La salsa y la timba en la terraza de 291 Richmond |
Aunque caluroso, ayer veintinueve de mayo estuvo nublado y se presagiaba lluvia. Una tarde por demás típica de Toronto, donde todo el mundo está un poco triste porque se acaba el fin de semana. Ayer, sin embargo, fue especial, Casineros Unidos presentó una propuesta para llenar el hasta ahora vacío espacio de los domingos por la tarde.
El patio en la terraza del céntrico Palms Patio del 291 de la calle Richmond en el centro de la ciudad fue el lugar escogido para esta primera entrega de tardes dominicales de salsa, de las que los organizadores prometen muchas.
Sofie trata de refrescar con un coctel |
Todo empezó con una clase de salsa con la pista llena a cargo del cubano César, que concluyó con una masiva demostración de los aprendices, algunos de los cuales asombraron por su destreza. A partir de ahí la timba y la salsa cubana se adueñaron de la esquina de Richmond y Peter, y hacían levantar la cabeza a los transeúntes hacia la terraza preguntándose qué pasaba “allá arriba”.
César, el instructor de salsa, conversa con los bailadores |
En el bar, la cantinera, muy afable y rápida. Pero lamentablemente como en otros eventos organizados por Casineros Unidos no había ron cubano, lo cual obviamente le quitó lucidez a la tarde cubana, todo el mundo añoró un buen mojito o un daiquirí hecho con Havana Club, o el simple y típico "doble de ron sin hielo", para el que otros rones sencillamente no sirven.
Uno de los pinchadiscos a cargo de la música |
En general, la propuesta es positiva y puede tener una buena acogida en la comunidad de bailadores de salsa en Toronto. Si Casineros Unidos continúa organizando estas tardes de salsa en el patio, que yo estimo debía hacerlo, es necesario que prevea todos los detalles para que cada vez salga mejor. Al final todos ganamos, gana la música cubana que conquista otro espacio, ganan los organizadores y ganamos los bailadores que agradecemos tardes como ésta, preferiblemente con Havana Club.
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