Benedicto XVI |
ANNERIS IVETTE LEYVA
Todavía palpita en la memoria de
cubanas y cubanos el "emocionado adiós a todos los hijos de este
país" que en su partida nos dejara el Papa Juan Pablo II, al culminar en
1998 su visita a Cuba. El testimonio de las emotivas jornadas vividas en estas
tierras que centró su despedida, fue la síntesis de una estadía de cinco días
calificada de éxito rotundo por autoridades nacionales y de la Santa Sede, a lo
cual contribuyeron la cultura y la voluntad de la comunidad de feligreses y del
pueblo todo, de garantizarle a Su Santidad una visita memorable.
Han pasado menos de 15 años y nuestro país
vuelve a tener la oportunidad de recibir la visita del Sumo Pontífice y Jefe de
Estado de la Ciudad del Vaticano, esta vez en la figura del Papa Benedicto XVI.
Falta menos de una semana y, a medida que se
acerca la fecha, crece la agitación por ultimar los detalles en los lugares
donde se llevará a cabo elprograma. Simultáneamente, los feligreses toman providencias
para celebrar, junto al guía supremo de la Iglesia Católica, los 400 años del
hallazgo y presencia de la imagen de la Virgen de la Caridad en la nación.
En medio de tantos ánimos de buenaventura,
igualmente se realizan intentos subversivos por politizar la visita, a costa de
alentar provocaciones.
Los grupúsculos contrarrevolucionarios del país,
financiados y orientados por organizaciones de la mafia anticubana de Miami,
ante la impotencia de no haber logrado impedir la visita a Cuba de Su Santidad,
han planificado acciones provocativas con el propósito de presionar al
Vaticano, en especial al Sumo Pontífice, para que se pronuncie contra nuestro
proyecto revolucionario.
Resentidos por el positivo ambiente que se ha
creado en nuestro país y a nivel internacional en torno a la visita papal,
representantes de organizaciones contrarrevolucionarias miamenses han enviado
indicaciones precisas, mensajes electrónicos y dinero a elementos
contrarrevolucionarios en Cuba para orquestar provocaciones y actos
irrespetuosos. Asimismo, han impartido orientaciones de que estos sujetos se
inserten como feligreses en diferentes iglesias a fin de participar en las
misas y crear desórdenes que llamen la atención de la prensa internacional.
Tales acciones atentan contra el espíritu de
celebración que vive todo nuestro pueblo y en especial, las comunidades
católicas.
La Conferencia de Obispos Católicos de Cuba lo
dejó claro en el mensaje publicado por Granma el viernes 2 de marzo: "El Santo Padre nos
visitará en su condición de Pastor Universal, como Peregrino de la
Caridad". Haciendo caso omiso e irrespetuoso de lo afirmado, se pretende
crear un clima turbulento, donde abunde el mito del abuso y se dé la idea de un
pueblo reprimido... Claramente, nada de esto es espontáneo.
"DEVOTOS", PERO DEL DINERO
Este fin de semana, después de la fracasada
acción en una iglesia en La Habana, miembros de
estos grupúsculos y en especial las mercenarias del imperio, intentaron
realizar provocaciones en varios puntos de la capital, para lo cual convocaron
además a algunas de sus asalariadas de varias provincias. En estas actividades,
mantuvieron sus contactos con el exterior y abastecieron con dinero a las
participantes.
Llama la atención que nuestras autoridades
detectaron la entrada al país de extranjeros que venían con el propósito de
abastecer a cabecillas de estos grupos, a los cuales les traían videos con
instrucciones de cómo realizar acciones para deslucir la visita del Papa,
medios de comunicación, de cómputo y hasta una bandera de su anexionista
organización confeccionada en el exterior.
Como mismo han reconocido autoridades de la
Iglesia en sus más recientes pronunciamientos: "se trata de una estrategia
preparada y coordinada por grupos en varias regiones del país. No es un hecho
fortuito, sino bien pensado... "
La respuesta inmediata
y serena del pueblo, en especial de sus jóvenes, ratificó la decisión de que
las calles son del pueblo revolucionario y están listas para recibir al Papa
Benedicto XVI.
En detalle se conoce que muchas de estas
personas tienen intenciones de emigrar a los Estados Unidos como presuntos
refugiados políticos, para lo cual necesitan crearse un expediente a partir de
su participación en acciones de provocación como las descritas, y cuanto mayor
alharaca se cree, mejor.
Entre las iniciativas más patéticas de estos
grupúsculos está la puesta en circulación por Internet de cartas donde refieren
acoger al Papa solo si toma partido a su favor; o de lo contrario, le piden
"tomar una correcta determinación" —sugiriendo implícitamente la
posibilidad de suspender el viaje.
Ajenos al espíritu de la invitación que cursara
el Estado cubano a Su Santidad y al respeto que él se merece, los protagonistas
de estos hechos se atreven a establecer condicionantes para la visita papal. Y,
por encima de los auténticos intereses de la comunidad religiosa y de los
laicos cubanos, tratan de imponer agendas dictadas por sectores reaccionarios
desde el exterior.
Es evidente que en la esencia de tanto
ensañamiento de los enemigos de la Revolución contra el seguro arribo, late el
miedo al descrédito, a que se desenmascaren sus versiones manipuladoras sobre
la realidad cubana; temen quedar en ridículo.
En la Cuba de hoy, de las libertades
revolucionarias, la Navidad está declarada como día feriado oficialmente hace
más de una década, el Seminario Interdiocesano San Carlos y San Ambrosio cuenta
con una nueva sede, y durante un año y medio la imagen de la Virgen de la
Caridad recorrió 30 mil kilómetros a todo lo largo y ancho del territorio
nacional, con amplia participación popular.
Y es que nuestro pueblo no solo ha visto
fortalecer progresivamente las relaciones de cooperación mutua del Estado con
las iglesias, sino que aprecia el apoyo de la dirección política del país al
fortalecimiento de la libertad religiosa, como sucedió en el Sexto Congreso del
Partido.
Recordemos que en su Informe Central, el Primer
Secretario Raúl Castro Ruz ratificó la voluntad de: "continuar eliminando
cualquier prejuicio que impida hermanar en la virtud y en la defensa de nuestra
Revolución a todas y a todos los cubanos, creyentes o no... ".
LOS PERSEGUIDORES ESTÁN AFUERA
Desde Miami, las acciones de desestabilización
no solo se fraguan para que tengan lugar en Cuba, sino en sus propios predios. Hace
casi tres meses, los congresistas de la extrema derecha y sus seguidores
vierten un torrente de improperios contra el arzobispo Thomas Wenski, de la
Arquidiócesis de Miami, encargado de organizar la peregrinación de cubanos
residentes en los Estados Unidos que desean trasladarse a la Isla para ser
testigos de la visita del Papa.
A gritos iracundos a través de una emisora
radial, la vocera de una de las organizaciones de la mafia, Ninoska Pérez
Castellón, espetó que se trataba de una falta de "ética" total que la
Arquidiócesis se prestara a llevar "un viaje turístico" a Cuba. ¿A
qué ética se refiere? ¿Acaso los profesionales del odio, ayudantes y
protectores de terroristas confesos como Luis Posada Carriles, conocen de algún
código moral?
De otro lado, la congresista Ileana Ros-Lehtinen
vuelve sobre sus cansinos códigos verbales, sin que la detenga siquiera el
referirse a Su Santidad: "no creo que la visita del Papa vaya a cambiar el
régimen, es un viaje que le da legitimidad a la dictadura".
Parecen no tener límites los desenfrenos que
esta señora, de "filiación católica" según el propio The Washington Times, podría llegar a cometer con tal de mantenerse bajo
el mecenazgo de la mafia anticubana miamense; pues ya en el 2010 había
planteado que "la Iglesia Católica en Cuba ha sido un fracaso".
Es notable que quien se aventura a evaluar el
proceder de esta institución, desde una supuesta "superioridad
doctrinal", sea la misma persona que apoya irrestrictamente el ilegal y
genocida bloqueo contra Cuba, condenado de inmoral por el propio Juan Pablo II
hace más de una década.
Entre las muchas amenazas de los
ultraderechistas contra el deseo de quienes viajarán a Cuba a encontrarse con
Su Santidad, están las de no entregar más donaciones a instituciones
eclesiásticas, dejar de ir a misa, protestar públicamente y no visitar los templos.
El ardid de boicotear el viaje organizado por
Wenski no es novedad. Cuando se anunció el viaje de Juan Pablo II en 1998, el
entonces arzobispo de Miami, John Favarola, también pretendió trasladarse a
Cuba con algunos congregantes. Pero en aquella ocasión, el proyecto cejó ante
las mismas rancias presiones de quienes hoy intentan negarles a estos católicos
la oportunidad de estar cerca de su guía máximo.
Resulta entonces que, el mismo bando de quienes
agreden el espíritu de júbilo de los fieles en Cuba, interfiere en el terreno
de la libre expresión religiosa de los residentes en Miami, cual
"perseguidores de cualquier nacimiento", como dijera el poeta.
Conocidos terroristas han declarado que, para
los días de la visita del Sumo Pontífice, pretenden acentuar las provocaciones
contra la Isla, incluida una nueva flotilla. No hartos de fracasos aún, parecen
no haberse puesto a pensar que corren, más que nunca, el riesgo de dilapidar
sus millonarios recursos y una vez más no "provocar" a nadie, pues a
pesar de los esfuerzos de grupúsculos minoritarios al servicio de una potencia
extranjera, el pueblo de Cuba y su comunidad religiosa estarán bien ocupados en
recibir, con afecto y respeto, a Benedicto XVI.
Como planteó nuestro diario en un reciente
editorial: "Estamos seguros de que Su Santidad guardará con cariño el
recuerdo de esta Isla del Caribe." Otra impresión no podría quedarle
después de vivir una acogida calurosa y masiva, esa que nuestra nación bien
sabe obsequiar a sus visitantes memorables.
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