Moderador.- Como hemos informado, el ministro de Relaciones Exteriores,
compañero Bruno Rodríguez Parrilla, realizará unas declaraciones a la prensa
nacional y extranjera, a propósito de las nuevas medidas anunciadas
recientemente por el gobierno de Estados Unidos y de la próxima visita a Cuba
del presidente Barack Obama.
Seguidamente responderá algunas preguntas.
Bruno Rodríguez.- El 15 de marzo, los Departamentos del Tesoro y
Comercio de Estados Unidos emitieron nuevas regulaciones que
modifican la aplicación de algunos aspectos del bloqueo de
Estados Unidos contra Cuba.
Este es el cuarto anuncio de este tipo que realiza el gobierno
norteamericano desde los anuncios del 17 de diciembre de 2014, cuando los
presidentes de ambos países dieron a conocer la decisión de restablecer
relaciones diplomáticas.
Las medidas anunciadas anteriormente hicieron poca diferencia en la
aplicación real del bloqueo y no han funcionado debido al carácter integral y
opresivo de éste.
Estamos estudiando el alcance y los efectos prácticos que podrían tener
las medidas anunciadas hace 48 horas. Se puede afirmar, sin dudas, que son
medidas positivas, que marchan en la dirección correcta y cuya profundidad
habrá que establecer en los hechos.
Algunas de estas medidas amplían el alcance de las que se habían
adoptado antes. Es el caso, por ejemplo, de la que autoriza ahora los
viajes individuales bajo la licencia para intercambios educacionales llamados
“pueblo a pueblo”. Hay que recordar que, a pesar de ello, se mantiene la
prohibición legal a los ciudadanos estadounidenses de viajar a Cuba.
La amenaza de sanciones penales o administrativas por hacer turismo en
Cuba es una prohibición insana, injustificada, que no debería existir.
Únicamente Cuba es un destino prohibido a los ciudadanos estadounidenses. Al
adoptar esta medida, sin embargo, se sigue obligando a los ciudadanos norteamericanos
a conservar registro de todos sus gastos y de todas sus actividades, y se les
exige, de una manera insólita, que dediquen todo el tiempo de su visita a
nuestro país, no a disfrutar el contacto abierto con los cubanos y las
maravillas de Cuba, sino, según dice estrictamente la decisión ejecutiva, “a
promover la independencia de los cubanos”.
¿Por qué mantener esta absurda prohibición? ¿Qué pasa con las libertades
civiles de los ciudadanos norteamericanos?
Otra medida significativa es la autorización a Cuba del uso del dólar en
sus transacciones internacionales. Atañe, sin duda, a un aspecto significativo
del bloqueo. Sin embargo, para que esta medida sea viable, se requerirán
seguramente declaraciones políticas de muy alto nivel del Gobierno de Estados
Unidos, se requerirán documentos de alcance jurídico, aclaraciones legales
numerosas del Departamento del Tesoro que den seguridad jurídica y política a
los bancos a los bancos extranjeros y a los propios bancos estadounidenses. Los
bancos tendrán que entender si, en efecto, esta medida significa que cesa en el
futuro próximo la persecución financiera contra Cuba. Habrá que revertir los
efectos intimidatorios acumulados durante décadas, en particular en el último
período en el cual se aplicaron sanciones a entidades bancarias
internacionales, es decir, extranjeras, de terceros países, por valor de más de
14 000 millones de dólares, por relacionarse de manera totalmente legítima
con Cuba.
En los próximos días intentaremos realizar transferencias en dólares con
entidades bancarias de terceros países y en los propios Estados Unidos, para
verificar si, en efecto, estas transacciones pueden realizarse y si los bancos
extranjeros y norteamericanos tienen indicaciones de que pueden realizar estas
operaciones con Cuba sin temor a injustas e intimidatorias penalizaciones.
Habría que esperar que en lo adelante no se repitan multas como las aplicadas
en las semanas recientes, después de avanzado el proceso de restablecimiento de
relaciones diplomáticas y después de anunciadas las medidas anteriores, contra
bancos como el alemán Commerzbank y el francés Credit Agricole.
Deseo anunciar que el gobierno cubano ha decidido eliminar el gravamen
del 10% que se aplica hoy al dólar norteamericano cuando ingresa en nuestro
país.
Debo recordar que dicho gravamen se estableció al uso de dinero en
efectivo, en dólares estadounidenses, en el año 2004, como una medida
justificada en legítima defensa frente al fortalecimiento insólito, desde aquel
momento, de la persecución financiera.
Este gravamen del 10% ha servido para compensar a las instituciones
financieras cubanas por los riesgos y costos que ha generado y genera hasta
este momento el uso del dólar.
Debo decir que solo después que se compruebe con la banca internacional
corresponsal de nuestros bancos la posibilidad de hacer uso del dólar
estadounidense en nuestras operaciones, y que estas operaciones estén
realizándose con plena normalidad, se hará efectiva la decisión de la
eliminación del gravamen. Mientras haya persecución financiera habrá gravamen,
cuando ésta haya cesado en la realidad, en los hechos, el gravamen será
eliminado.
Sin embargo, la medida anunciada con relación al uso por parte de Cuba
del dólar estadounidense, no significa, lamentablemente en modo alguno, que se
hayan normalizado las relaciones bancarias entre Cuba y Estados Unidos, como
perfectamente habría podido haberse esperarse en estas circunstancias.
Según las regulaciones del gobierno de Estados Unidos, no se permite que
los bancos cubanos tengan cuentas corresponsales en bancos estadounidenses; es
decir, nuestros bancos no podrán tener cuentas corresponsales en los bancos
norteamericanos, requisito indispensable para sostener relaciones financieras
normales, por lo que necesariamente las operaciones financieras cubanas tendrán
que seguir haciéndose a través de terceros, lo cual continuará incrementando
los costos operacionales, los trámites asociados y, a partir de la acumulación
de terribles penalidades, efectos disuasorios.
Quisiera preguntar al gobierno de Estados Unidos por qué no se ha dado
ahora ese paso, por qué no puede darse, por qué ha sido excluida de estas
medidas la autorización a los bancos cubanos de abrir cuentas corresponsales en
bancos estadounidenses, en particular, en vísperas de un momento significativo
en nuestras relaciones bilaterales, como será la llegada a La Habana del
presidente Barack Obama.
Tampoco se ha anunciado ninguna decisión en relación con la posibilidad
de que se realicen inversiones norteamericanas en nuestro país, más allá de las
ya aprobadas antes, no en este último paquete de medidas, para el sector de las
telecomunicaciones con propósitos declaradamente políticos.
Como se señaló en el reciente Editorial del periódico Granma, Cuba
ha aceptado el desafío; pero actuaremos en el terreno de las operaciones de
telecomunicaciones a partir de las prioridades nacionales de informatización de
nuestra sociedad y continuaremos protegiendo la soberanía tecnológica de
nuestras redes.
Hemos visto también con decepción que se mantiene la prohibición a las
importaciones de productos cubanos en Estados Unidos, incluyendo medicamentos
y productos biotecnológicos. De manera que el limitado comercio bilateral
alejado de las normas internacionales de comercio, de la libertad de
navegación, de forma discriminatoria, pero que opera hoy de manera limitadísima
entre los dos países, sigue siendo estrictamente unidireccional. No puede haber
importación en Estados Unidos de productos ni servicios cubanos. Solamente se
ha modificado una prohibición absurda que impedía a los ciudadanos
estadounidenses, incluso, consumir productos o servicios cubanos en terceros
países, no ya en Cuba, no ya en Estados Unidos; lo que se ha hecho ahora es
autorizar el consumo de esos productos o servicios en algún tercer país.
Si un ciudadano norteamericano visita a Canadá y desea adquirir algún
producto cubano, disfrutar de algún tratamiento cubano en Estados Unidos, si
deseara llevar consigo una botella del mejor ron añejo que se vende en el mundo
o de los mejores habanos, le está impedido hacerlo.
¿Por qué los ciudadanos estadounidenses, en esta circunstancia
particular de la relación bilateral, no pueden utilizar las vacunas
terapéuticas cubanas contra el cáncer de última generación?
¿Por qué no pueden acceder al tratamiento único cubano para el pie
diabético, que ha demostrado una efectividad que no se encuentra en otro
producto en el mercado mundial?
Las exportaciones de Estados Unidos a Cuba continúan siendo limitadas, a
pesar de nuestra nueva Ley de Inversiones, de la apertura de la Zona Especial
de Desarrollo del Mariel y de las oportunidades que ofrece la economía cubana.
Entre las medidas enunciadas, se ha autorizado la contratación, el pago
a ciudadanos cubanos no inmigrantes, es decir, temporalmente en territorio de
Estados Unidos. De manera que a partir de ella nuestros artistas reconocidos en
la cultura estadounidense, nuestros excelentes deportistas podrían ser
contratados. Sin embargo, se hace de una manera discriminatoria contra los
ciudadanos, los artistas, los atletas, las personas de nuestra tierra.
Por ejemplo, los pagos que reciba un artista, o un músico reconocido, o
un atleta cubano en algún evento significativo, no podrían satisfacer las leyes
de impuestos que existen en nuestro país y colocaría al ciudadano cubano o
ciudadana en situación de ilegalidad. De igual manera se establecen normas
ridículas para impedir que un centavo de ese dinero pudiera venir al sector
público en Cuba.
Reitero que para que haya relaciones normales en el ámbito del deporte,
debe cesar la política que condiciona la contratación de peloteros cubanos para
las ligas estadounidenses a que renuncien a su residencia en nuestro país. Sin
embargo, reconozco que es un paso positivo el que se ha dado autorizando dichos
pagos.
Ha habido otra medida que también tendrá un efecto positivo, aunque
limitado, según se ha anunciado por el Departamento del Tesoro, relativa a la
prohibición a barcos que hayan transportado mercancías a Cuba para entrar en
puertos estadounidenses en un plazo de 180 días, lo cual obviamente encarece
los costos por concepto de fletes. Es decir, un barco que ha transportado
alguna mercancía de Estados Unidos a Cuba podría continuar realizando
operaciones; estamos hablando de buques estadounidenses. Es una medida que no
beneficia a Cuba, sino que beneficia, y está bien que lo haga, a las navieras
estadounidenses.
Ciudadanos y empresas cubanas y de otros países continúan incluidos en
una lista arbitraria, conocida como “nacionales especialmente designados”, una
lista negra que les impide realizar transacciones con empresas norteamericanas
y sus subsidiarias.
Todas estas restricciones habrían podido ser eliminadas ahora o podrían
serlo en las próximas semanas o meses mediante decisiones única y estrictamente
ejecutivas.
La realidad es que el bloqueo económico, comercial y financiero contra
Cuba sigue en vigor después de los anuncios realizados hace 48 horas. No es
solo mi opinión. El secretario del Tesoro de Estados Unidos, el señor Jack Lew,
acaba de decir que el bloqueo limita “muy, muy significativamente” el volumen
de transacciones entre Cuba y Estados Unidos.
Sus componentes disuasivos y punitivos continúan en vigor.
• Empresas de Estados Unidos y extranjeras han sido
multadas en fecha muy reciente por ofrecer servicios y equipamiento
estadounidense a Cuba.
• A empresas extranjeras que comercializan níquel y
ron cubano se les han cancelado líneas de crédito y rechazado sus
transferencias bancarias, incluso en monedas distintas al dólar estadounidense.
• Bancos extranjeros han cerrado las cuentas bancarias
en otras monedas de terceros países a personal de la salud cubano que brindan
su colaboración en países de África.
• Subsidiarias de empresas estadounidenses en terceros
países niegan cotidianamente hasta este minuto sus servicios a misiones
diplomáticas y entidades cubanas radicadas en el extranjero.
El bloqueo es, sigue y seguirá siendo, a menos que se adopten otras
decisiones ejecutivas o incluso legislativas, el obstáculo decisivo, el
obstáculo más importante para el desarrollo económico de Cuba y causa
privaciones a nuestro pueblo.
Por eso, reitero que su eliminación será esencial para avanzar hacia la
normalización de las relaciones bilaterales entre Estados Unidos y Cuba. De la
misma forma que la devolución del territorio ilegalmente ocupado por la Base
Naval de Guantánamo debe ser restituido a nuestro pueblo para avanzar hacia la
normalización.
Altos funcionarios del gobierno de Estados Unidos han declarado en las
últimas horas que el objetivo de las nuevas medidas aprobadas es “empoderar” al
pueblo cubano. El pueblo cubano se empoderó a sí mismo hace décadas. Algo debe
andar mal en la democracia estadounidense si se habla de empoderar a otros
pueblos; son los pueblos en los que reside la soberanía y está el poder real en
las democracias verdaderas los que empoderan o no a los gobiernos. Si al
Gobierno de Estados Unidos le interesa beneficiar al pueblo de Cuba, ayudar al
pueblo de Cuba, como se dice, levante el bloqueo. Sería mejor ocuparse de
empoderar al propio pueblo estadounidense. ¿Por qué no se consulta a quienes
pagan impuestos en Estados Unidos, las políticas monetarias, las políticas
impositivas, las políticas migratorias? ¿Por qué no se pregunta y se somete a
consulta del pueblo estadounidense, a las ciudadanas y ciudadanos
norteamericanos, las políticas educacionales, las políticas de empleo, las
políticas de salud, las políticas de igual salario por igual trabajo a las
mujeres? ¿Por qué Wall Street no transfiere poder a la gente que paga los
impuestos? Nadie podría decir con seriedad que el poder no está en Wall Street,
sino en el pueblo estadounidense.
Reconocemos la posición del presidente Barack Obama contra el bloqueo a
Cuba y los llamados reiterados que ha hecho al Congreso para levantarlo. Hemos
expresado reconocimiento y aprecio, incluso lo ha hecho el presidente de la
República de Cuba Raúl Castro Ruz.
Debo, sin embargo, reconocer que persisten grandes diferencias entre el
gobierno de Estados Unidos y el de Cuba en materia de sistemas políticos,
democracia, derechos humanos, aplicación e interpretación del Derecho
Internacional; grandes diferencias en relación con el concepto de soberanía
nacional, profundas diferencias en relación con la preservación de la paz y la
seguridad internacionales; grandes diferencias en relación con las guerras
imperialistas no convencionales que están provocando oleadas de refugiados en
Europa.
Buscamos también una relación distinta a la visión del gobierno
norteamericano en sus relaciones con la América Latina y el Caribe.
Tenemos grandes diferencias a partir de nuestra enfática, irrestricta,
plena solidaridad con la República Bolivariana de Venezuela y con la
unión-cívico militar de su pueblo que encabeza el presidente Nicolás Maduro
Moros, y reiteraremos al gobierno de Estados Unidos nuestro reclamo de que
aquella Orden Ejecutiva recientemente renovada, que califica a Venezuela como
una amenaza inusual y extraordinaria a la seguridad nacional de Estados Unidos,
que no tiene justificación, que es arbitraria y agresiva, sea eliminada o
abrogada.
Al reconocer los pasos que ha dado el Presidente de Estados Unidos en
relación con la modificación de aspectos del bloqueo a Cuba, deseo enfatizar
nuestra esperanza de que el Congreso de Estados Unidos cumpla su deber de
actuar según la voluntad de los ciudadanos estadounidenses, incluida la
emigración cubana, que reclama de manera ampliamente mayoritaria, igual que el
reclamo unánime de la comunidad internacional y prácticamente de todos los
sectores de la sociedad estadounidense, que el Congreso levante definitiva y
completamente el bloqueo a Cuba.
Quiero enfatizar, en vísperas de esa importante visita, que Cuba se ha
involucrado, y continuará haciéndolo, en la construcción de una nueva relación
con el gobierno de Estados Unidos en pleno ejercicio de su soberanía y apegada
a sus ideales de justicia social y solidaridad.
En nuestra relación con Estados Unidos no está, de ninguna manera, en la
mesa de negociaciones la realización de cambios internos en Cuba, que son y
serán de la exclusiva soberanía de nuestro pueblo.
Nadie podría pretender que para avanzar hacia la normalización de
relaciones entre ambos países, Cuba tenga que renunciar a uno solo de sus
principios, ni a su política exterior profundamente, históricamente
comprometida con las causas justas en el mundo y con la defensa de la
autodeterminación de los pueblos.
En los próximos días nuestro pueblo, nuestro gobierno, recibiremos al
Presidente de Estados Unidos Barack Obama con la hospitalidad que distingue a
Cuba, y con el respeto y consideración que merece en su condición de Jefe de
Estado.
Ese es el sentimiento, esa es la voluntad del pueblo cubano.
Durante su estancia en Cuba el presidente de Estados Unidos realizará un
paseo por La Habana Vieja el domingo 20, visitará la Catedral de La Habana. El
lunes 21 será el día del ceremonial diplomático, protocolar. Esperamos que el
Presidente de Estados Unidos rinda homenaje al Héroe Nacional José Martí, que
tanto encarna los sentimientos de nuestros pueblos y nuestra interpretación de
nuestro destino.
Tendrá conversaciones oficiales con el presidente de los Consejos de
Estado y de Ministros, Raúl Castro Ruz. Ambos presidentes realizarán una
declaración a la prensa.
Habrá también un evento de naturaleza empresarial al que concurrirán los
empresarios, cooperativistas, cuentapropistas cubanos y los norteamericanos.
El día 22 tendrá el presidente Obama un encuentro con nuestro pueblo,
con nuestra amplia, diversa sociedad civil. En el Gran Teatro “Alicia Alonso”
hará un discurso y tendrá la oportunidad de conocer nuestra realidad, a nuestro
pueblo, a nuestra juventud, de profundas convicciones probadas en muchas
dificultades.
El presidente Obama tendrá la oportunidad de dirigirse directamente al
pueblo cubano. Como ha sido el caso de otras visitas de dignatarios
extranjeros, su comparecencia será televisada en vivo por la televisión cubana.
Todos podrán ver su discurso y cada quien podrá formarse su propia opinión
sobre lo que diga.
Esperamos que en esos días el presidente Obama conozca mejor a nuestro
país e interactúe con las organizaciones de nuestra sociedad civil, más de
2 000 de ellas, que participan en todos los ámbitos de la vida nacional.
El mandatario estadounidense podrá apreciar una nación enfrascada en su
desarrollo económico y social, en el mejoramiento del bienestar y la garantía
de la completa dignidad de sus ciudadanos, de un pueblo que disfruta de
derechos y que puede exhibir logros que infortunadamente constituyen una
quimera para muchos habitantes del planeta, a pesar de ser un país bloqueado y
subdesarrollado.
La visita del presidente Obama -y concluyo así- también será una ocasión
importante para identificar nuevos pasos que pudieran darse en los próximos
meses como contribución al proceso de mejoría de las relaciones bilaterales,
sobre bases de respeto y de igualdad recíprocas, en beneficio de ambos países y
pueblos.
Muchas gracias.
Preguntas y respuestas del ministro de Relaciones Exteriores de
Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla, en conferencia de prensa. 17
de marzo de 2016.
Moderador.- Pasamos a las preguntas. Andrea.
Andrea Rodríguez (AP).- Buenas tardes.
Señor, como usted mencionó, han sido cuatro paquetes de medidas los
anunciados sucesivamente por el presidente Obama. Usted ha hecho un análisis de
este último, muy exhaustivo, y también ha mencionado que Cuba piensa eliminar
el 10% del circulante del papel moneda estadounidense si esto finalmente
funciona; pero me gustaría saber en esta dirección dos cosas:
La primera es si Cuba se prepara para algún otro tipo de paquete de
medidas, no las estadounidenses, sino Cuba hacia Estados Unidos, que
permita, por ejemplo, a emprendedores comprar cosas allá y traerlas, o a los
peloteros y gente de la cultura que usted mencionó, contratarse, o a las
propias empresas estadounidenses incrementar su comercio con
Estados Unidos.
Y en otra dirección, si esto es todo lo que vamos a ver, o sea, lo
del 10% que usted mencionó, de parte de Cuba ante la visita de
Estados Unidos, o piensa que va a haber otro tipo de temas en discusión
desde Cuba hacia Estados Unidos.
Bruno Rodríguez.- Sí.
No sé si Andrea pudiera mencionar alguna medida discriminatoria o
restrictiva que Cuba aplique a Estados Unidos y que pudiera ser
modificada. No existe. Cuba no discrimina a las empresas estadounidenses, da la
bienvenida a los turistas estadounidenses, desea profundizar los vínculos
culturales, deportivos, académicos, científicos, no los restringe de ninguna
manera; tiene una política migratoria totalmente abierta, que permite a los
ciudadanos cubanos, siempre que reciban visa estadounidense, visitar ese país
o, incluso, residir allí.
Nosotros pasamos nuestro gran paquete de medidas en 1959. En este
período hemos estado realizando de manera permanente, hasta este minuto, las
transformaciones que demanda la sociedad cubana.
Cuba es un país en permanente cambio, en permanente transformación.
¿Hacia dónde cambia? Hacia una economía más competitiva, más productiva; hacia
políticas sociales cada vez más justas, que alcancen de manera universal a
todas y todos los cubanos y que, al mismo tiempo, cuenten con mayor
sostenibilidad económica.
Cuba acaba de hacer cambios importantes en materia de su política de
inversión extranjera. Acaba de abrir, por primera vez en su historia, una zona
especial de desarrollo con incentivos especiales para la empresa extranjera.
En el año 2011 Cuba adoptó un nuevo programa de medidas económicas y
sociales que llamamos Lineamientos de Política Económica y Social, que fue
adoptado como Ley después por nuestro Parlamento, y que el venidero Congreso
del Partido Comunista de Cuba evaluará su ejecución y ajustará también.
Claramente, introducirá ajustes, cambios para ajustar aquel programa, que es
nuestro programa, al desarrollo, a la ejecución de las medidas entonces
decididas que, en general, marcha bien; pero que requiere, evidentemente, ser
vista a partir de la experiencia de los cuatro años transcurridos.
De manera que puedo decir que Cuba es una sociedad cambiante y nuestro
pueblo se propone cambiar todo lo que deba ser cambiado, para lograr que el
socialismo cubano sea cada vez más justo, que nuestras políticas sociales sean
cada vez más inclusivas para asegurar plena garantía de los derechos políticos
y civiles, y también de los derechos económicos, sociales y culturales a todas
nuestras ciudadanas y ciudadanos, garantizar a nuestros niños un futuro de
felicidad y construir una economía fuerte que garantice prosperidad, bienestar,
justicia y dignidad a los cubanos.
Sergio Gómez (Granma).- Ministro, ¿qué impacto podría
tener en el fenómeno de la migración ilegal cubana las medidas orientadas a la
posibilidad de recibir salarios o compensaciones en caso de que un ciudadano
cubano tenga la visa correspondiente y la posibilidad de que algún tipo de
empresa norteamericana contrate a ciudadanos cubanos, si bien se mantienen en
pie las leyes y las políticas que promueven esa migración ilegal?. En ese mismo
sentido, si hay algún tipo de diálogo o conversación con la parte
estadounidense para ampliar el régimen de otorgamiento de visas de no
inmigrantes que son las que permitirían este tipo de intercambio.
Bruno Rodríguez.- Como señalé, esa es una medida que se ha
anunciado hace apenas 48 horas. Estamos estudiándola, seguramente requerirá
intercambios entre las autoridades reguladoras de ambos países.
Cuba tiene una política migratoria totalmente abierta y normal, Estados Unidos
aplica medidas migratorias en relación con Cuba de carácter selectivo y
políticamente motivado, que constituyen un aliento a la emigración ilegal,
insegura y desordenada y que afectan las relaciones migratorias normales.
A mí me parece que al reconocer que un renombrado artista cubano o un
deportista cubano conocido mundialmente pueda actuar o competir en Estados
Unidos y recibir pagos, es una medida de la más elemental justicia. Se ha
eliminado una medida totalmente selectiva, discriminatoria, políticamente
motivada, que llevaba un aspecto de la aplicación del bloqueo, aunque quedan
muchísimos otros, a la vida individual, a los derechos de las personas. Sin
embargo, el hecho de que se continuará discriminando al artista cubano, al
deportista cubano, al trabajador cubano en Estados Unidos por el hecho de
prohibirle cumplir las leyes de su país en materia impositiva o establecer
restricciones que no se establecen para ningún trabajador, ni ninguna persona
de ninguna otra parte del planeta que trabaje en Estados Unidos, continúa
siendo un obstáculo y demuestra que las políticas siguen siendo
discriminatorias, selectivas y políticamente motivada.
Patrick Oppmann (CNN).- Sobre el discurso que el Presidente va
a dar en el Gran Teatro, ¿ya el gobierno cubano sabe lo que va a decir? ¿De
alguna forma tiene que aprobar el gobierno el discurso que va a hacer el
presidente Obama? ¿Qué pasa si él critica al gobierno cubano, como ha hecho en
otros momentos? ¿Responderán durante la visita? ¿Y cuál es el mensaje que él
debe traer? ¿Cuál es el mensaje que quiere escuchar el pueblo cubano del
presidente Obama?
Bruno Rodríguez.- Bueno, el presidente Barack Obama tendrá que
llegar a La Habana, cumplir su programa del domingo, llegar el lunes al Gran
Teatro y hacer su discurso. Allí nos enteraremos. Lo escucharemos con profunda
atención y respeto, como merece un jefe de Estado. Seguramente se expresarán
algunas diferencias, que escucharemos nosotros también con todo respeto sin
renunciar a nuestras convicciones.
Es una buena pregunta que podría hacer usted a la avanzada de la
delegación presidencial que se encuentra en La Habana. Yo podré comentarle
sobre el discurso después que lo escuche.
Rosa M. Elizalde (Cubadebate).- Buenas tardes, Ministro.
Quisiera saber si tenemos detalles de qué actividades de prensa va a
tener el presidente Barack Obama acá.
Y otra pregunta, si me permite. He escuchado rumores de que Obama va a
participar o hará un programa de humor político en la isla, ¿es eso cierto?
Bruno Rodríguez.- No lo sé. El presidente Obama, como es
habitual en las visitas presidenciales, seguramente recibirá una gran cobertura
de ustedes, es decir, de la prensa estadounidense, de la prensa internacional y
de la prensa cubana, y las autoridades de nuestro país cumplirán con su deber
de asegurar las mejores condiciones para que ustedes puedan hacer su trabajo.
Está previsto que los dos presidentes, al concluir sus conversaciones
oficiales, realicen declaraciones ante la prensa. Seguramente habrá otras
actividades de prensa a lo largo del programa.
Conozco, por experiencia propia, que muchos ciudadanos estadounidenses
se informan sobre la realidad política en su país y en el mundo a través de
programas de humor político, de comedia política. Francamente no lo sé; pero
estoy seguro de que hay humoristas cubanos, de excelente calidad, que estarían
interesados en interactuar con el Presidente de Estados Unidos. Conozco, he
visto ya excelentes programas que tratan, con fino humor y sentido político, el
estado y la evolución de las relaciones bilaterales, y he oído excelentes
chistes sobre las relaciones entre Josefina y la señora Roberta Jacobson; pero
no lo sé, habrá que preguntarle a la delegación estadounidense, o esperar a que
ocurra para, de ocurrir, reírnos todos juntos.
Muchas
gracias.
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