Entrevista a
Ricardo Alarcón, Presidente del Parlamento cubano
Salim Lamrani
Center for International Policy
Presidente del
Parlamento cubano desde 1992 y miembro del Buró Político del Partido Comunista
de Cuba, Ricardo Alarcón de Quesada es la tercera figura del gobierno cubano,
después del Presidente Raúl Castro y del Primer Vicepresidente Antonio Machado
Ventura. Profesor de Filosofía y diplomático de carrera, estuvo cerca de 12
años en Estados Unidos como embajador de Cuba en las Naciones Unidas. Alarcón
se ha convertido, con el paso del tiempo, el portavoz del gobierno de La
Habana. En esta larga entrevista de casi dos horas, Alarcón no rehúye ningún
tema.
Habla del papel de Fidel Castro desde su retiro de la vida política y
explica la presencia de Raúl Castro en el poder. Evoca también la reforma del
modelo económico y social cubano así como los desafíos que esperan a la nación.
Después, Alarcón aborda la cuestión migratoria y las relaciones con Estados
Unidos bajo la administración Obama. Diserta también sobre la espinosa
problemática de los derechos humanos y los presos políticos. Tampoco vacila en
abordar el caso Alan Gross, contratista estadounidense encarcelado en Cuba, así
como el caso de los cinco agentes cubanos encarcelados en Estados Unidos. La entrevista
evoca el descubrimiento de importantes yacimientos petroleros en la zona
económica exclusiva de Cuba del Golfo de México y sus posibles consecuencias.
Finalmente la conversación termina con las relaciones con la Iglesia Católica y
el Vaticano, la próxima visita del Papa Benedicto XVI, las relaciones con la
Unión Europea, los vínculos con la nueva América Latina y el futuro de Cuba
después de Fidel y Raúl Castro.
Fidel y Raúl
Castro
Salim Lamrani:
Señor Presidente, Fidel Castro abandonó el poder en 2006 por razones de salud.
¿En qué estado se encuentra actualmente y a qué dedica su tiempo?
Ricardo Alarcón de
Quesada: Según mis informaciones, goza de una excelente salud si tomamos en
cuenta la edad avanzada y las operaciones a las cuales tuvo que someterse.
Tiene una vida muy activa. Pasa mucho tiempo leyendo y escribe regularmente sus
reflexiones. También ha publicado varios libros. Actualmente se concentra en
temas de investigación precisos, particularmente en la cuestión alimentaria y
agrícola. Analiza las diferentes formas de producción agrícola posibles que
permitirían resolver la grave crisis alimentaria que afecta al mundo, y
particularmente a las regiones más pobres.
Fidel Castro es un hombre que dispone de centros de interés sumamente variados.
Estudia todo tipo de temáticas y problemáticas, y debo confesar que está muy
ocupado por ello.
SL: ¿Cómo se
explica la presencia de Raúl Castro en el poder? ¿Acaso es por su lazo familiar
con Fidel Castro? ¿No se trata de alguna forma de sucesión dinástica?
RAQ: De ninguna
manera la presencia de Raúl Castro a la cabeza de la nación cubana se vincula
con su relación parental con el líder de la Revolución Cubana que es Fidel
Castro. Permítame explicarme. Raúl Castro ya ocupaba el puesto de Primer
vicepresidente cuando Fidel Castro estaba en el poder. Había sido electo para
ese cargo. Resultaba lógico entonces que sustituyera al Presidente en caso de
vacío de poder. Del mismo modo que sería constitucionalmente normal que el
Presidente del Senado francés sucediera al Presidente de la República francesa
en caso de vacío de poder. Por otra parte, Raúl Castro fue electo Segundo
secretario del Partido Comunista durante el Primer Congreso en 1975 y por ello
ocupa actualmente el cargo de Primer secretario.
SL: ¿Pero acaso no
ocupaba esas funciones por su estatus de hermano de Fidel Castro?
RAQ: Creo que la
explicación es de orden histórico y no familiar. Permítame precisar mi
pensamiento. Raúl, independientemente del hecho de que sea el hermano de Fidel,
desempeñó un papel fundamental desde los primeros momentos de la lucha contra
la dictadura de Fulgencio Batista en 1956. Fue el organizador y el jefe del
Segundo Frente del Ejército Rebelde en la Sierra Maestra en 1958. Siempre fue
considerado como el segundo jefe de la Revolución, desde la época de la lucha
armada contra el régimen militar, por sus méritos personales y sus
excepcionales cualidades de líder, y no por su relación familiar con Fidel
Castro.
Nótese por otra parte que Raúl es el único miembro de la familia Castro en
ocupar un puesto político en Cuba. Si se tratase de nepotismo, todos los
miembros de su familia ocuparían puestos claves. Pero no es el caso. Fidel
Castro tiene varios hermanos y hermanas pero ninguno ha desempeña un papel
político en la historia de Cuba salvo Raúl. No obstante Fidel tiene un hermano
mayor que se llama Ramón. Sepa usted que éste –ni ningún otro miembro de su
familia– ha ocupado un puesto jerárquico nacional. Ramón trabaja en la
agricultura, que constituye su principal centro de interés. Los hijos de Fidel
Castro no son ministros. Repito, la presencia de Raúl Castro en el poder
responde más bien a una lógica histórica que a un vínculo familiar.
SL: En 2008, tras
su elección, Raúl Castro propuso al Parlamento que se consultara a Fidel Castro
sobre todas las cuestiones estratégicas. Los diputados aceptaron esta
propuesta. ¿Acaso no sería una discreta forma de gobernar por parte del líder
histórico de la Revolución? ¿Quién toma realmente las decisiones en Cuba?
RAQ: En nuestro
país las decisiones se toman de modo colegiado, incluso cuando Fidel Castro se
encontraba en el poder. Raúl Castro ha insistido mucho en este aspecto, en la
institucionalización del proceso revolucionario. Estamos preparando actualmente
la conferencia del Partido que tendrá lugar en enero de 2012, con una
participación muy amplia no sólo de todos los militantes sino también de los
ciudadanos que no son miembros del Partido.
También el gobierno funciona como un órgano de dirección colectiva. El Consejo
de Ministros se reúne todas las semanas. Del mismo modo, el Buró Político del
Comité Central del Partido, así como el Comité Ejecutivo del Consejo de
Ministros, se reúnen todas las semanas para discutir, debatir y tomar las
decisiones importantes.
Fidel Castro dispone de una autoridad moral y política muy fuerte que no
proviene de un cargo, de una función o de una responsabilidad que habría
conseguido mediante las elecciones en un momento dado, sino de su papel
histórico. Por ello, como lo explicó Raúl Castro ante el Congreso, siempre se
solicita su opinión para las cuestiones estratégicas de primera importancia. No
participa en las reuniones que acabo de mencionarle pero cuando se trata de
cuestiones de primer orden, se le consulta sistemáticamente.
Recuérdese no obstante que nos encontramos en un país donde se consulta a todo
el mundo sobre casi todos los temas. Si existe una realidad en Cuba que es
innegable, es el abundante número de reuniones donde la gente expresa sus
puntos de vista y le puedo asegurar que los debates son animados pues las
divergencias de opinión son reales. Los trabajadores, los militantes, los
vecinos, absolutamente todo el mundo participa en ellos. Lógicamente, Fidel
Castro tiene voz y voto. Resulta claro que no da su opinión sobre todo sino que
se concentra más bien en las cuestiones fundamentales.
SL: Un sabio, si
se puede decir
RAQ: Fidel no
ocupa ninguna posición formal hoy día, pero sigue siendo Fidel Castro, el líder
histórico de la Revolución, el que nos llevó a la victoria contra Batista. Sigue
siendo el principal arquitecto de la resistencia frente a Estados Unidos desde
hace más de medio siglo. Su opinión reviste lógicamente un carácter particular
sobre lo que es de orden estratégico.
La reforma del
modelo económico cubano
SL: En abril de
2011, el Congreso del Partido Comunista decidió reformar el modelo económico
cubano. ¿A qué se debe este cambio? ¿En qué consiste exactamente?
RAQ: Nosotros,
cubanos, nos hemos dado cuenta de que debíamos introducir importantes cambios
en el proyecto económico y social de nuestro país, con el fin de salvar el
socialismo, mejorarlo, perfeccionarlo. Tomamos en cuenta factores objetivos de
la realidad. El socialismo cubano durante un largo periodo estuvo muy vinculado
al socialismo basado en la Unión Soviética. Desde luego, ya no puede ser así.
También resulta necesario tomar en cuenta factores globales presentes en la
escena internacional. Por otra parte, conviene rectificar algunos aspectos de
nuestro proyecto económico y social, que tenían sin duda un sentido en aquella
época en la que se aplicaron, pero ya no se justifican. Algunas políticas que
se tomaron en el pasado tenían una explicación coyuntural, pero ya no es el
caso.
¿Qué buscamos exactamente? Tratamos alcanzar una mejor eficiencia económica, un
uso más racional y eficaz de nuestros recursos naturales, materiales,
económicos y financieros, los cuales son limitados. Debemos tomar en cuenta los
principales factores externos relativos a Cuba, que son las sanciones
económicas que nos impone Estados Unidos, y que no han dejado de intensificarse
en los últimos años. Conviene también tomar en cuenta las realidades positivas,
tales como los cambios importantes ocurridos en América Latina y el Caribe.
Tras un análisis de los problemas de la sociedad cubana, una reflexión
colectiva al respecto, llegamos a la conclusión de que había que introducir
cambios para hacer frente a estas realidades objetivas y también porque estamos
convencidos de que hay una mejor manera de proceder para construir una sociedad
más justa.
SL: Cuba decidió
reducir el papel del Estado.
RAQ: Efectivamente
hemos decidido reducir el papel del Estado en nuestra sociedad. No hemos
renunciado a la idea que la sociedad tiene una responsabilidad hacia sus
ciudadanos. Seguimos convencidos de que el acceso a la salud, a la educación, a
la cultura, a la seguridad social, a la asistencia social, a la jubilación, a
las bajas de todo tipo, al bienestar son derechos humanos fundamentales. Estos
sectores representan la mayor parte del presupuesto nacional y nos obligan a
mantener cada año un déficit presupuestario de cierta importancia que tratamos
de controlar y reducir, como la mayoría de los países del mundo. No obstante,
en nuestro caso, ello no se hace en detrimento del papel fundamental del
Estado.
SL: ¿Es decir?
RAQ: El Estado no
renuncia a su papel y no pone en tela de juicio las conquistas sociales. Para
mantener un acceso a la salud universal y gratuita, a la educación universal y
gratuita y garantizar a todos las prestaciones sociales, el derecho a la
jubilación, a la asistencia social, resulta imprescindible alcanzar la mayor
eficiencia posible en la elaboración de los derechos sociales. Realizamos un
trabajo de fondo con el fin de ofrecer un servicio de excelente calidad a menor
costo, lo que no significa reducir el salario del maestro sino al contrario
eliminar los gastos inútiles, inherentes a la burocracia. Se trata aquí de la
perspectiva general para el resto de la economía.
SL: Uno de los
objetivos es entonces acabar con los obstáculos burocráticos, con una salida
del Estado de los sectores no estratégicos, tales como las peluquerías, por
ejemplo.
RAQ: Raúl Castro
ha evocado a menudo el caso de las peluquerías. ¿En qué momento afirmó Carlos
Marx que el
socialismo consistía en colectivizar las peluquerías? ¿En qué
momento dijo que esta actividad, así como muchas otras, tenía que ser
administrada y controlada por el Estado? La idea del socialismo siempre fue la
socialización de los medios fundamentales de producción. Resulta claro que la
acepción del término “fundamental” puede tener un espectro más o menos amplio.
En cuanto a nosotros, estamos convencidos de que es imposible renunciar a
ciertas cosas. No obstante, para el resto es indispensable reducir la
implicación del Estado en tareas y actividades que la gente puede realizar ella
misma, por su cuenta, de modo cooperativo. Ello permite al Estado reducir
sustancialmente los costos y garantizar lo que consideramos derechos humanos
fundamentales. Para ello, hay que liberar nuevas fuerzas productivas, permitir
las iniciativas personales tanto en la ciudad como en el campo, con el fin de
construir un socialismo a la cubana, que, en fin de cuentas, no consiste en
responder a un dogma establecido, en seguir un ejemplo o en copiar un modelo
preestablecido.
SL: Un socialismo
que por lo tanto sería genuinamente cubano.
RAQ: Lo que
actualmente caracteriza América Latina es que un cierto número de países, a su
modo, están construyendo su propio socialismo. Durante mucho tiempo, uno de los
errores fundamentales que cometió el movimiento socialista y revolucionario fue
creer que existía un modelo de socialismo. En realidad no hay que hablar de
socialismo sino de socialismos en plural. No hay un socialismo que sea similar
a otro. El socialismo es “creación heroica” decía Mariátegui. Si se trata de
creación, debe responder a realidades, motivaciones, culturas, situaciones,
contextos y objetivos que no son idénticos, sino diferentes.
SL: ¿Cómo se
decidió esta reforma del modelo económico?
RAQ: Nos
encontramos frente a una situación experimental, desarrollada según un método
muy cubano y –diría yo– muy socialista, es decir a través de un proceso
constante, amplio y auténtico de consulta popular. El Partido propuso un
proyecto de reforma del sistema económico. Este proyecto se debatió en todo el
país, no sólo entre los militantes, sino también con todos los ciudadanos que
quisieron participar en esas discusiones. El proyecto se modificó profundamente
tras estos debates. Unos artículos se modificaron, algunos se propusieron,
otros se eliminaron. El documento inicial se modificó en más de un 70% tras los
debates ciudadanos y se propuso luego al Congreso del Partido. Se crearon
varias comisiones con el fin de trabajar y reflexionar sobre el documento final
y analizar las nuevas propuestas que surgieron después del gran debate
nacional. Finalmente, se presentó un nuevo documento con 311 propuestas de
cambio al Parlamento, el cual lo aprobó. Algunas medidas ya están en
aplicación, otras se están elaborando y otras se hallan en fase de debate no en
cuanto al contenido sino en cuanto al modo de realizarlas.
No creemos que haya muchos gobiernos en el mundo que se tomen el trabajo de
consultar a la población antes de lanzar una política de transformación del
sistema económico. No estamos convencidos de que los gobiernos que aplicaron
medidas de austeridad drásticas, que redujeron los presupuestos de la salud y
de la educación, que aumentaron la edad de la jubilación, por la crisis
sistémica neoliberal que toca a numerosas naciones, hayan pedido la opinión de
los ciudadanos sobre los cambios profundos que afectan ahora a su vida diaria.
De todo ello emergerá un socialismo nuevo, diferente del que tenemos
actualmente pero siempre será socialismo y será sin lugar a duda más auténtico.
SL: ¿Acaso no se
trataría de un regreso al capitalismo?
RAQ: No lo
creemos, aunque es verdad que habrá más presencia en la sociedad cubana de
mecanismos de mercado, de elementos que caracterizan la economía de mercado,
del capitalismo, si prefiere.
SL: Desde el mes
de noviembre de 2011, los cubanos pueden comprar y vender su vivienda o su
coche. ¿Por qué algo que constituye la norma en el resto del mundo estaba
prohibido, o por lo menos fuertemente controlado en Cuba?
RAQ: Permítame
darle una explicación histórica. En los años 60, cuando se tomaron estas
medidas, el objetivo era impedir la restauración capitalista con la acumulación
de bienes. Tomemos el ejemplo de la Revolución que había hecho una reforma
agraria, pero poco tiempo después volvió a surgir el latifundio. La Revolución
Cubana no quería cometer el mismo error. Si el campesino que posee un pedazo de
tierra gracias a la reforma agraria decidía vendérselo al latifundista más
rico, dañaba los fundamentos de la reforma agraria, pues contribuía a una nueva
acumulación de bienes y al resurgimiento del latifundio.
En cuanto a la vivienda, la reforma urbana había permitido que todos los
cubanos tuvieran una vivienda limitando la concentración de propiedad. Usted
puede pasear por La Habana y no encontrará absolutamente a nadie que viva en la
calle o debajo de un puente, como es el caso en numerosas capitales
occidentales. Puede existir un problema de saturación, con varias generaciones
que viven bajo el mismo techo, pero nadie queda desamparado. No queríamos
encontrarnos de nuevo con acaparadores de propiedades y por eso se impusieron
restricciones, aunque no una prohibición total.
SL: ¿Y en cuanto a
los coches?
RAQ: En cuanto a
los coches, la cuestión es más compleja pues se trata de un producto de importación
del cual depende la nación. Históricamente Cuba jamás tuvo una industria
automovilística. Cuba produjo algunos medios de transporte colectivo, pero el
automóvil jamás se produjo en Cuba. Existe también otro elemento fundamental
que es el combustible, que siempre constituyó el talón de Aquiles de la
economía cubana. Había que establecer entonces controles y algunas
restricciones.
Conviene recordar que algunas de esas medidas de control son anteriores a la
idea del socialismo cubano. Me refiero a menudo a un documento sumamente
interesante que data de febrero de 1959, cuando se estableció en Cuba un
control sobre las divisas y las importaciones. Así, hasta febrero de 1959, la
burguesía cubana estaba acostumbrada a ir al banco para comprar dólares e importar
un coche, perfume o artículos de lujo. Cuando triunfó la Revolución, una parte
de la elite vinculada al antiguo régimen tomó el camino del exilio y entre esas
personas se encontraba el presidente del Banco Nacional de Cuba.
El gobierno provisional que dirigía Manuel Urrutia nombró entonces al doctor
Felipe Pazos a la cabeza de esa institución. Pazos había sido el fundador y
primer presidente de esa entidad financiera nacional que nació en 1950 bajo el
gobierno de Carlos Prío Socarrás. Pazos era un economista de prestigio,
independiente y no era de izquierda.
Había dirigido el Banco de 1950 a marzo de
1952, fecha que marcó el golpe de Estado de Fulgencio Batista. Cuando tomó su
cargo, redactó un informe que entregó al presidente Urrutia –Fidel Castro sólo
era jefe de las Fuerzas Armadas en aquella época– en el cual describía el
estado de las finanzas cubanas y revelaba el saqueo de las reservas que
hicieron los dirigentes del antiguo régimen antes de huir.
Pazos –no el Che Guevara, Raúl Castro u otro radical del Movimiento 26 de
Julio– que era el representante emblemático de las clases pudientes, muy
respetado por la burguesía de la época, decidió entonces establecer un control
de cambios, suspender la venta de dólares e imponer un control estricto sobre las
importaciones. Como presidente del Banco Nacional, había informado a Urrutia de
que resultaba imperativo tomar esas medidas por el desastre financiero en el
cual se encontraba la nación. La situación económica de Cuba era dramática y
conviene reconocer que los elementos de tensión que existían en la economía
cubana todavía no han desaparecido.
Así, a partir de los años 60, hubo una fuerte restricción sobre la importación
de productos –incluso los coches– y ello ha persistido hasta hoy por razones
económicas. Esa decisión –repito– la tomó un economista de prestigio, Felipe
Pazo, que no era un radical o un comunista, sino más bien un conservador.
Existían dos tipos de situaciones. Los que ya poseían un coche antes del
triunfo de la Revolución podían usarlo como les diera la gana, venderlo, etc.
Después, dado que el Estado tenía el monopolio sobre las importaciones, el
automóvil se vendía a los funcionarios a un precio subvencionado –a menudo
apenas al 10% de su valor real– o a los elementos que se habían destacado por
sus méritos. La contrapartida era que no podían venderlo, por evidentes razones
“antiespeculación”. Así se limitaba la propiedad personal del automóvil y se
destinaba a una función social. Si se legalizaba la venta de coches, la
posesión de ellos no sería de los que tenían un uso social o los que lo habían
conseguido por sus méritos, sino de los que disponían de los ingresos más
importantes. Eso se justificaba así en aquella época. Había que impedir el
desarrollo de la especulación sobre los coches puesto que el país, desde luego,
no disponía de recursos suficientes para importarlos en masa ni para
proporcionar el combustible necesario para su funcionamiento. Ahí también el
Estado impuso algunas restricciones.
SL: ¿Cuál es la
nueva situación?
RAQ: Ahora, vemos
eso con una perspectiva diferente. Si uno es propietario de su vivienda –que es
el caso del 85% de los cubanos– es posible venderla. ¿Por qué? Tomemos el caso
de una familia que crece o que desea conseguir un bien más grande y el caso de
otra familia que se reduce pues los hijos han crecido y se han casado, y que
necesita una vivienda más modesta. Ahora les será posible proceder a un
intercambio o a una venta. También es posible donarla, prestarla, arrendarla,
etc. Antes sólo era posible el intercambio, así como alquilar una habitación.
En realidad, se trata ahora de facilitar este tipo de transacciones y eliminar
todos los obstáculos burocráticos.
SL: ¿Cuáles eran
los obstáculos?
RAQ: Antes hacía
falta una decisión administrativa del Instituto Nacional de la Vivienda. Para
ello, era necesario un acuerdo de la Oficina Municipal de la Vivienda, luego
había que conseguir una autorización a nivel provincial y por fin a nivel
nacional. La burocracia era enorme y dado que se trataba de decisiones administrativas,
eran fuentes de corrupción y de soborno.
Ahora, desde el 1 de diciembre de 2011, si dos personas desean intercambiar su
vivienda sólo necesitan ir ante el notario con los títulos de propiedad. Se
eliminaron todos los trámites burocráticos inútiles. Siempre hubo notarios en
Cuba pero antes actuaban al final tras la obtención de las autorizaciones
administrativas por parte del vendedor y del comprador.
¿Qué pasa en caso
de litigio?
RAQ: En caso de
litigio, si una persona reivindica por ejemplo algunos derechos sobre una
transacción que se hizo, sea una venta o una permuta, los tribunales decidirán
y tendrán la última palabra. Los burócratas no tendrán voz ni voto. Usted se da
cuenta de que en un solo sector, logramos reducir de modo drástico la función
administrativa y burocrática eliminando los trámites inútiles. Estas reformas
permitirán resolver algunos problemas relativos a la vivienda facilitando las
transacciones de venta y permuta.
En cuanto a los coches, será más simple porque existe un registro de vehículos
desde hace mucho tiempo. Se trata de desburocratizar nuestra sociedad. La gran
limitación reside en el hecho de que los particulares no pueden importar
vehículos y –perdóneme la repetición– esa decisión la tomó hace cincuenta años
Felipe Pazos y no Fidel Castro, antes de que Estados Unidos decretara un
embargo comercial contra nuestra nación, antes de la Ley Torricelli de 1992,
antes de la Ley Helms-Burton de 1996 y de los dos informes de la Comisión de
Asistencia para una Cuba Libre de 2004 y 2006, que agravan las sanciones
económicas. Como usted se puede imaginar, estas sanciones han agravado nuestra
economía nacional y nos han llevado a imponer un control estricto sobre las
importaciones personales.
Del mismo modo, un candidato a la emigración podrá vender ahora su vivienda,
antes de abandonar el país o donarla a su familia hasta el cuarto grado de
consanguinidad. Antes, el Estado tomaba posesión de la vivienda abandonada y se
la entregaba a otra familia. En adelante ya no será el caso.
La cuestión
migratoria
SL: Hablemos
justamente de la cuestión migratoria. ¿Por qué existen todavía en Cuba
restricciones sobre la emigración? ¿Por qué a un cubano que abandona el país
durante más de once meses se le considera como un emigrante definitivo que
pierde la mayor parte de los derechos reservados a los residentes permanentes?
RAQ: Uno de los
temas que estamos debatiendo actualmente al más alto nivel del Estado concierne
la cuestión migratoria. Vamos a proceder a una reforma migratoria radical y profunda
en los próximos meses con el fin de eliminar este tipo de restricción.
Resulta necesario recordar como preámbulo de esta problemática que la cuestión
migratoria ha sido uno de los temas más manipulados por la política de Estados
Unidos. Siempre se ha usado como un arma de desestabilización contra Cuba desde
1959 y como un elemento de distorsión de la realidad cubana. Le recuerdo que la
ley de Ajuste Cubano que el Congreso de Estados Unidos aprobó en 1966 aún está
vigente. Estipula que todo cubano que abandona legal o ilegalmente el país,
pacífica o violentamente, consigue automáticamente al cabo de un año el estatus
de residente permanente. Usted admitirá que se trata aquí de un formidable
factor de incitación a la emigración legal pero sobre todo ilegal. Pues al
mismo tiempo Estados Unidos limita a 30.000 el número de cubanos que pueden
emigrar cada año. La lógica quisiera que la representación diplomática de
Estados Unidos en La Habana otorgara una visa a todo candidato a la emigración
en virtud de la ley de Ajuste Cubano. Ahora bien no es el caso.
SL: ¿Con qué
objetivo, según usted?
RAQ: Con el
objetivo de favorecer la emigración ilegal e instrumentalizar este fenómeno
montando una campaña mediática sobre los pobres cubanos que tratan de abandonar
el país a todo precio. El único país del mundo que se beneficia de una ley de
Ajuste por parte de Estados Unidos es Cuba. Por eso no hay ningún cubano en
situación ilegal en el territorio americano pues automáticamente a todos se les
regulariza. De un lado Estados Unidos vota leyes que criminaliza a todos los
inmigrantes de todos los países del mundo y del otro acogen a los cubanos con
los brazos abiertos.
SL: ¿Cuáles son
las demás razones que explican el control migratorio?
RAQ: Conviene
recordar también que nuestro país ha sido víctima de una larga campaña de
terrorismo desde 1959 hasta 1997, organizada por Estados Unidos. Una parte de
la emigración cubana es responsable de miles de atentados terroristas contra
nuestra nación, los cuales costaron la vida a 3.478 personas, a las cuales hay
que agregar otras 2.099 víctimas con lesiones permanentes. El terrorista y
antiguo agente de la CIA Luis Posada Carriles, autor de más de un centenar de
asesinatos de los cuales no deja de vanagloriarse públicamente, todavía está
protegido en Estados Unidos que se niega a juzgarlo o a extraditarlo. Vive
tranquilamente en Miami. Es una realidad que los medios occidentales, no
obstante tan prolijos cuando se trata de Cuba, prefiere ignorar.
SL: Pero las cosas
son diferentes en la actualidad.
RAQ:
Efectivamente, las cosas han cambiado mucho. Ahora, la comunidad cubana en el
exterior constituye el segundo grupo de personas en orden de importancia que
viaja a Cuba anualmente. Cerca de medio millón de cubanos instalados fuera de nuestras
fronteras nos visitan cada año. La inmensa mayoría de la emigración cubana
tiene una relación normal con su patria de origen.
Hace cincuenta años no era el caso. La mayoría se componía de exilados y entre
ellos se encontraban los que habían saqueado el Tesoro Público. Entre ellos
también se encontraban los invasores de Playa Girón (Bahía de Cochinos), los
que entraban clandestinamente, ponían bombas y asesinaban a los jóvenes
profesores de la campaña de alfabetización. Como usted puede imaginarlo, las
cosas eran distintas.
Desde entonces, otros cubanos emigraron a Estados Unidos y no presentan el
mismo perfil que el exilio histórico. Se trata ahora de una emigración
económica cuyo interés fundamental es mantener un vínculo pacífico con su país
de origen. Tienen familia, amigos y desean ante todo estabilidad.
Esta nueva realidad nos lleva a una reforma sustancial de nuestra política
migratoria. Se deben cambiar algunas reglas y eliminar otras.
Existe también otra explicación a esas restricciones: la necesidad de proteger
nuestro capital humano. La formación de médicos, técnicos, profesores, etc.,
cuesta muy caro al Estado cubano y Estados Unidos lo hace todo para privarnos
de estas riquezas humanas. En 1959, el 50% de los médicos cubanos –3.000– se exiliaron
a Estado Unidos donde se les ofrecían mejores condiciones de vida. Existe desde
2006 una política que adoptó la administración Bush titulada The Cuban Medical
Program, destinada a privar a la nación cubana de sus
médicos incitándoles a emigrar a Estados Unidos. Este programa todavía está
vigente incluso bajo la administración Obama. Tenemos el deber de proteger
nuestro capital humano.
Las relaciones con
Estados Unidos
SL: Abordemos
ahora la relación con Estados Unidos. ¿Cuáles son, desde un punto de vista
cubano, las diferencias entre la administración Obama y la precedente
administración Bush?
RAQ: La diferencia
más notable concierne el estilo, el lenguaje. Obama es un hombre más
sofisticado, más culto que Bush. No es un gran elogio de parte mía ya que se
puede decir lo mismo de casi todo el mundo. No resulta muy difícil ser más
inteligente que George W. Bush. Si concedemos un cambio formal con respecto a
la precedente administración, no es el caso en cuanto a la sustancia. Recuerdo
siempre esta famosa canción Killing
me softly with your words. Pues
el objetivo de destruir la Revolución Cubano, de subvertir el orden
establecido, de dominar a Cuba como en el pasado, sigue siendo el mismo, con
palabras menos agresivas no obstante, con un enfoque más suave.
SL: Más allá del
estilo, hubo algunos cambios ¿no?
RAQ: La
administración Obama se distinguió fundamentalmente en un aspecto que concierne
a la comunidad cubanoamericana. Durante su campaña presidencial, Barack Obama
viajó a Miami y prometió eliminar las restricciones drásticas que había
impuesto la administración Bush sobre los viajes de los cubanos que vivían en
Estados Unidos. Entre 2004 y 2009, los cubanos de Estados Unidos sólo podían
viajar a la isla 14 días cada tres años, en el mejor de los casos. Para ello
debían tener un miembro de su familia en la isla con primer grado de
consanguinidad, es decir, abuelos, padres, hermanos, cónyuges e hijos. El
cubano que sólo tenía una tía en la isla, por ejemplo, no estaba autorizado a
viajar, ni siquiera una vez cada tres años. Las transferencias de dinero
también se restringían a 1.200 dólares al año. Obama cumplió su promesa y
eliminó esas restricciones. Eso representa algo importante para los cubanos del
exterior y para los cubanos de la isla pues se preservan los vínculos
familiares.
SL: Entonces sobre
este punto Obama se distinguió de su predecesor.
RAQ:
Efectivamente. Hasta Obama, la costumbre de los candidatos a la presidencia,
cuando viajaban a Miami, era prometer acciones más duras, más enérgicas contra
el “régimen castrista”, para satisfacer los intereses de los grandes potentados
que controlan la industria del anticastrismo. Al contrario, Obama, consiguió el
apoyo de la emigración cubana y tuvo la buena inspiración de insistir en lo que
más interesaba a la inmensa mayoría de los cubanos de la Florida: la
posibilidad de viajar libremente a Cuba. Obama acertó pues ganó la investidura
demócrata, ganó la mayoría en Miami y en la Florida y salió victorioso de la
elección presidencial.
SL: ¿Acaso la
victoria de Obama en la Florida, bastión tradicional de la derecha republicana,
no marcaría un cambio notable a nivel de la composición de la comunidad cubana?
RAQ: Es
efectivamente el caso pues la nueva comunidad que representa a la inmensa
mayoría de los cubanos de la Florida tiene una actitud diferente de la de la
antigua generación nostálgica del antiguo régimen, del exilio duro como se le
denomina. Esta franja extremista dispone de la ciudadanía americana y participa
en la vida política del país votando, mientras que la nueva generación de
emigrados, para una gran parte de ella, no dispone de la ciudadanía americana y
no desempeña un papel activo en la vida política de la nación. A pesar de ello,
la posición de Obama fue mayoritaria entre los cubanos con la posibilidad de
voto. Por otra parte, los cubanos que no votan también tienen una influencia.
Pueden ejercer una presión. En una palabra, deben ser tomados en cuenta. Obama,
una vez electo puso término a las restricciones.
¿Qué balance hace
usted del primer mandato de Obama respecto a Cuba?
RAQ: Creo que se
trata de un balance que comparte una mayoría de los ciudadanos estadounidenses.
El término más justo para caracterizar este sentimiento general sería
“frustración”, pues no se ha ubicado a la altura de las expectativas que ha
suscitado su retórica de cambio. Le concedemos no obstante, repito, un enfoque
estilístico diferente, más elegante.
En cambio debo decirle que la administración Obama ha sido mucho más
consistente en la imposición de multas y sanciones a las empresas extranjeras
que violan el marco de las sanciones contra Cuba y que realizan transacciones
comerciales con nosotros.
SL: Entonces las
sanciones se aplican también a las empresas extranjeras.
RAQ: Conviene
recordar que las sanciones económicas disponen de un carácter extraterritorial,
es decir que se aplican también a las demás naciones, y ello en violación del
Derecho Internacional que prohíbe todo tipo de aplicación extraterritorial de
las leyes. Por ejemplo, la ley francesa no se aplica en España, pues la ley
francesa respeta el Derecho Internacional. No obstante, la ley estadounidense
sobre las sanciones contra Cuba se aplica en todo el mundo.
Varios bancos fueron sancionados con multas de varios millones de dólares, más
de 100 millones de dólares para uno de ellos, por realizar transacciones
comerciales en dólares y abrir cuentas a empresas cubanas en dólares.
SL: Entonces, por
un lado se aliviaron algunas restricciones y por el otro las sanciones contra
los violadores de las reglas del embargo se aplican de modo más sistemático.
RAQ: Correcto.
Conviene precisar que las relaciones bilaterales bajo Obama no han alcanzado el
nivel que existía bajo la administración Carter. Se acercan a lo que existía
bajo Clinton.
SL: ¿Cómo era la
situación bajo Carter?
RAQ: Carter había
puesto fin a las restricciones existentes y había iniciado un proceso de
normalización de las relaciones. Se abrieron representaciones diplomáticas,
secciones de intereses, en La Habana y en Washington. No sólo los cubanos podían
viajar sin restricciones, sino también los americanos. Fue el único periodo en
que los turistas americanos podían viajar libremente. Hoy día pueden viajar por
todo el mundo, a China, a Vietnam, a Corea del Norte, pero no a Cuba.
Obama ni siquiera ha restablecido este nivel de relaciones mientras que
numerosos sectores en Estados Unidos lo exigen, sea el mundo de los negocios,
la opinión pública, más de cien miembros del Congreso, etc.
SL: ¿Está
dispuesta Cuba a normalizar las relaciones con Estados Unidos?
RAQ: Desde luego.
La verdadera cuestión consiste en definir lo que entendemos por normalización
de las relaciones. Si nos referimos a la legalidad internacional, Cuba está
totalmente dispuesta a normalizar sus relaciones, con tal que Estados Unidos
nos reconozca y nos trate sobre una base de igualdad, desde un punto de vista
jurídico, como es el caso con todos los demás países del mundo. Le recuerdo que
la igualdad soberana entre los Estados es la norma desde el Congreso de
Westfalia en 1648. Se trata entonces del respeto de la soberanía y de la
independencia. Sobre estas bases, Cuba aspira por supuesto a la normalización
de las relaciones con Estados Unidos, lo que es uno de los objetivos históricos
de la nación cubana.
Para ello hace falta que Estados Unidos acepte una realidad concreta. Cuba es
una entidad separada, independiente y libre que no le pertenece. Le señalo que
en el continente americano el único país que no tiene relaciones con nosotros
es Estados Unidos.
SL: Según la
administración Obama, las relaciones con Cuba no son posibles por la falta de
democracia y las violaciones de los derechos humanos.
RAQ: Forma
efectivamente parte de la retórica hipócrita del gobierno de Estados Unidos. Si
Estados Unidos aplicara estos criterios de modo universal, no tendría
relaciones con unos cuantos países.
Sufriría también un grave problema psiquiátrico, pues no podría tener
relaciones consigo mismo. Tendría que romper las relaciones con la ciudad de
Nueva York donde la policía reprimió brutalmente las manifestaciones pacíficas.
También tendría que poner término a sus relaciones con las autoridades
californianas culpables de exacciones de una violencia inaudita contra
manifestantes, los indignados, como se les llama.
Es como si Cuba declarase que rompía sus relaciones con todos los países que no
brindaran un acceso universal y gratuito a la salud, a la educación, a la
cultura, al deporte, al ocio, etc. No exigimos de Estados Unidos que cambie su
sistema para normalizar nuestras relaciones. Desde luego querríamos que todos
los ciudadanos americanos tuvieran un acceso universal y gratuito a la salud, a
la educación, que las minorías no fueran víctimas de segregación racial y
social. Pero, de ningún modo, impondríamos eso como condición previa a la
normalización de las relaciones bilaterales, pues respetamos el principio de
soberanía. Estados Unidos no pertenece a Cuba, y por eso no tenemos por qué dar
nuestra opinión o imponer nuestro punto de vista. Cuba no puede dictar normas
de conducto a un Estado extranjero.
Entonces toda la retórica de Obama y de sus predecesores no es más que el
reflejo de una vieja tendencia histórica que se remonta a principios del siglo
XIX y a Tomás Jefferson, que consideraba a Cuba como un apéndice natural de la
Unión americana. Estados Unidos se sentía investido de una misión divina que le
permitía dictar su ley a otras naciones. Pero, como usted entenderá, no
aceptamos este principio y jamás lo aceptaremos.
El caso Alan Gross
SL: Abordemos
ahora el caso Alan Gross que constituye, según Estados Unidos, un obstáculo a
la apertura de un diálogo con Cuba. ¿Cómo se justifica la condena de Alan Gross
a quince años de cárcel, mientras que, según
Washington, sólo estaba en Cuba
para ayudar a la comunidad judía de La Habana a conseguir acceso a Internet?
RAQ: Desde luego
eso no es cierto. La comunidad judía cubana, que tiene todo nuestro respeto, se
pronunció sobre el tema y rechazó con firmeza todo vínculo con las actividades
de Gross. La comunidad judía no necesitaba los servicios de Gross pues tiene
acceso a las nuevas tecnologías sin problema ninguno. Por otra parte, las
relaciones entre la comunidad judía y el gobierno cubano son excelentes y por
consiguiente nunca se prestaría a las maniobras subversivas de Estados Unidos.
Dispone también de estrechos vínculos con las comunidades judías de todo el
mundo, y particularmente con las de Estados Unidos, quienes le proporcionan
todo lo que necesita y que viajan regularmente a Cuba. Todo ello se realiza con
la plena cooperación del gobierno cubano. Así, la afirmación de Washington
carece de fundamento.
SL: ¿De qué se le
acusó?
RAQ: El propio
Gross se quejó de ser víctima de la política estadounidense. Viajó a Cuba para
elaborar el programa de subversión interna creado por Estados Unidos que
consiste en distribuir material altamente sofisticado, como teléfonos
celulares, a algunos grupos vinculados al gobierno de Estados Unidos, cuyo fin
–que Washington reconoce públicamente– es el cambio de régimen. Su presencia
tenía una finalidad subversiva, lo que constituye un grave delito en Cuba, pero
también en Estados Unidos o en Francia.
SL: ¿Fue juzgado
por esos hechos?
RAQ: Fue sometido
a un juicio en el cual se benefició de todas las garantías posibles. Él mismo
reconoció haberse beneficiado de un juicio justo. Su abogado americano también
reconoció que el juicio se desarrolló en buenas condiciones. Sus condiciones de
detención le permiten entrar en contacto con la diplomacia americana en Cuba
cada vez que lo desea. Cada vez que su mujer solicita una visa para verlo, se
la concedemos. También Gross se ha entrevistado regularmente con las
personalidades americanas que visitan Cuba, incluso los dirigentes religiosos.
La última vez fue el rabino de su comunidad David Shneyer, quien describió las
condiciones de su visita. No lo encontró en una prisión de alta seguridad, como
afirman los medios de Estados Unidos, sino en un hospital militar, debido a sus
problemas de salud. Se le trata con humanidad, con un respeto total a su
integridad, en virtud de las leyes cubanas.
El caso de los
“Cinco”
SL: Evoquemos
ahora el caso de los Cinco. Cuatro de ellos siguen detenidos y el último se
encuentra en libertad condicional. Están en prisión desde 1998 por
“conspiración con el fin de cometer actos de espionaje” y recibieron severas
condenas, desde 15 años a cadena perpetua. ¿Cuáles son las perspectivas
futuras?
RAQ: En el caso de
René González, que se encuentra en libertad condicional, su abogado intentará
persuadir a la jueza de que lo deje cumplir su sanción de tres años en Cuba.
Del mismo modo, tratamos de conseguir una autorización de visita par su esposa
que no ha podido verlo en más de una década, pues Washington le negó
sistemáticamente todas las solicitudes de visa.
Creo que cada uno puede evaluar la diferencia de trato entre Cuba y Estados
Unidos en cuanto a las visitas familiares de los presos. Cuba aceptó
sistemáticamente todas las solicitudes de visa de la esposa de Gross.
Washington negó sistemáticamente todas las solicitudes de visa de Olga
Salanueva, esposa de René González, y de Adriana Pérez, esposa de Gerardo
Hernández.
Del mismo modo, René González hará una solicitud de visita a Cuba para ver a su
familia, pues la libertad condicional, según la ley, permite esa posibilidad.
También le es posible cumplir su pena fuera del territorio de Estados Unidos.
Para los otros cuatro presos, los procesos de hábeas corpus siguen vigentes.
Los tres trámites administrativos –una moción de la defensa, una respuesta de
la fiscalía y una réplica de la defensa– casi se han terminado para Antonio
Guerrero y Gerardo Hernández. En cuanto a Ramón Labañino y Fernando González,
estamos esperando la respuesta de la fiscalía, es decir del gobierno de Estados
Unidos. A principios de 2012, la defensa se expresará de nuevo y responderá al
gobierno
SL: ¿Por qué los
casos se estudian de modo separado?
RAQ: En realidad,
este procedimiento extraordinario de hábeas corpus sólo es posible si el juicio
llega a su término, lo que es el caso para Gerardo Hernández y René González,
tras el rechazo de la Corte Suprema a estudiar el asunto. En cuanto a Antonio,
Ramón y Fernando, el juicio se acabó cuando el tribunal fijó nuevas sentencias
tras el proceso en apelación. Esas decisiones ocurrieron en dos momentos
diferentes, y por eso se estudian los casos de modo separado.
SL: Sin embargo la
solución parece más política que jurídica.
RAQ: Es
efectivamente el caso, de ahí la necesidad de convencer al presidente Obama de
liberarlos. Se trata, a mi parecer, de una obligación moral de su parte, que
puede realizar con una simple decisión ejecutiva que le permite la Constitución
de Estados Unidos. Esta decisión la puede tomar en cualquier momento, poco
importa el desarrollo del juicio.
SL: ¿Por qué
tendría que tomar Obama semejante decisión?
RAQ: Simplemente
porque son personas inocentes. Le recuerdo que su presencia en Estados Unidos
tenía como objetivo impedir la realización de atentados terroristas contra
Cuba, infiltrando no entidades gubernamentales –lo que hubiera podido
justificar el cargo de espionaje– sino grupúsculos violentos de la extrema
derecha del exilio cubano implicado en actos de terrorismo contra Cuba. Su
misión era necesaria en la medida en que esos grupos siempre actuaron con total
impunidad. Le recuerdo que Luis Posada Carriles, antiguo agente de la CIA,
autor intelectual de más de un centenar de asesinatos –no lo afirmo yo sino él
mismo en una entrevista el New
York Times el
12 de julio de 1998; es también lo que afirman dos informes de la CIA y del FBI
desclasificados en 2004 y 2005– se encuentra todavía en libertad y jamás fue
juzgado por sus crímenes.
Le recuerdo también que en 1998 invitamos a dos importantes directores del FBI
para entregarles un voluminoso informe, recopilado por nuestros agentes, sobre
las actividades terroristas de grupos de Miami. Nos prometieron neutralizarlos,
y cuando llegaron a Miami en vez de cumplir con su deber, arrestaron a los
Cinco.
Esta realidad del terrorismo contra Cuba vuelve a salir a plena luz con la
salida de René González.
SL: Explíquese.
RAQ: La fiscalía
rechazó categóricamente que René González cumpliera su pena de libertad
supervisada en Cuba. La jueza aceptó la petición de la fiscalía y declaró que,
de momento, tenía que cumplir su pena en Estados Unidos. En la declaración
escrita, la jueza mencionó de nuevo, tres veces, la “condición especial
adicional”, que le había impuesto durante du condena en 2001, y que debe
respetar.
SL: ¿En qué
consiste esta “condición especial adicional”?
RAQ: Esta
“condición especial adicional a la libertad supervisada” estipula que “al
acusado se le prohíbe asociarse o visitar lugares específicos donde se conoce
que están, o frecuentan, individuos o grupos tales como terroristas, miembros
de organizaciones que promueven la violencia y figuras del crimen organizado”.
Se trata de una cita textual que se puede encontrar en la Transcripción de la
Audiencia para las Sentencias ante la Honorable Joan A. Lenard, 12 de diciembre
de 2001, páginas 45-46.
Se trata aquí de un reconocimiento explícito de que las autoridades de Estados
Unidos han identificado a grupos o individuos a quienes consideran terroristas,
miembros de organización que promueven la violencia o figuras del crimen
organizado. Saben quiénes son y dónde se encuentran, pero no hacen nada para
neutralizarlos. Al mismo tiempo prohíben que un ciudadano americano, René
González –pues nació en Estados Unidos– los visite o intente actuar contra esos
grupos.
SL: Eso es
bastante sorprendente. Es una declaración asombrosa.
RAQ: Encontrará
esta declaración en la transcripción del juicio y en la declaración reciente de
la fiscalía y de la jueza, cuando René González solicitó la autorización para
cumplir su condena en Cuba. El objetivo de esta condición es evidentemente
proteger a esas tres categorías de individuos. Si tiene una mejor explicación,
me la da por favor.
Ello supone que las autoridades, que saben donde se encuentran estos
individuos, vigilan constantemente a René González para asegurarse de que no
viola su libertad supervisada. Si por desgracia René González se acercase a esos
lugares para frustrar sus planes, regresaría inmediatamente a la cárcel.
SL: Esta situación
parece bastante surrealista
RAQ: Sin embargo
es la realidad, aunque es por lo menos insólita. Encontrará, repito, esta
declaración a lo largo del juicio. La fiscalía insistió ampliamente en ello. La
jueza dictó las sentencias, en el memorándum de sentencias, en que el gobierno
propone las penas –es inútil recordarle que el gobierno pidió las penas máximas
por cada cargo-. La fiscalía incluso cometió graves errores, de ahí la decisión
de la Corte de Apelación de Atlanta de dictar nuevas sentencias para Antonio
Guerrero, Ramón Labañino y Fernando González. Esa misma fiscalía, en ese mismo
memorándum de sentencias, ante el Tribunal, oralmente, insistió en el hecho de
que para el gobierno de Estados Unidos eran tan importante aplicar las penas
máximas como garantizar la incapacidad del acusado a retomar las actividades
por las cuales fue condenando –es decir infiltrar a grupos terroristas pero de
modo pacífico, sin armas ni violencia para luego informar a Cuba–, de ahí la
necesidad de imponer esa “condición especial adicional”. Esa “condición
especial adicional” se impuso a los Cinco, incluso a Gerardo Hernández que fue
condenado a dos cadenas perpetuas más quince años. Cado uno de ellos, cuando
cumpla su sentencia –para Gerardo será durante su tercera vida– tendrá que
mantenerse alejado de esos grupos terroristas y le tocará al gobierno
asegurarse de que sea así para que no retomen las actividades que los llevaron
a la cárcel.
Para Gerardo, Ramón y Fernando, la fiscalía subrayó que será el caso pues se
prevé que sean expulsados del territorio americano. Todo esto está escrito en
el memorándum de sentencias. René y Antonio –ambos ciudadanos americanos– no
pueden ser expulsados y por eso se les impuso esa “condición especial
adicional”. René tendrá que respetarla incluso después de su libertad
supervisada, lo mismo que Antonio, si acaso se beneficiase de ella.
En otras palabras, las autoridades de Estados Unidos reconocen que en la ciudad
de Miami existen grupos terroristas, violentos y mafiosos. Saben quiénes son y
dónde están, pero les garantiza una total impunidad. Le prohíben así a un
ciudadano americano libre hacer cualquier cosa para neutralizarlos.
SL: ¿Según usted
qué demuestra eso?
RAQ: Eso demuestra
claramente la inocencia de los Cinco, pues lo que hacían en Estados Unidos no
era un delito. No es un delito impedir la realización de un acto de terrorismo.
Luchar contra la violencia, los delitos y el terrorismo no es un crimen en
ninguna parte. Lamentablemente, esta historia surrealista ha perdurado por la
dictadura mediática. Si este caso hubiese tenido la cobertura debida, habría
suscitado una indignación tan grande entre la opinión pública americana que la
posición del gobierno habría sido insostenible. ¿Qué diría la opinión pública
estadounidense si se enterara de que el gobierno protege a los terroristas y
encarcela a los que luchan contra la violencia?
Imagínese si mañana el gobierno decidiera arrestar a René González por
acercarse a un grupo terrorista. ¿Por qué el gobierno americano puede actuar
así? Simplemente porque la opinión pública no lo sabe por la complicidad
mediática en este asunto. Si se supiera, los Cinco estarían en Cuba desde hace
rato.
Fíjese, René salió de prisión en octubre de 2011 y se le impone esta condición
no para protegerlo sino para proteger a los grupúsculos terroristas. ¿No es un
colmo?
Repito, el presidente Obama tiene el deber de liberar a los Cinco, sin dilación
alguna. También es el interés de Estados Unidos. Este caso ilustra cada día el
carácter profundamente hipócrita de la política antiterrorista de Estados
Unidos, que de un lado pretende llevar una lucha global contra esta plaga y del
otro protege a criminales en su territorio encarcelando a los que intentan
desbaratar sus planes.
En este momento, el gobierno federal incluso dedica recursos para vigilar a
René González y protegerlos. René cumplió una pena de trece años de prisión por
tratar de impedir la realización de actos terroristas contra Cuba. Igual que
los demás. Se trata del primer caso de “espionaje” en la historia de Estados
Unidos en que no se violó ni un solo documento secreto. Por ello, la Corte de
Apelación de Atlanta reconoció que no se trataba de un caso de espionaje.
El petróleo
SL: Otro tema
ahora. Cuba dispone de importantes yacimientos petroleros que se explotarán
próximamente. ¿Piensa usted que el petróleo será el elemento clave que
contribuirá a la normalización de las relaciones con Estados Unidos?
RAQ: Tenemos en
efecto mucha esperanza de que las próximas prospecciones que se realizarán en
plena mar en la zona exclusiva de Cuba sean fructíferas. Todos los análisis lo
indican, incluso los estudios que realizaron especialistas de Estados Unidos.
Las reservas son relativamente importantes y contribuirán sustancialmente al
desarrollo económico de Cuba.
En cambio, creo que lo que nos llevará a la normalización de nuestras
relaciones, más que el petróleo, serán la historia y la geografía. Los
dirigentes de Washington deben aceptar de una vez que Cuba es una entidad
separada de Estados Unidos, que históricamente no les pertenece. Por
consiguiente, deben intentar establecer una relación normal basada en el
respeto de la soberanía y de la independencia.
Claro que el petróleo cambiará las cosas a medida que la extracción se amplíe.
El mundo de los negocios de Estados Unidos desea tener relaciones normales con
Cuba.
Los presos
políticos
SL: En 2010, tras
un diálogo con la Iglesia Católica y España, Cuba decidió liberar a todos los
presos denominados políticos. ¿Cómo se explicaba su presencia en la cárcel?
RAQ: Todas las
personas de las cuales me habla fueron declaradas culpables por nuestros
tribunales de asociación con una potencia extranjera, a saber Estados Unidos.
Aceptaron ser financiadas por Washington para promover un cambio de régimen en
Cuba. Es una grave violación del código penal cubano. Le recuerdo que los
códigos penales del mundo entero clasifican como delito este tipo de actuación.
Por ejemplo, está terminantemente prohibido en Francia ser financiado por una
potencia extranjera con el objetivo de atentar contra los intereses
fundamentales de la nación. Es exactamente lo mismo en Estados Unidos.
SL: Se trata aquí
del punto de vista cubano.
RAQ: Permítame
decirle que existe una manera relativamente fácil de confirmar nuestra versión.
Basta consultar los documentos oficiales de Estados Unidos, que son públicos y
están disponibles, en los cuales se reconoce que uno de los pilares
fundamentales de la política exterior de Washington hacia Cuba consiste en
financiar a una oposición interna. No sólo Estados Unidos no niega nuestra
versión, sino que la reivindican en informes y leyes oficiales. Observará usted
también que las personas a quienes califica de presos políticos nunca negaron
el hecho de que eran estipendiadas por Estados Unidos. Fueron condenadas a
penas establecidas en nuestro código penal por formar parte de un plan
destinado a subvertir el orden establecido, y no por delito de opinión.
SL: ¿Por qué
fueron liberados?
RAQ: La Iglesia
Católica y las autoridades españolas demostraron que se podía encontrar una
solución con las autoridades cubanas si las relaciones se basaban en el diálogo
respetuoso. Se trata aquí de un tema humanitario y demostramos que Cuba sabía
mostrarse magnánima y generosa, pues le recuerdo que la finalidad de Estados
Unidos es acabar con la independencia de Cuba. Si los proyectos subversivos que
elaboraron las personas a las que liberamos hubiesen funcionado, Cuba habría
dejado de ser una entidad soberana e independiente. Se cometieron graves
delitos y no hay que olvidarlo.
Recordemos que algunas de esas personas fueron liberadas en el pasado por
razones de salud, mucho antes del diálogo con el cardenal Jaime Ortega. Ese
diálogo fue positivo para beneficio de todos y debemos reconocer que la
cooperación del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero fue importante.
Las relaciones con
la Iglesia Católica y el Vaticano
SL: ¿A qué se debe
el acercamiento a las autoridades religiosas? ¿Cuál es el estado de las
relaciones con el Vaticano?
RAQ: Las
relaciones con la Iglesia Cubana son muy buenas. Los católicos forman parte de
la sociedad cubana. Disponen de un espacio que ocupan plenamente. Lo más
importante para Cuba es la unidad de la nación en toda su diversidad.
Al inicio de la Revolución hubo tensiones y desacuerdos con algunos sectores de
la Iglesia, particularmente los sectores extranjeros de la Iglesia, muy ligados
a la Falange Española y al régimen franquista de la época, quienes se opusieron
al proceso revolucionario. Conviene recordar que esos sectores implementaron la
Operación Pedro Pan y sacaron del país a 14.000 niños, separándolos
irremediablemente de sus padres.
Las cosas son diferentes ahora. La Iglesia Católica es cubana y patriótica. El
Cardenal Jaime Ortega pronunció un discurso pastoral exhortando a los creyentes
a que participaran en el debate sobre la actualización del modelo económico y
social y expresaran sus opiniones.
En cuanto a las relaciones con el Vaticano son cordiales, pues nunca hubo un
problema entre ambos Estados, Cuba y el Vaticano.
SL: ¿Qué
representa para Cuba la próxima visita del Papa Benedicto XVI en marzo de 2012?
RAQ: Le damos a
esta visita mucha importancia pues permitirá desarrollar más nuestras
relaciones con el Vaticano. Estamos convencidos de que esta visita, como la de
Su Santidad Juan Pablo II en enero de 1998, tendrá un impacto positivo en la
sociedad cubana y permitirá reforzar la unidad nacional.
En 2012, celebramos el 400 aniversario de la aparición de la Virgen en la Bahía
de Nipe. Es un evento muy importante. Hubo muchas procesiones religiosas a
través de la isla en 2011. Es un símbolo fundamental para el catolicismo
cubano, pero va más allá de este sector, poco importan las creencias religiosas
pues se trata también de un símbolo nacional. Forma parte de los valores
nacionales cubanos y contribuye a la cohesión del país. Muchos cubanos que no
son católicos rinden culto a la Virgen de la Caridad. Este aniversario es tan
importante que lo conmemoramos en eventos masivos en todo el territorio
nacional, con la Virgen, las autoridades eclesiásticas, el poder civil, el
Partido Comunista, los sindicatos, los creyentes, los ateos, aunque se ignore
esta realidad en el exterior.
Saludaremos entonces con mucho agradecimiento la visita de Su Santidad.
La Unión Europea
SL: Una palabra
sobre las relaciones con la Unión Europea. ¿Sigue siendo el levantamiento de la
Posición Común en vigor desde 1996 una condición necesaria para el
restablecimiento de relaciones diplomáticas normales?
RAQ: La Posición
Común sigue siendo el principal obstáculo a la plena normalización de las
relaciones bilaterales con Bruselas. No obstante hemos mantenido buenas
relaciones con varios países europeos que no han seguido las recomendaciones de
la Posición Común.
La Posición Común, que limita las relaciones políticas, diplomáticas y
culturales, simboliza el alineamiento de la política exterior europea sobre la
de Washington, con la retórica habitual de la democracia y los derechos
humanos. Bruselas aceptó la política de Estados Unidos hacia Cuba, y hay que
subrayar que se trata de una política antieuropea.
SL: ¿Cómo es eso?
RAQ: Volvamos al
origen de la Posición Común. En 1996, el Congreso de Estados Unidos adoptó la
ley Helms-Burton que aumenta las sanciones económicas contra Cuba. Ese voto
provocó una confrontación con la Unión Europea por el carácter extraterritorial
de la legislación. En una palabra, las empresas europeas que invertían en Cuba
se arriesgaban a ver sus haberes confiscados en Estados Unidos. La Unión
Europea llevó el caso a la Organización Mundial del Comercio. Se concluyó un
acuerdo entre Estados Unidos y la Unión Europea en un documento titulado
“memorándum de acuerdo”, si mal no recuerdo. Washington aceptaba suspender el Título
III de la Ley Helms-Burton que perjudicaba los intereses europeos, y a cambio
Bruselas se comprometía a alinear su política exterior con la de Estados Unidos
y a apoyar los objetivos estratégicos de Estados Unidos en Cuba, es decir un
cambio de régimen. Usted puede encontrar todo eso en el memorándum que
redactaron Stuart Eizenstat, entonces subsecretario de Estado, y su homólogo
europeo.
La Unión Europea respetó religiosamente su parte del contrato e impuso la
Posición Común en 1996, que calificamos de anacrónica, discriminatoria,
ilegítima y contradictoria. Esta Posición se ha mantenido a pesar del hecho de
que todas las administraciones americanas, Clinton, Bush y Obama, se han
burlado del acuerdo firmado y lo han violado repetidas veces.
SL: ¿De qué
modo?
RAQ: Ninguna
administración ha consentido a modificar la ley Helms-Burton, a pesar de la
suspensión del Título III. No hay ningún documento escrito al respecto, ni de
Clinton, ni de Bush, ni de Obama, que pida al Congreso que ajuste la ley al
acuerdo firmado con Bruselas, eliminando simplemente los aspectos
extraterritoriales, como la suspensión de visas a los inversionistas europeos
que tienen intereses en Cuba o la posibilidad de demandas legales en Estados
Unidos.
Desde 1996, Estados Unidos ha impuesto multas de varios millones de dólares a
bancos y empresas europeas, la más alta alcanzó la suma de 100 millones de
dólares a un banco suizo. Europa aceptó esas sanciones sin chistar. A pesar del
memorándum de acuerdo y su respeto escrupuloso por parte de la Unión Europea,
Washington ha sancionado regularmente a la Unión Europea sin que ésta proteste.
Hace quince años que Washington se burla singularmente de Bruselas.
Para que Cuba pueda tener una relación normal con la Unión Europea, es
indispensable que Bruselas reafirme su soberanía y se comporte como una entidad
independiente no subordinada a la política de Washington hacia La Habana.
Algunos Estados europeos, repito, fueron lo suficientemente sagaces como para
entender que esta situación era a la vez insostenible e inaceptable y
decidieron adoptar una política autónoma hacia Cuba.
La Posición Común, por lo que representa, constituye un obstáculo fundamental
al establecimiento de relaciones bilaterales sanas. Pensamos que es de interés
de la Unión Europea disponer de una política independiente hacia Cuba. Es
particularmente vergonzoso ver la manera en que Estados Unidos ha utilizado a
la Unión Europea y el modo en que se ha burlado de ella al no respetar el
acuerdo firmado.
América Latina
SL: Desde la elección
de Hugo Chávez en 1998, Venezuela se ha convertido en un socio estratégico de
Cuba. ¿Cómo vivió Cuba la grave enfermedad del Presidente Chávez, víctima de un
cáncer? ¿Cómo se encuentra de salud?
RAQ: Chávez logró
librarse de su grave enfermedad, según nuestras informaciones. El cáncer es una
enfermedad seria pero que se puede curar, con una atención adecuada.
Con Venezuela tenemos las mejores relaciones posibles en un contexto de una
América Latina nueva, emancipada. Tenemos excelentes relaciones con muchos
otros Estados latinoamericanos, como Brasil, o del mundo, como Rusia, China,
Argelia o Angola, entre otros. Como lo puede constatar, no nos encontramos
aislados.
Chávez sufrió una pequeña transformación física debido a la enfermedad. El
cáncer, como sabe usted, provoca la caída del cabello. Aumentó unas libras,
pero afortunadamente, el peligro ya pasó.
Lula, el ex presidente de Brasil, también tuvo un problema similar y está fuera
de peligro, y nos alegramos de ello.
El futuro de Cuba
SL: Última pregunta.
¿Cuál será el destino de Cuba después de Fidel Castro y de Raúl Castro?
RAQ: No soy muy
bueno para las predicciones. Nosotros pensamos que Fidel y Raúl Castro tienen
el mérito de dedicar su vida para asegurar que Cuba sea una nación
independiente, libre y socialista, más allá de la generación histórica que hizo
la Revolución, más allá de su propia existencia. Es verdad sin embargo que su
desaparición ocasionará un vacío enorme, lo que es natural por el papel que han
desempeñado en la historia.
En vez de especular sobre el futuro, ¿por qué no miramos al presente? Pensamos
que Cuba seguirá avanzado, desarrollándose, perfeccionando su sistema de
sociedad. Echemos un ojo al relevo. Las autoridades cubanas actuales, del nivel
central al nivel municipal, las instancias del gobierno, el Partido Comunista
Cubano –del Comité Central hasta los núcleos de base–, las organizaciones
sociales –desde la dirección hasta la militancia–, por todas partes, la inmensa
mayoría de los cuadros dirigentes y de los principales responsables son
personas que nacieron después del triunfo de la Revolución en 1959.
La sociedad cubana está lejos de que la dirija la generación del Moncada
(1953). Hace rato que los antiguos combatientes de la Revolución fueron
sustituidos por cuadros más jóvenes, por razones biológicas evidentes. El hecho
de que una parte de la generación histórica esté viva y activa no es un
problema, al contrario. Cuba tiene la suerte de poder contar con sus líderes
históricos. ¿Cómo sería el mundo si Lenin hubiera vivido más tiempo, si hubiera
podido alcanzar la edad de Fidel o de Raúl, si hubiera podido dirigir la Unión
Soviética en vez de Stalin y los que siguieron? ¿Habría sido negativo para la
Unión Soviética? Estoy convencido de lo contrario. Si esa generación hubiera
podido sobrevivir, el mundo sería diferente. Esa es precisamente la
característica de la Revolución Cubana, que ha podido contar con sus líderes
históricos durante varias décadas.
Fidel y Raúl Castro no han dirigido Cuba de modo vertical como podrían pensar
algunos. No se puede imaginar hasta qué punto han sido los promotores de la
ascensión de los jóvenes cuadros que ocupan actualmente puestos importantes en
el poder a todos los niveles. Un ejemplo concreto: el secretario del Partido de
la Provincia de La Habana, es decir la más importante del país, es una mujer
negra menor de cincuenta años. Es precisamente eso lo que explica la Cuba de
hoy. Le decía que las decisiones se tomaban de modo colegiado, y no se trata de
reuniones de viejos combatientes, al contrario. La mayoría de nuestros cuadros
dirigentes podrían ser los hijos o los nietos de la generación histórica por su
edad, es decir, entre 25 y 55 años. Son la garantía de que después de Fidel y
Raúl Castro y de la generación histórica, Cuba seguirá siendo una nación
independiente, libre y soberana, con un socialismo renovado. Estamos
convencidos que no habrá un regreso al pasado pues se trata de la tendencia
histórica del continente latinoamericano.
*Doctor en
Estudios Ibéricos y Latinoamericanos de la Universidad Paris Sorbonne-Paris IV,
Salim Lamrani es profesor encargado de cursos en la Universidad
Paris-Sorbonne-Paris IV y en la Universidad Paris-Est Marne-la-Vallée y
periodista, especialista de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Su último
libro se titula Etat
de siège. Les sanctions économiques des Etats-Unis contre Cuba,
París, Ediciones Estrella, 2011, con un prólogo de Wayne S. Smith y un prefacio
de Paul Estrade.
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