Monday, October 22, 2018
Sunday, October 21, 2018
Cubanos en Toronto celebran el Día de la Cultura Cubana
Danza para Oshún, interpretada por cubanos residentes en Toronto |
En horas de la tarde de ayer muchos cubanos en Toronto nos dimos cita en La Casa del Habano, en la Avenida Yorkville, en la zona más concurrida del centro de la ciudad para celebrar el Día de la Cultura Cubana.
La Asociación de Cubanos Residentes en Toronto "Juan Gualberto Gómez" preparó un variado programa donde primó la diversidad que integra nuestra identidad.
Esta fue una ocasión en que conmemoramos el 150 aniversario de la primera vez que fuera interpretado en público nuestro actual Himno Nacional; este hecho junto a la toma de Bayamo y su proclamación como capital de la República en Armas por el naciente Ejército Mambí, liderado por Carlos Manuel de Céspedes, dio lugar al nacimiento de nuestra identidad como nación, así nació nuestra cubanía.
Asistentes al evento |
Estuvo presente la Cónsul General de Cuba en Toronto, Tania López, así como otras cónsules de la misión diplomática cubana en esta ciudad. Además hubo una amplia representación de miembros de la asociación de cubanos y otros compatriotas y amigos que se nos unieron en la celebración.
En sus palabras la Cónsul General agradeció a los presentes su solidaridad y celebró que los cubanos, estén donde estén, mantengan y defiendan nuestra cubanía recordando tan importante fecha.
La segunda parte del evento contó con la participación de dos compañías de danza de cubanos en Toronto. Drey Dance Academy y Consuelo Dubois con AfroCuban Dance.
Thursday, October 18, 2018
Tuesday, October 16, 2018
Otra vez se estrella EEUU contra la roca, Cuba
Declaración del Ministerio de Relaciones de la República de Cuba
El Ministerio de Relaciones Exteriores de la República de
Cuba rechaza de la manera más enérgica la campaña difamatoria contra Cuba en
materia de derechos humanos, lanzada el 16 de octubre, por el gobierno de
los Estados Unidos en la sede de las Naciones Unidas.
Como ya se ha alertado, esta acción se inscribe en la
secuencia de declaraciones contra nuestro país realizadas durante las últimas
semanas por funcionarios de alto nivel del gobierno de los Estados Unidos, que muestran
una hostilidad creciente hacia Cuba y la Revolución Cubana.
Llama la atención que tenga lugar sólo dos semanas antes de
la votación por parte de la Asamblea General de la ONU del proyecto de
resolución titulado “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y
financiero impuesto por el gobierno de los Estados Unidos contra Cuba”.
Este tipo de acciones persigue como objetivo la fabricación
de pretextos para mantener e intensificar el bloqueo, que constituye una
violación masiva, flagrante y sistemática de los derechos humanos de las
cubanas y cubanos.
El gobierno de los Estados Unidos no tiene autoridad moral
alguna para criticar a Cuba.
En lugar de preocuparse por los supuestos “presos políticos”
que, según aducen, existirían en Cuba, deberían hacerlo por las violaciones de
los derechos humanos que se producen en su propio territorio. En nuestro país
no existen prisioneros políticos desde el propio triunfo de la Revolución en
1959.
No puede hablar de derechos humanos y democracia un país
cuyo sistema electoral es corrupto por naturaleza y tiene un gobierno de
millonarios, destinado a aplicar medidas salvajes contra las familias de menos
ingresos, los pobres, las minorías y los inmigrantes. Un país en el que, en las
campañas electorales y los procesos políticos, no hay límites éticos, se
promueve el odio, la división, el egoísmo, la calumnia, el racismo, la
xenofobia y la mentira. En el que el dinero y los intereses corporativos son
los que definen quién será electo.
En Estados Unidos, se niega el derecho al voto a centenares
de miles de estadounidenses por ser pobres. En nueve Estados, no pueden votar
quienes tengan facturas legales o multas judiciales por abonar. En Alabama, más
de 100.000 personas con deudas fueron eliminadas de las listas de votantes en
2017.
Los medios de información son coto de élites corporativas.
Un grupo extremadamente pequeño de corporaciones controla los contenidos que el
público consume, mientras se anula o convierte en marginal cualquier versión u
opinión discrepante.
Es una vergüenza que en el país más rico del mundo cerca de
40 millones de personas vivan en situación de pobreza, 18,5 millones en pobreza
extrema y 5.3 millones en condiciones de pobreza absoluta. La vida de los “sin
hogar” es miserable. En el 2016, 553 742 personas pasaban las noches a la
intemperie en Estados Unidos.
El diseño y aplicación de políticas ha sido secuestrado por
los llamados “intereses especiales”, es decir, el dinero corporativo. La falta
de garantías de educación, salud y seguridad social, las restricciones a la
sindicalización y la discriminación terrible de género son prácticas
cotidianas.
Las mujeres estadounidenses son claramente discriminadas
laboralmente y siguen recibiendo salarios inferiores a los de los hombres por
la realización de iguales trabajos. La pobreza, salud y problemas de seguridad
de los niños son preocupantes. Las personas con discapacidades sufren abusos
violentos.
El acoso sexual y las violaciones generalizadas motivan múltiples denuncias y protestas. Los asesinatos de personas LGTBI se incrementaron durante el 2017, en un marco de discriminación continuada contra ese colectivo en la legislación estatal y federal.
El acoso sexual y las violaciones generalizadas motivan múltiples denuncias y protestas. Los asesinatos de personas LGTBI se incrementaron durante el 2017, en un marco de discriminación continuada contra ese colectivo en la legislación estatal y federal.
En Estados Unidos, la riqueza media de las familias blancas
es siete veces superior a la riqueza media de las familias negras. Más de uno
de cada cuatro hogares negros tenía un patrimonio neto de cero o negativo. La
tasa de desempleo de los negros es casi el doble que la de los blancos.
El gobierno de los Estados Unidos debería responder por las 987 personas que murieron durante 2017 a manos de agentes encargados de hacer cumplir la ley empleando armas de fuego. Según esos datos, las personas afroamericanas, que constituyen un 13% de la población, representaron casi el 23% de las víctimas.
Existe una discriminación racial sistemática en la
aplicación de la ley y en los órganos judiciales. Los infractores varones
negros fueron condenados, como promedio, a penas un 19,1% más largas, que
aquellos blancos infractores que se encontraban en situaciones similares.
Los crímenes de odio por motivos de raza alcanzaron un
récord en los últimos años y sólo en el 2016, fue informado un total de 6.121
delitos de odio ocurridos en Estados Unidos.
Los delitos violentos han ido en aumento. El gobierno de ese
país, al servicio del lobby de las armas, no ejerce un control efectivo sobre
estas, lo que causó un continuo incremento de homicidios, incluso de
adolescentes.
Estados Unidos debería poner fin a la separación de familias
migrantes, y a la reclusión de centenares de niños, incluso en jaulas,
separándolos de sus padres.
Mientras Estados Unidos le da la espalda a los mecanismos de
derechos humanos de las Naciones Unidas, Cuba mantiene un elevado nivel de
actividad y cooperación, lo que le ha granjeado el respeto en los órganos
pertinentes de la Organización y entre los Estados miembros.
Estados Unidos, que fue el promotor y sostén de las
sangrientas dictaduras militares en nuestra región, con la complicidad de la
OEA, ha declarado la vigencia y aplicabilidad de la Doctrina Monroe como
instrumento de política exterior, en total desprecio de la Proclama de la
América Latina y el Caribe como Zona de Paz.
En el archipiélago cubano, los únicos prisioneros que son
privados de sus derechos y dignidad, torturados y confinados por largos
períodos, sin base legal, tribunales de justicia ni debido proceso, son los que
mantiene el gobierno de los Estados Unidos en el centro de detenciones
arbitrarias y torturas en la Base Naval de Guantánamo que ocupa ilegalmente
parte de nuestro territorio.
En la sesión del lunes de la Comisión de Asuntos
Socio-Humanitarios de la Asamblea General de las Naciones Unidas, la
Representante Permanente de Cuba, embajadora Anayansi Rodríguez Camejo,
presentó la denuncia de esta provocación que recibió el repudio expreso de 11
países. La Embajadora de Estados Unidos ante el ECOSOC, quedó sin argumentos y
en absoluto aislamiento.
El Buró de Coordinación del Movimiento de Países No
Alineados, convocado de emergencia, sesionó con la presencia de 91
delegaciones, de las que 17 intervinieron expresamente en oposición a la
calumniosa maniobra.
Las Misiones Permanentes de Bolivia, Nicaragua y Venezuela
estuvieron allí en solidaridad con Cuba. Como se apreció en las imágenes de
televisión, los Estados miembros y los otros invitados, casi sin excepción,
declinaron participar en la farsa de este martes, a la que apenas asistieron
“representantes” de supuestas organizaciones “no gubernamentales” financiadas
por el Departamento de Estado, y un puñado de cipayos que cobran sueldo de este
o de sus testaferros.
Hizo uso de la palabra en este circo, la ayer vapuleada
Embajadora de Estados Unidos ante el ECOSOC; moderó el “panel” un ex Jefe de la
Sección de Intereses de los Estados Unidos en La Habana en los años 90, quien
conoce personalmente a los apátridas de la nómina del Buró de Democracia, Derechos
Humanos y Trabajo del Departamento de Estado.
Un ejemplo de la calaña de los convidados, son dos de los
asalariados de Estados Unidos en su política anticubana, utilizados nada menos
que como “panelistas” en el “evento”. Ellos dirigen las organizaciones
“Instituto de la Raza, la Equidad, y los Derechos Humanos” y el “Observatorio
Cubano de Derechos Humanos”. La primera de estas organizaciones recibió 290 mil
dólares de las autoridades estadounidenses, mientras la segunda obtuvo 67 mil
434 dólares, destinados al objetivo de subvertir el orden constitucional
cubano.
Y, no podía faltar en el show, el histérico Secretario
General de la OEA que hizo un receso en su campaña personal de denuestos y
agresiones contra la Revolución Bolivariana y Chavista para hacer turismo de
eventos en Nueva York.
Cumpliendo escrupulosamente los requisitos publicados por el
Departamento de Estado, se inscribieron para participar 22 representantes de 9
organizaciones no gubernamentales estadounidenses que abogan por el fin del bloqueo
y la normalización de relaciones con Cuba. Curiosamente, todas excepto una,
fueron impedidas de asistir por los nada democráticos anfitriones. Otros
invitados fueron expulsados de la sala.
Los periodistas, que terminaron por ser la mayoría de los
presentes, mostraban caras de diversión o de resignación, en el caso de los
destinados a complacer a los propietarios o editores de la rentable industria
de la desinformación.
Es motivo de especial preocupación que se haya permitido que
dicho “evento” anticubano tuviese lugar en la magna sede de la Organización de
las Naciones Unidas y que se haya realizado en el Día Mundial de la
Alimentación, precisamente por parte del Estado que vota en contra de la
Resolución “El derecho a la alimentación” del Consejo de Derechos Humanos y
de la Asamblea General.
Para hacerlo, se han violado las normas que rigen el uso de
las salas y los servicios de las Naciones Unidas, que dejan claro que “sólo se
realizarán eventos que estén en consonancia con los propósitos y principios de
las Naciones Unidas y estén justificados por su pertinencia para la labor de la
Organización”.
El Departamento de Estado de los Estados Unidos pretende
otra vez utilizar las instalaciones de las Naciones Unidas como su coto
privado. El Ministerio de Relaciones Exteriores denuncia que una acción de esta
naturaleza no puede ser considerada en consonancia con los propósitos y
principios de la Organización, ni pertinente para su labor, cuando está
dirigida específicamente contra la independencia y libre determinación de un
Estado miembro, y en el marco de una campaña de hostilidad y amenazas contra
Cuba, repudiada por la comunidad internacional.
El Ministerio de Relaciones Exteriores solicita
respetuosamente a la Secretaría General de las Naciones Unidas una
investigación rigurosa y urgente de lo ocurrido, de cuyo resultado informe
oportuna y apropiadamente a la Asamblea General para que se adopten las medidas
pertinentes para prevenir estos actos agresivos contra Estados
soberanos.
Cubaminrex
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