Margaret Atwood, George Furey, Abel Prieto y Graeme Gibson |
El pabellón de Canadá en la XXVI Feria Internacional del Libro, acogió hoy la presentación de la Antología poética; El quetzal resplandeciente y otros relatos -ambos textos de la escritora Margaret Atwood-; Movimiento perpetuo, de su esposo, Graeme Gibson, y Desde el invierno, compilación a cargo de estos dos autores norteños.
El panel contó, además, con la participación de los cubanos Susana Haug, Nancy Morejón y Daniel Díaz Mantilla.
Como parte de las palabras introductorias la narradora, ensayista, poeta y traductora literaria, Haug, definió la literatura de Atwood como desasosegante, toda vez que “rompe con esa falsa idea de los géneros como nociones preconcebidas”.
“La literatura de Margaret Atwood es brutalmente honesta, pero no cruel”, añadió. Está marcada por una combinación entre el humor y la parodia. “Es una autora que se interesa por las cuestiones de la mente, de las subjetividades de todos los seres humanos”.
Resaltó “la constancia de una escritora que se renueva y se reta a sí misma a través del poder de la imaginación”. “Las propias voces narrativas retan a sus personajes a crecerse”, agregó.
Explicó que sus historias no son escritas exclusivamente para mujeres, como se le ha tildado: “no creo que sea feminista sino una mujer que escribe historias sobre la vida donde aparecen tópicos recurrentes como lo que late detrás de las superficies, las falsedades”.
Por su parte, el narrador, poeta, ensayista y editor, Daniel Díaz Mantilla, presentó la antología El quetzal resplandeciente y otros relatos, la cual definió como un puñado de minúsculos agujeros que son como estrellas en la oscuridad de la noche.
“Los poemas de Atwood nos demuestran la riqueza de la cultura de su país”, resumió la galardonada con el Premio Nacional de Literatura de Cuba en 2001, Nancy Morejón.
Esta poesía trata de expresar “su mundo interior muy particular y su relación con el mundo de Canadá” y declaró que lo que se respira a través de esos textos, apuesta por lo más humano de nuestra condición.
En cambio, para Susana Haug, Movimiento Perpetuo, de Graeme Gibson, podría ser clasificada como una distopía o una gran paradoja, “una novela épica que termina siendo una tragedia”.
La describió como una especie de reescritura del Fausto que narra la historia de un hombre que encuentra un esqueleto prehistórico y sueña con fabricar una máquina de movimiento perpetuo.
Expresó también que hay allí “una gran alerta a la injerencia de la tecnología como elemento deshumanizador. Más que una novela histórica o épica, debería ser leída como una parábola muy actual que se repite y es increíblemente lúcida”.
Atwood, galardonada entre otros con el Premio Booker (2000) y el Príncipe de Asturias de las Letras (2008), insistió en su intervención en que en este momento de la política mundial es muy importante que los pueblos intercambien a través de la literatura en aras de poder conocerse mejor.
Gibson, por su parte, se mostró abierto a conversar no sólo de literatura y dijo que espera que se sigan fomentando las relaciones y la amistad entre los dos países.
Tomado de Cubadebate
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