Los familiares de las víctimas |
El pueblo de Cuba
recuerda este 6 de octubre, en el Día de las Víctimas del Terrorismo de Estado,
a quienes perdieron la vida por esos crueles actos y reafirma su convicción de
combatir ese flagelo.
Hace ya 38 años y todavía los pueblos siguen
clamando justicia ante la barbarie. El terrorismo, auspiciado por la Agencia
Central de Inteligencia, continúa con una deuda pendiente con la historia, con
la paz. El 6 de octubre de 1976, setenta y tres personas, de ellas 11
guyaneses, cinco ciudadanos de la República Democrática Popular de Corea y 57
cubanos fueron asesinados en pleno vuelo.
Los autores de tan brutal y abominable crimen se pasearon
por las calles de la ciudad de Miami y de Estados Unidos; no se escondieron
para decir que la CIA y los gobiernos estadounidenses los protegían y los
indultaron. El país que ha desplegado supuestas guerras contra el terrorismo en
cualquier rincón del mundo, que ha matado para luchar contra ese flagelo, no
juzgó jamás a los terroristas que apagaron aquellas vidas cuando regresaban a
sus casas, tras una escala en la isla de Barbados.
Aquel 6 de octubre engrosó el luto de una nación,
que desde 1959 hasta la fecha ha sido víctima de manos asesinas como las de
Luis Posada Carriles y Orlando Bosh, por el simple hecho de establecer su
soberanía a menos de 90 millas de la nación más poderosa de la Tierra. Hace
cuatro años, el General de Ejército Raúl Castro, expresaba: “Hoy estamos aquí
precisamente, para rendir tributo a los 3 mil 478 cubanos que han muerto y 2
mil 99 que han quedado incapacitados para siempre por actos terroristas
ejecutados durante medio siglo contra nuestra Patria, que suman un total de 5
mil 577 víctimas. Los mártires de Barbados integran la larga lista de los
caídos que no olvidamos ni olvidaremos jamás”.
Antes de su discurso en la Sala Universal de las
FAR, se había dado a conocer el Decreto-Ley No. 279 por el cual se decidió
declarar oficialmente el día 6 de octubre de cada año, como “Día de las
Víctimas del Terrorismo de Estado”.
Al propio tiempo, por haber sufrido en carne propia
la crueldad de esa política criminal, el Gobierno y pueblo cubanos han
reafirmado su decisión de condenar y enfrentar el terrorismo en todas sus
formas y manifestaciones, en particular el terrorismo de Estado, dondequiera
que se cometa y cualesquiera que sean las razones esgrimidas por sus autores.
En ese sentido, aquel 6 de octubre del 2010, el
compañero Raúl aseguraba: “Nuestro país ha suscrito los 13 convenios
internacionales existentes en esa materia y cumple estrictamente los
compromisos y obligaciones emanados de las resoluciones de la Asamblea General
y el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. No posee, ni tiene intención
de poseer, armas de exterminio en masa de ningún tipo y cumple sus obligaciones
en virtud de los instrumentos internacionales vigentes sobre armas nucleares,
químicas y biológicas. El territorio de Cuba nunca ha sido utilizado ni se
utilizará jamás para organizar, financiar o ejecutar actos terroristas contra
ningún país, incluyendo los Estados Unidos”.
Fidel despide el duelo en la Plaza de la Revolución |
Indignación y coraje siempre han sido las
respuestas de Cuba ante cada acto de terror y muerte, que han pretendido
sembrar el pánico en una tierra en la que cada una de esas patrañas ha
encontrado a un pueblo capaz de radicalizar aún más su Revolución. Esa es la
razón por la cual todavía retumba en todos los rincones del mundo la frase del
Comandante en jefe Fidel Castro Ruz, el 15 de octubre de 1976, al despedir a
las víctimas del sabotaje al avión cubano: “Cuando un pueblo enérgico y viril
llora, la injusticia tiembla”.
Tomado de Granma
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