Hoy se celebró en Nueva York el 68 período de sesiones de las Naciones Unidas donde por vigésimo segunda vez el mundo volvió a condenar a EE.UU. por el bloqueo que unilateral y extraterritorialmente impone a Cuba desde hace más de cincuenta años.
De los 193 países incritos en la ONU, 188 votaron en favor de la resolución que exige a EE.UU. el levantamiento del bloqueo económico, financiero y comercial que tiene sitiado al pueblo cubano. Como era se esperar solo EE.UU e Israel votaron en contra, mientras tres protectorados estadounidenses, Islas Marshall, Micronesia y Palau se abstuvieron.
A continuación la contundente intervención del Canciller Bruno Rodríguez en representación del "heroico, abnegado y solidario pueblo de Cuba", como él mismo lo llamó.
Bruno Rodríguez hoy en Naciones Unidas |
Señor Presidente:
El
Departamento de Comercio de los Estados Unidos ha puesto como condiciones para
emitir una licencia que autorice cualquier suministro de equipos, dispositivos
o medicamentos, al Cardiocentro Pediátrico William Soler de La Habana, el uso
exclusivo de estos en pacientes cubanos, monitorear su destino final, que no se
utilicen en actos de tortura, en violaciones de derechos humanos, en
producciones biotecnológicas, ni sean re-exportados. En el Apéndice E del
formulario de la licencia, pide numerosos datos para cerciorarse de que el
Cardiocentro no tiene vínculos con la producción de armas químicas y
biológicas, con tecnologías de misiles, ni armas nucleares.
Decenas de prestigiosos especialistas, al menos cinco reconocidos hospitales estadounidenses y muchos otros en el planeta conocen bien esta institución especializada en Cardiología y Cardiocirugía pediátricas, que desde el 2010, ha operado del corazón a 1 101 niños y atendido a decenas de miles de pequeños pacientes.
Sin embargo, el Cardiocentro
continúa siendo catalogado por el Departamento de Comercio como “Hospital
Denegado”.
Como consecuencia, las niñas
y niños cubanos no pueden ser tratados con el dispositivo Amplatzer para curar
la comunicación interauricular o cerrar el cortocircuito vascular en el conducto
arterioso del corazón, ni con los dispositivos utilizados en el cateterismo
intervencionista, o recibir medicamentos de mejor calidad para el tratamiento
de la insuficiencia cardiaca, anti-arrítmicos y antibióticos de última
generación.
Por esa razón, decenas de
menores sufrieron cirugías toráxicas que pudieron ser evitadas. Otros ciento
dos niños operados, con hipertensión pulmonar, no pudieron ser tratados con gas
óxido nítrico, que es una de las mejores terapéuticas disponibles.
De igual manera, el Instituto
de Cirugía Cardiovascular carece de piezas de repuesto, contraste y software
avanzado para realizar eco-cardiografías.
El Hospital Ortopédico Frank
País no puede sustituir la Cámara Gamma SOPHA, necesaria para el diagnóstico de
afecciones tumorales malignas, infecciones óseas y articulares.
El Instituto de Medicina
Tropical Pedro Kourí no puede acceder al antiviral en solución oral infantil
Kalestra, al no tener licencia del Departamento del Tesoro para su importación.
Este medicamento inhibe la replicación del virus en niños nacidos con SIDA,
aumenta su inmunidad y previene las enfermedades oportunistas.
Los daños humanos que produce el bloqueo económico, comercial y
financiero de los Estados Unidos impuesto a Cuba son incalculables. Provoca sufrimientos y constituye una
violación masiva, flagrante y sistemática de los derechos humanos. El 76% de
los cubanos han vivido bajo sus efectos devastadores desde su nacimiento.
El bloqueo califica como un acto de genocidio, según el artículo II de la
Convención de Ginebra de 1948 para la Prevención y la Sanción del Delito de
Genocidio; y también como un acto de guerra económica, de acuerdo con la
Declaración Relativa al Derecho de la Guerra Marítima adoptada en 1909.
El Departamento de Estado
miente y manipula datos de remesas de la emigración y de las pequeñas
donaciones de organizaciones no gubernamentales, que él mismo obstaculiza, para
presentar a su gobierno como un donante de ayuda humanitaria a nuestra nación.
El
memorando del subsecretario asistente de Estado Lester Mallory, escrito el 6 de abril de
1960 y desclasificado 30 años después, dice, cito:
“La mayoría de los cubanos apoyan a
Castro […] No existe una oposición política efectiva [...] El único medio
posible para hacerle perder el apoyo interno [al gobierno] es provocar el
desengaño y el desaliento mediante la insatisfacción económica y la penuria
[...] Hay que poner en práctica rápidamente todos los medios posibles para
debilitar la vida económica [...] negándole a Cuba dinero y suministros con el
fin de reducir los salarios nominales y reales, con el objetivo de provocar
hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno”. Fin de la cita.
Es bárbaro e insólito que 53 años después, persista la misma política.
Señor Presidente:
Los
daños económicos acumulados en medio siglo debido
al bloqueo ascienden a un billón 157 mil millones de dólares, más de un millón
de millones.
Hemos alcanzado resultados
innegables en la eliminación de la pobreza y el hambre, en índices de salud y
educación que son de referencia mundial, en la promoción de la igualdad de
género, en la libertad y el bienestar equitativo, en el consenso social, en la
participación democrática de los ciudadanos en las decisiones de gobierno, en
la reversión del deterioro ambiental, y en el desarrollo de la cooperación internacional
con un centenar de países del Tercer Mundo, ¿cuánto más no habríamos podido
hacer sin este colosal obstáculo a nuestro desarrollo y los enormes costos
humanos y financieros que nos han impuesto?.
Durante el gobierno del presidente Obama, el bloqueo ha sido
recrudecido, en particular en el sector financiero.
Históricamente, Estados
Unidos ha empleado en la persecución y vigilancia de nuestras transacciones
financieras y relaciones económicas el enorme poderío tecnológico de su sistema
masivo de espionaje global recientemente denunciado.
Desde enero de 2009 hasta
septiembre de 2013, se han impuesto multas a 30 entidades norteamericanas y
extranjeras, cuyos montos totalizan más de 2 mil 446 millones de dólares por
relacionarse con Cuba y otros países.
En diciembre del 2012, el
banco británico HSBC, fue multado, por la misma razón, en un monto de 375
millones de USD y el banco japonés Tokio-Mitsubishi UFJ con 8,6 millones.
En marzo del 2013, la agencia
Reuters suspendió los servicios de información bancaria y financiera.
El cerco económico se ha
apretado y su impacto está presente en las carencias y dificultades que sufre
la familia cubana en todos los aspectos de su vida.
Estados
Unidos no es un socio comercial de Cuba, como afirman desvergonzadamente sus
representantes, porque no puede serlo el Estado al que no se puede exportar ni
comprar productos o servicios, ni usar el dólar en nuestras transacciones; de
cuyas subsidiarias en terceros países no se nos permite adquirir medicinas ni
alimentos debido a la Ley Torricelli, que también prohíbe entrar en sus
puertos, durante 180 días, a los barcos de todo el mundo que atraquen en la
isla; que impide a otras naciones vendernos todo lo que tenga más de un 10% de
componentes estadounidenses o exportar aquí cualquier producto que contenga
materias primas cubanas. No lo es el Estado en que rige la Ley Helms-Burton, que amplió de forma inédita las dimensiones
extraterritoriales del bloqueo y codificó integralmente el “cambio de régimen”
y la ulterior intervención en Cuba, ni el Estado que invoca la Ley de Comercio
con el Enemigo de 1917, solo aplicable a situaciones de guerra y únicamente
vigente para Cuba.
Nuestra pequeña isla no es
una amenaza para la seguridad nacional de la superpotencia. Entonces, ¿por qué
los norteamericanos no pueden acceder a productos cubanos de primera calidad, a
nuestros medicamentos de última generación? ¿Por qué sus empresarios pierden
oportunidades? ¿Por qué no se abren negocios que crearían empleos en tiempos de
crisis? ¿Por qué las compañías norteamericanas no pueden acceder a la nueva
Zona Especial de Desarrollo del Mariel?
Las sanciones permanecen
intactas y se aplican con todo rigor. No es un asunto bilateral. El bloqueo es
agresivamente extraterritorial y una violación del Derecho Internacional que
lacera la soberanía de todos los Estados. Es una transgresión de las normas
internacionales de comercio y de la libertad de navegación. La cruel inclusión
de medicinas y alimentos quebranta el Derecho Internacional Humanitario. Es un
acto hostil y unilateral que debe cesar unilateralmente.
Señor Presidente:
El bloqueo es el principal obstáculo al más amplio acceso a internet y
las tecnologías de la información y las comunicaciones, al restringir el
ancho de banda de la isla, encarecer la conectividad e impedir la conexión a
los cables submarinos cercanos.
Las sanciones limitan
gravemente los contactos entre ambos pueblos y los que permite, los condiciona
con propósitos de “cambio de régimen” y desestabilización interna.
A pesar de que Washington ha
autorizado muy selectivamente algunos intercambios culturales, académicos y
científicos, estos continúan sujetos a severas restricciones y múltiples
proyectos de este tipo no pudieron realizarse debido a las negativas de
licencias, visas y otras burocráticas autorizaciones.
Cuba es el único destino en
el planeta, prohibido a los viajes de los ciudadanos estadounidenses. Es un
asunto constitucional relevante que, en esta materia, los ciudadanos
norteamericanos no sean iguales ante la ley, según sean o no de origen cubano.
El Equipo Nacional de Beisbol
no ha podido cobrar los pagos adeudados por su participación en el II y III
Clásicos Mundiales de 2009 y 2013. Se denegó la licencia a 300 corredores
norteamericanos para participar en el maratón Marabana, en 2012.
Más de 300 músicos, que
participaron en decenas de proyectos artísticos en este país, no han podido
recibir remuneración.
La emigración cubana sufre medidas discriminatorias. La respuesta a la reforma
de la ley migratoria cubana, de enero de 2013, ha sido la persistencia en la
aplicación de la Ley de Ajuste Cubano y en la política “pies secos-pies
mojados” que alientan la emigración ilegal e insegura y el tráfico de personas,
las cuales provocan pérdidas de vidas humanas.
Curiosamente,
la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) embargó los fondos de una Organización
No Gubernamental británica, destinados a adquirir y distribuir en el Reino
Unido el libro “La guerra económica contra Cuba” de un autor europeo, producido
por la editorial Monthly Review Press, basada en Nueva York.
Durante tres meses, fueron
retenidos los fondos del Consejo Latinoamericano de Iglesias previstos para
costear su VI Asamblea General en La Habana.
La cooperación humanitaria,
principalmente médica y educativa, que brindamos a decenas de pueblos también
es objeto de represión.
El bloqueo es un acto inculto
que impide el libre movimiento de las personas, el flujo de la información, el
intercambio de ideas y el desarrollo de vínculos culturales, deportivos y
científicos.
La política estadounidense
contra Cuba sufre absoluto aislamiento y descrédito mundial y carece de
sustento ético o legal. Así lo demuestran los más de 180 votos en esta Asamblea
General, los discursos de decenas de Jefes de Estado y Gobierno en el Debate
General y los argumentos de los Estados Miembros y las Organizaciones
Internacionales expuestos en el Informe del Secretario General de las Naciones
Unidas.
Señor Presidente:
El Presidente Obama podría utilizar sus amplias facultades
constitucionales, aun sin pasar por el Congreso, para generar una dinámica que
cambie la situación. En definitiva, los
norteamericanos dicen que fue elegido para el cambio. ¿Qué se gana con la
inercia de una política vieja, obsoleta, propia de la confrontación bipolar,
enferma y éticamente inaceptable, que no ha funcionado durante 50 años? ¿Por
qué no escuchar la opinión crecientemente mayoritaria en la sociedad
norteamericana y en la emigración cubana, incluso en La Florida, que apoya la
normalización de relaciones bilaterales y se opone al bloqueo y a la prohibición
de viajar?
¿Por qué no aceptar que somos
una Nación y un Estado independiente, igualmente soberano? ¿No será mejor
renunciar pragmáticamente a la obcecación ideológica, heredada de dos
generaciones anteriores de políticos estadounidenses, que no ha funcionado y
dejar de gastar los dólares de los contribuyentes para intentar,
infructuosamente, cambiar al gobierno cubano?
La persistencia del Departamento de Estado en designar a Cuba, de manera
arbitraria e infundada, como Estado patrocinador del terrorismo internacional,
lastra la credibilidad de los Estados Unidos, precisamente desde cuyo
territorio se organizaron, financiaron y ejecutaron actos terroristas contra
Cuba que provocaron 3478 muertos y 2099 discapacitados. En Miami, tiene cómodo
refugio el conocido terrorista internacional Posada Carriles, mientras se mantiene en
injusta y prolongada prisión a cuatro de los Cinco luchadores antiterroristas
cubanos. ¿Qué impide al gobierno de EE.UU. ponerlos en libertad como acto
humanitario o de justicia?
Señor Presidente:
El gobierno de Cuba, con el
apoyo ampliamente mayoritario y la participación activa del pueblo, sigue
enfrascado en un profundo proceso de transformaciones económicas, dirigidas a
hacer más eficiente nuestra economía socialista, mejorar el nivel de vida de la
población y preservar las conquistas sociales de la Revolución.
Estas transformaciones gozan
de un amplio reconocimiento internacional y cuentan con la creciente cooperación
de muchas naciones, en particular, de la región de América Latina y el Caribe,
con lo cual se fortalecen diversas formas de integración.
Los fundamentos de la
política norteamericana hacia Cuba se mantienen inamovibles, anclados en la
Guerra Fría.
Señor Presidente:
Los peligros que amenazan la
existencia de nuestra especie son graves e inminentes. Para preservar la vida
humana hay que salvaguardar la paz y para ello es indispensable un cambio
profundo en la manera de tratar y resolver los problemas del mundo y los conflictos,
mediante el diálogo y la cooperación, sin el egoísmo y la filosofía del despojo
que llevan a la guerra, al uso de la fuerza y a las medidas económicas
coercitivas que, silenciosamente, también hieren y matan.
Es cierto que entre ambos
gobiernos existen grandes diferencias, pero el único camino productivo es
encontrar una manera civilizada de relacionarnos, reconociendo que somos
Estados vecinos pero distintos y que solo a cada pueblo corresponde dirimir sus
propios asuntos, su sistema político y decidir sobre su economía, según sus
legítimos intereses. Por tanto, habría que hacer prevalecer el diálogo, la
negociación e, incluso, la cooperación en lo que sea posible y conveniente, en
beneficio de ambos pueblos y de las relaciones hemisféricas.
La reciente reanudación de
las conversaciones migratorias y sobre correo postal, así como el desarrollo de
contactos acerca de otros temas de interés mutuo, como las operaciones de
respuesta a derrames de hidrocarburos, los procedimientos de búsqueda y salvamento
marítimo y aeronáutico, y la seguridad aérea y de la aviación, demuestran que
ello es posible y útil.
El Gobierno de Cuba, como
expresión de su voluntad de paz y convivencia respetuosa, reitera su
disposición a avanzar hacia la normalización de las relaciones bilaterales y
ratifica su disposición para establecer un diálogo serio, constructivo, en
condiciones de igualdad y pleno respeto a nuestra independencia.
Señor Presidente:
Una vez más, a nombre del
abnegado, heroico y solidario pueblo de Cuba, solicito a los representantes de
los Estados Miembros votar a favor del proyecto de resolución titulado
“Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto
por los Estados Unidos los Estados Unidos de América contra Cuba”.
Muchas gracias.