que va a hacer el presidente Obama? ¿Qué pasa si él critica al gobierno cubano, como ha hecho en otros momentos? ¿Responderán durante la visita? ¿Y cuál es el mensaje que él debe traer? ¿Cuál es el mensaje que quiere escuchar el pueblo cubano del presidente Obama?
Bruno Rodríguez.- Bueno, el presidente Barack Obama tendrá que llegar a La Habana, cumplir su programa del domingo, llegar el lunes al Gran Teatro y hacer su discurso. Allí nos enteraremos. Lo escucharemos con profunda atención y respeto, como merece un jefe de Estado. Seguramente se expresarán algunas diferencias, que escucharemos nosotros también con todo respeto sin renunciar a nuestras convicciones.
Es una buena pregunta que podría hacer usted a la avanzada de la delegación presidencial que se encuentra en La Habana. Yo podré comentarle sobre el discurso después que lo escuche.
Rosa M. Elizalde (Cubadebate).- Buenas tardes, Ministro.
Quisiera saber si tenemos detalles de qué actividades de prensa va a tener el presidente Barack Obama acá.
Y otra pregunta, si me permite. He escuchado rumores de que Obama va a participar o hará un programa de humor político en la isla, ¿es eso cierto?
Bruno Rodríguez.- No lo sé. El presidente Obama, como es habitual en las visitas presidenciales, seguramente recibirá una gran cobertura de ustedes, es decir, de la prensa estadounidense, de la prensa internacional y de la prensa cubana, y las autoridades de nuestro país cumplirán con su deber de asegurar las mejores condiciones para que ustedes puedan hacer su trabajo.
Está previsto que los dos presidentes, al concluir sus conversaciones oficiales, realicen declaraciones ante la prensa. Seguramente habrá otras actividades de prensa a lo largo del programa.
Conozco, por experiencia propia, que muchos ciudadanos estadounidenses se informan sobre la realidad política en su país y en el mundo a través de programas de humor político, de comedia política. Francamente no lo sé; pero estoy seguro de que hay humoristas cubanos, de excelente calidad, que estarían interesados en interactuar con el Presidente de Estados Unidos. Conozco, he visto ya excelentes programas que tratan, con fino humor y sentido político, el estado y la evolución de las relaciones bilaterales, y he oído excelentes chistes sobre las relaciones entre Josefina y la señora Roberta Jacobson; pero no lo sé, habrá que preguntarle a la delegación estadounidense, o esperar a que ocurra para, de ocurrir, reírnos todos juntos.

Muchas gracias.

Wednesday, March 16, 2016

Convocatoria al IX Encuentro Nacional de Cubanos Residentes en Canadá



Convocatoria al IX Encuentro Nacional de Cubanos Residentes en Canadá
21 de mayo del 2016
 Toronto, Canadá

                                                
Cubanos Residentes en Canadá

Compatriotas:

Sirva el presente documento como la Convocatoria Oficial al IX Encuentro Nacional de Cubanos Residentes en Canadá que tendrá lugar en la ciudad de Toronto el próximo día 21 de mayo de 2016. Este evento es la continuación del VIII Encuentro celebrado en la ciudad de Sherbrooke, Quebec el día 16 de mayo de 2015 y expresa el compromiso de los cubanos residentes en Canadá con el ideal del Héroe Nacional José Martí y nuestro apoyo desde el exterior a las causas de nuestro pueblo y país.

Este evento, de carácter nacional, tiene los siguientes objetivos fundamentales:

·        Realizar un balance del trabajo desarrollado desde el pasado evento por las organizaciones de cubanos en las distintas ciudades de Canadá.

·        Discutir los lineamientos generales de trabajo para nuestras organizaciones a partir de este evento y hasta la realización del próximo evento nacional en el año 2016.

·        Continuar trabajando en el fortalecimiento de las relaciones con aquellos grupos de cubanos en Canadá así como con la red de solidaridad con Cuba.

·        Revisión y actualización de aquellos temas relacionados con las actividades fundamentales que se realizan en nuestro país,  contemplados en los lineamientos económicos y sociales, entre otros.

·        Revisar el comportamiento y el crecimiento organizativo  de la comunidad cubana en Canadá y sentar las bases para su mejoramiento cuantitativo y cualitativo así como el fortalecimiento de los vínculos con las representaciones oficiales  de nuestro país en Canadá y con el gobierno cubano.


RESUMEN DEL PROGRAMA PROPUESTO PARA EL ENCUENTRO

FECHA
HORA
ACTIVIDAD



Sábado 21.05.2016
9:00 AM
10:00 AM – 1:00 PM
1:00 PM   – 2: 00 PM
2:00 PM   -  5:00 PM
5:00 PM – 5:30 PM
7:00 PM – 12:30 AM
Acreditación
Sesiones de trabajo
Almuerzo
Sesiones de trabajo
Clausura
Gala Cultural


Estimados amigos, les agradecemos la confirmación de su interés en participar en este evento antes del 25 de abril de 2016 para poder continuar con los preparativos del mismo y garantizar de esta forma su organización con la mejor calidad posible.

Convoca:

Asociación Juan Gualberto Gómez, Toronto, Canadá
Julio Fonseca  jfonseca@rogers.com
Teresita Almaguer- 416-818-6237 teresitak@rogers.com

Edith Capote tatina@rogers.com

Tuesday, March 15, 2016

Mujeres cubanas emiten declaración por visita de Obama y Michelle




Con la hospitalidad y dignidad que nos ca­racteriza, las cubanas, como parte de todo nuestro pueblo, recibiremos al presidente de Estados Unidos Barack Obama y a su esposa Mi­chelle. Estamos conscientes de que esta visita forma parte del complejo proceso para al­canzar la normalización de las relaciones entre nuestros dos gobiernos.ba Será, por tanto, una oportunidad para mostrarles lo que he­mos logrado en cuanto a igualdad de género y el protagonismo que tenemos las mujeres en la vida política, económica, cultural y social en nuestro país.
En su visita podrán constatar que percibimos igual salario por trabajo de igual valor, que nueve de las quince provincias cubanas tie­nen al frente del gobierno a una mujer, que la administración de justicia está también ma­yoritariamente en manos femeninas. En cada lugar que recorran se encontrarán con el trabajo abnegado de mujeres de todas las generaciones.
Constatarán cómo amamos a nuestra pa­tria libre e independiente, a la que hemos de­fendido de agresiones de todo tipo. Con creatividad y consagración hemos resistido más de medio siglo de bloqueo económico, financiero y comercial, y hemos construido una so­ciedad donde los seres humanos son lo más im­portante. En esos valores de solidaridad, antimperialismo y soberanía nacional hemos educado a nuestros hijos e hijas. A ello no re­nunciaremos jamás.
Agrupadas en la Federación de Mujeres Cubanas, una organización no gubernamental de la sociedad civil —con estatus consultivo ante el Consejo Económico y Social de Naciones Unidas (ECOSOC)—, y de la que hoy forman parte más de 4 millones de cubanas, alrededor del 90 % de las mujeres mayores de 14 años, llevamos adelante programas específicos para desarrollar en nuestro país una plena cultura de la igualdad y la inclusión social. Muchas de las metas del objetivo 5, de la recién aprobada Agenda para el Desarrollo Sostenible 2030, consagrado a lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas, son una realidad en nuestro país.
Conocemos que la señora Michelle Obama lleva adelante una importante iniciativa llamada “Let Girls Learn” con el objetivo de dar acceso a la educación a 62 millones de niñas en todo el mundo. Le ofrecemos nuestra hu­milde experiencia en este campo pues el 100 por ciento de nuestras niñas asisten a la escuela independientemente del lugar donde vivan, el color de su piel, si tienen alguna discapacidad o están hospitalizadas. Una cubana, Leo­nela Relys Díaz creó el método “Yo sí puedo” con el que se han alfabetizado millones de personas en el mundo.
De igual manera, será también una oportunidad para reiterar nuestra demanda de cesar con la inhumana política del Bloqueo contra nuestro país, que ha provocado múltiples privaciones, y nos ha impedido desarrollarnos aún más.
La Federación de Mujeres Cubanas apoya, además, las declaraciones de nuestro gobierno donde reclama el cese de la ocupación del territorio de la base naval de Guantánamo, de la Ley de Ajuste Cubano y la política de pies se­cos, pies mojados y la eliminación de los pro­gramas injerencistas dirigidos a provocar la desestabilización interna. Estas políticas atentan contra la seguridad y tranquilidad de nuestras familias.
En estos días cobran más vigencia que nunca para todas las federadas, las palabras de la Presidenta por siempre de nuestra organización, Vilma Espín: “Socialismo para las mujeres cubanas significa libertad, independencia, soberanía, dignidad, justicia social, seguridad para la formación y desarrollo de los hijos, de­recho a la igualdad, a la vida, a decidir el propio destino, a trabajar por el porvenir soñado y defenderlo con todas las fuerzas”.
Tomado de Cubadebate