Cubanos en una travesía hasta EE.UU. (foto El Nuevo Diario) |
La situación de cerca de 2 000 cubanos varados en Costa Rica continúa
preocupando a varias naciones de la región, que hacen coordinaciones para
abordar de manera conjunta el problema.
Según la nota divulgada recientemente por el Ministerio de Relaciones
Exteriores de Cuba, La Habana se mantiene en contacto también con los gobiernos
implicados en el asunto.
La
Coordinadora del Consejo de Comunicación y Ciudadanía de Nicaragua, Rosario Murillo,
llamó a enfrentar la situación de manera coordinada y reclamó que se incluyera
el tema en la reunión de Jefes de Estado y Gobierno del Sistema de la
Integración Centroamericana (SICA), que inició ayer.
De igual forma, Rosario
detalló que su gobierno ha propuesto que en Centroamérica“asumamos con
firmeza nuestra posición de reclamo a Estados Unidos, de reciprocidad”, es
decir el mismo “trato humanitario a nuestros migrantes, a quienes se les sigue
catalogando como ciudadanos de segunda y tercera categoría”.
En un documento divulgado
por Managua se afirma que “el Gobierno de Nicaragua considera que tanto
derecho tienen estos ciudadanos cubanos a un mal llamado corredor humanitario,
como tendrían, y tienen, todos los ciudadanos centroamericanos, incluyendo
niños, que corren todo tipo de peligros, que mueren incluso, en el afán de
llegar a los Estados Unidos”.
Por su parte,
el canciller costarricense, Manuel González, adelantó que el próximo lunes
podría efectuarse una reunión de cancilleres en El Salvador para tratar el
tema.
Ambas
naciones centroamericanas se encuentran inmersas en un histórico conflicto
limítrofe.
LOS CUBANOS EN EL OJO DEL
HURACÁN
Un comunicado
emitido por el Minrex el pasado 17 de noviembre explica que “en los últimos
días, se ha creado una compleja situación, a raíz de que más de 1 000
ciudadanos cubanos han estado arribando a Costa Rica desde otros países de la
región con la intención de viajar hacia los Estados Unidos”.
Los cubanos
en cuestión abandonaron la Isla de manera legal hacia diferentes países de
América Latina, bajo el cumplimiento de los requisitos establecidos por las
regulaciones migratorias cubanas.
Sin embargo, en aras de
cumplir el llamado “sueño americano” se convirtieron en víctimas de traficantes
y bandas de delincuentes que lucran a partir de la travesía de estas personas
por Sudamérica, Centroamérica y México.
El flujo fue
cortado repentinamente la semana pasada cuando las autoridades costarricenses
desmantelaron una banda de trata de personas. Más de 1 000 cubanos quedaron
varados en Paso Canoas, puesto fronterizo con Panamá al que cada día llegaban
decenas de cubanos más.
Medios
locales reportaron que tras varios días de presiones y protestas, el ejecutivo
de Costa Rica decidió otorgar un salvoconducto de siete días a los cubanos para
que prosiguieran su viaje hacia el norte a través de Nicaragua.
Las
autoridades de Managua interpretaron la acción tica como una agresión y un
intento de traspasar el problema a sus fronteras sin una coordinación previa,
por lo que impidieron, usando la fuerza pública, el ingreso de los cubanos.
EMIGRACIÓN TRAS EL 17 DE
DICIEMBRE
El número de
cubanos que ingresan a los Estados Unidos comenzó a dispararse desde el 17 de
diciembre pasado, cuando Washington y La Habana anunciaron su intención de
restablecer relaciones bilaterales.
En este
sentido influye el hecho de que muchas personas consideran que la Ley de Ajuste
Cubano tiene los días contados a partir del nuevo contexto de deshielo y
aspiran a alcanzar el territorio norteamericano antes de que se cierren las
puertas del llamado “sueño americano”.
Las cifras
oficiales de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza estadounidense
muestran que cerca de 27 000 cubanos llegaron por vía de la frontera de ese
país con México durante los primeros nueve meses del presente año, un 78 % más
que en igual periodo del 2014.
Las entradas por vía
marítima también se duplicaron (en relación con el año anterior) hasta alcanzar
las 7 000.
A pesar de la
apertura de un nuevo capítulo en las relaciones bilaterales, Estados Unidos
mantiene en vigor la Ley de Ajuste Cubano de 1966, la política de pies secos-pies
mojados, establecida por el gobierno de Bill Clinton en 1995 y el llamado
“Programa de Parole para Profesionales Médicos Cubanos”, que implantó desde el
2006 George W. Bush, tres muestras de la política agresiva de Washington
durante el último medio siglo, que se complementa con el bloqueo económico,
financiero y comercial.
La
legislación actual garantiza residencia a todos los cubanos que alcancen
territorio norteamericano, sea por vía legal, ilegal, marítima o terrestre;
mientras que sus pares latinoamericanos son perseguidos y deportados por entrar
y/o permanecer de manera ilícita en uno de los países más desarrollados del
mundo.
A partir de
la actualización de la política migratoria cubana a comienzos del 2013, un
número cada vez mayor de nacionales ha salido legalmente de Cuba hacia algún
país latinoamericano para seguir paso hacia el norte, en un complicado trayecto
de miles de kilómetros y en el que hay que cruzar varias naciones.
Medios de prensa
internacionales intentan politizar la situación humanitaria de los cubanos
varados en Costa Rica, mientras desconocen las causas reales de ese fenómeno.
Cambiar de
residencia es una decisión personal. Sin embargo, incentivar la migración
ilegal con políticas selectivas, como hace el gobierno norteamericano, no
tiene justificación posible.
Tomado de MiCubaPorSiempre
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